Capítulo 49 (1/2)- 3 meses.

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JungKook y TaeHyung se quedaron dormidos en el sofá, abrazándose y buscando protección el uno en el otro, buscando estabilidad, algo en qué apoyarse, ya que sus vidas se estaban cayendo a pedazos y sentían que lo único seguro era la presencia del otro.
Se sentía como... Como si fueran náufragos y el contrario fuese aquel trozo de madera que los mantenía a flote, no sabían por cuánto tiempo más podrían estar juntos, sin embargo, esperaban que fuese un largo tiempo.
Querían estar juntos para toda la vida, tal vez aún eran muy chicos para pensar de esa manera, tal vez les quedaban muchos años por vivir y muchas personas por conocer, sin embargo, no querían estar con nadie más, no querían besar a otra persona, no querían sentir lo que sentían con alguien más, porque dicen que el primer amor nunca se olvida.
Sí, habían gustado de gente antes, y sí, habían tendido relaciones antes, sin embargo, nunca se habían encontrado tan enamorados.
JungKook por primera vez se sentía completamente cómodo con una persona, no sentía ansiedad al pensar si lucía bien o no para la otra persona, porque sabía que al castaño eso no le importaba.
En antiguas relaciones lo habían hecho sentir sucio, como si la homosexualidad estuviese mal, ya que por la calle se negaban a tomarle de la mano, nunca querían presentarlo ante sus familias y le prohibían hablar con motes cariñosos en público, básicamente lo obligaban a esconderse cuando él ya había aceptado su sexualidad y no estaba avergonzada de ella.
En cambio, Kim TaeHyung lo hacía olvidarse de los comentarios homofóbicos, de las miradas despectivas y de las críticas con un abrazo o un beso, era el castaño quien tomaba su mano y lo abrazaba sin importar donde estuviesen o quién los viera.
Para TaeHyung era la primera relación que tenía con un hombre, y no podía negar que al principio le había dado miedo y confusión, puesto que nunca había sentido algo por otro chico, sin embargo, aquella dulce sonrisa de conejito hacía que todos sus miedos se disiparan.
El castaño nunca había tenido relaciones sanas, siempre había confiado en las muchachas equivocadas, chicas egoístas que sólo lo querían para subirles el autoestima, que le armaban dramas hasta por la más mínima cosa, haciendo siempre sentir a Kim como el malo de la historia, haciéndolo creer que había algo mal con él y con su forma de amar.
Ambos habían significado un cambio enorme en la vida del otro, uno bueno, uno que realmente los había hecho darse cuenta de que habían soportado cosas que no debían haber soportado, se estaban enseñando lo que era una buena relación.
Por eso, cuando al día siguiente cumplieron 3 meses, Kim se encargó de preparar una sorpresa para el menor antes de que este despertara.
Le había pedido a JiMin que guardase el regalo por él mientras llegaba el día, y no había hecho más que rezar porque el menor se quedase dormido hasta las 12:00 p.m, puesto que a las 11 Park le llevaría su regalo, dejándole sólo una hora para prepararlo todo.
TaeHyung se levantó con cuidado de no despertar al menor y esperó a JiMin mientras preparaba el desayuno para ambos.
Hizo el desayuno favorito del pequeño y cuando estaba sirviéndolo llamaron a la puerta.
Se apresuró a servir su plato para después abrir la puerta, encontrándose con la amable sonrisa del pelirosa.

––Hola. ––Saludó JiMin mientras entraba al departamento.

––Buenos días. –– respondió el castaño cerrando la puerta tras el más enano.

––Veo que te estás esforzando con esto. –– observó Park con una sonrisa al ver el desayuno recién hecho que el castaño había dejado sobre la mesa.

––Sí... Realmente quiero que todo salga bien.

––Nunca te había visto tan enamorado, ¿Sabes?

––Esque nunca había estado tan enamorado.

––Awww... Mi pequeño se ha enamorado.

––Callate.

––Yah, no me golpees. –– ambos rieron. ––Aquí está el regalo. –– dijo el pelirosado sacando de su mochila una caja negra con un listón blanco.

––Gracias Minnie.

––No es nada... Tengo algo que decirles, pero se los diré después, cuando no haya riesgo de arruinar una sorpresa. –– Tae volvió a reír suavemente.

––Tiene que ver con YoonGi hyung, ¿Cierto?

––Sí... ¿Eres adivino?

––Te conozco demasiado bien Park, y sé que esa sonrisa tonta que tienes solo pudo haberla causado el abuelo del que estás enamorado. –– el pelirosado soltó una carcajada.

––Sí, me conoces bien, en fin, suerte Tae Tae. –– le dio fuerzas JiMin mientas ambos se acercaban a la puerta para despedirse.

Intercambiaron unas pocas palabras más antes de despedirse y que TaeHyung quedase solo de nuevo.
Puso el regalo sobre la mesa y se dirigió a la habitación, donde el menor seguía dormido, con el cabello totalmente alborotado y los labios entreabiertos, se veía tan angelical durmiendo que al castaño realmente le dolió tener que despertarlo, pero si no lo hacía el desayuno se enfriaría y no sabría igual si simplemente lo recalentaba.
Se inclinó sobre el pelinegro y comenzó a darle besos por todo el rostro, escuchando después de unos segundos cómo el menor soltaba una pequeña risita, y fue entonces cuando Kim se permitió besar sus labios, siendo correspondido al instante.

––Buenos días Tae Tae. –– susurró somnoliento el menor abrazando al mayor por el cuello, atrayéndolo hacia si para enterrar su cara en el hombro del contrario.

––Buenos días conejito. –– respondió el castaño dándole un beso en la mejilla. ––Aunque ya son las 12, así que técnicamente sería buenas tardes, niño flojo. –– JungKook soltó una risita.

––Es sábado, podría dormir hasta las 6 de la tarde y estaría bien. –– ambos rieron.

––Cierto, pero no puedes hacer eso hoy... Ven a desayunar. –– el pelinegro asintió con una sonrisa mientras se incorporaba en la cama.

Jeon se veía terriblemente tierno así, con cara de recién despertar, el cabello alborotado y envuelto en las sábanas blancas mientras jugaba con sus dedos, incapaz de quedarse quieto.
TaeHyung se colocó una chamarra puesto que comenzaba a hacer frío, y JungKook hizo lo mismo.
Jeon sonrió al ver la caja de regalo sobre la mesa, sintiéndose feliz porque el castaño había recordado que ese día cumplían un mes más como novios.
El menor también había comprado un regalo para el mayor, y decidió que se lo daría después del desayuno.

––Gracias por haberme aguantado por tres meses, Kookie. –– dijo el castaño con una sonrisa mientras el pelinegro lo abrazaba.

––Gracias a ti por haberme dejado estar a tu lado, a pesar de todo. –– respondió el menor aferrándose más al mayor, quien depositó un beso en su frente, haciendo que este se sonrojara.

Se sentaron a desayunar entre risas y bromas para que después el menor abriese su regalo: un disco de
Justin Bieber junto a sus dulces y chocolates favoritos.
JungKook fue por el regalo de Tae, una pulsera de plata, una carta y unos bombones y se lo dio acompañado con un beso.
Se levantaron de la mesa y se fundieron en un abrazo, uno en el que comenzaron a susurrase cuánto se amaban y cuán felices estaban por estar juntos.
Y fue allí, estando abrazados y escuchando los latidos de sus corazones que escucharon las gotas de lluvia pegar contra el cristal.

In the rain. (Vkook/Taekook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora