Capítulo 29- JiMin, te necesito.

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TaeHyung no podía controlar las lágrimas que corrían por sus mejillas.
Había terminado de dar su testimonio a la policía y ahora la familia Jeon estaba siendo interrogada.

No podía aceptarlo, su cerebro se negaba a procesar que JungKook, su pequeño, su niño, estaba desaparecido.

––Tae... ¿Por qué no sales a tomar aire? –– Preguntó el hermano mayor de Kookie dándole palmaditas en la espalda. ––Lo necesitas, y cualquier cosa yo te hablaré, ¿Okay?

TaeHyung tardó en reaccionar antes de ponerse de pie y salir al pasillo dónde se encontraba su departamento.

Se deslizó por la pared hasta quedar sentado en el suelo, con las rodillas abrazadas a su pecho, llorando a mares.
Su celular comenzó a sonar múltiples veces, y no contestó hasta 35 llamadas y 1000 mensajes después.

––¿Tae? ¿Estás bien? –– escuchó el castaño la voz preocupada de su mejor amigo.

––No, no estoy bien JiMin. –– contestó entre sollozos el menor.

––¿Qué pasó? –– preguntó Park lleno de angustia.

––Desapareció JiMin, yo lo acababa de ver, me sonrió, me besó y después... Desapareció. –– La voz de Tae temblaba.

––¡¿Qué?! TaeHyung, vamos para allá, ¿Estás en tu departamento?

––Sí. –– respondió con voz débil.

La llamada se cortó y Tae se quedó con el celular en la mano.

Unos cuantos minutos después, la policía y la familia de JungKook se fueron.
Invitaron al castaño a quedarse con ellos, pero él se negó, necesitaba a sus amigos.

Cuando estos llegaron y lo vieron allí, destrozado en el suelo, comenzaron a derramar lágrimas también.
No sólo porque odiaran ver al chico de sonrisa cuadrada así de mal, si no porque les dolía, les dolía como el infierno no saber dónde se encontraba JungKook.

TaeHyung se puso de pie y los miró con ojos rojos.

No tardaron más de 5 segundos en correr hacia el menor y abrazarlo.
Todos sentían un enorme vacío en su interior, a todos les ardía el corazón y la garganta.
Todos estaban sufriendo el mismo infierno.

...

TaeTae 😍

Ya salí, voy para
allá 💕

Okay, te espero
aquí

JungKook guardó su celular con una sonrisa en el bolsillo de su chaqueta.

Estaba muy feliz con su relación, TaeHyung lo hacía sentirse vivo y querido.
Tae era su fortaleza y su perdición a la vez.

Esperó a su novio con los audífonos puestos, escuchando una canción de G-Dragon cuando tuvo la extraña sensación de que alguien lo observaba.

Se quitó uno de los audífonos mirando de un lado al otro, frunciendo el seño.
Escrutó la oscuridad sin percibir nada y volvió a ponerse su auricular, sin darle importancia a lo que había sentido.
Grave error.

Sintió un fuerte dolor en la cabeza y después en su costado derecho.
Había caído al suelo.
Trató de levantarse, de gritar, de correr, de abrir los ojos, pero no le dio tiempo.
Sintió más dolor en la parte de atrás de su cabeza y después nada más que oscuridad.

Trató de luchar contra ella, trató de escapar, pero no pudo.
La negrura ató sus extremidades, obligándolo a permanecer quieto mientras lo alzaban del suelo.
Al final, se dio por vencido y dejó que la oscuridad lo arrastrara.

~

Despertó en un cuarto gris.
Las paredes estaban descoloridas y con partes sin pintar.
La cama era dura, el suelo frío y todo oscuro.

Nunca aprecias de verdad una bombilla hasta que te niegan el derecho a tener una.
Nunca aprecias una comida caliente, o las cobijas que te protegen durante la noche, o un simple vaso de agua. Todo aquello que le fue arrebatado al de cabello negro.

Día tras día, el asqueroso de su padrastro le propinaba golpizas y lo dejaba allí tirado.
Le deslizaba el "desayuno, comida y cena" por debajo de la puerta y de vez en cuando le llevaba un vaso de agua.

¿Cuánto tiempo había pasado desde que por última vez había salido? ¿Desde hace cuánto no escuchaba las voces y risas de sus amigos? ¿Hace cuánto no veía a su familia? ¿Cuándo había besado por última vez a TaeHyung?

No lo sabía.

El dolor cegaba todo allí abajo.
Sabía que estaba en el sótano, porque escuchaba el ruido de la televisión, de la cocina y el ruido que las propias personas causaban al hablar desde arriba.

Había gritado, había golpeado aquella puerta de madera desgastada con todas sus fuerzas, había tratado de defenderse y golpear a aquel hombre que tanto odiaba, pero nada de eso había funcionado.

Pero lo que más odiaba, eran aquellas palabras que habían salido de aquel despreciable ser cuando lo había tirado dentro de aquella habitación, sin importarle el daño que le causaría la caída.

"Me alegra tenerte de nuevo en casa, hijo"

Sentía ganas de vomitar cada que recordaba esas palabras y lo mal que se escuchaban en la boca de aquel hombre.

Lloraba, lloraba la mayoría del tiempo, simplemente no podía seguir allí, ya no aguantaba.
Había probado lo que era la felicidad, había probado el calor de un beso y un abrazo, la tranquilidad que te daba escuchar la risa de algún amigo y la adrenalina al bailar. Todo aquello, se lo habían quitado.

Lo habían vuelto a tirar al frío de la soledad y del dolor, y una vez que haz probado el paraíso, no es para nada fácil volver al infierno.

Por más tonto que fuera, aveces incluso repasaba las coreografías que recordaba. Era lo único que lo mantenía distraído de su dolor y sus lágrimas.
No podía pensar en sus amigos, o en su familia, y mucho menos en TaeHyung, no, el dolor que le causaba era incluso mayor al de los golpes que recibía.

En su ¿Quinto día?, no lo sabía con certeza, JungKook escuchó pasos que bajaban por las escaleras y se preparó mentalmente para el sufrimiento. Ya ni siquiera se quejaba.

Escuchó como la puerta se abría, pero no se giró, siguió dándole la espalda a la puerta cuando escuchó aquella voz que tanto odiaba.

––Sé que éstas no son las mejores condiciones, me hubiese gustado que se conocieran en otras circunstancias, pero lo he pensado, ¿Y qué mejor momento que ahora que tu hermano ha regresado a casa? En fin, me lío, éste es tu hermano, hijo.

JungKook se giró, intrigado por aquellas palabras, y lo primero que vio, fueron los ojos de BamBam que lo contemplaban con terror.

In the rain. (Vkook/Taekook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora