[0.7] "Do Re Mi"

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Maya

- Hobi, no llegamos a tus clases -dije apoyada en la puerta de casa desde hacía unos 10 minutos-. Date prisa.

Mi hermano era una tortuga cuando quería, pero me extrañaba que tardara tanto en recoger sus cosas cuando se trataba del baile. A Hoseok le gustaban muchas actividades, pero ese año, había acabado decidiéndose por el baile y el baloncesto, y yo no podía negar que se le daban muy bien ambas.

Él era lo contrario a mí en demasiados sentidos, pero me sentía orgullosa de todos sus talentos. En realidad, era un orgullo que fuera mi familia.

Lo que me daba rabia era que nuestra madre no le reconociera el mérito que tenía mantener una buena media y hacer tantas cosas fuera del instituto.

Yo intentaba felicitarle siempre que podía, como hubiera hecho papá, pero a Hobi también le dolía que mamá se olvidase de nuestra existencia y de nuestros esfuerzos. Era complicado vivir de esa forma, pero habíamos terminado por acostumbrarnos y ya sólo necesitábamos el apoyo del otro. Con eso era bastante y yo ... Era feliz así.
Al menos, eso pensaba siempre que me llegaban momentos de bajón como aquel.

De pronto, los recuerdos del piano que guardaba en aquella habitación, vinieron a mi mente. Hacía años que no entraba en ese cuarto, y, sinceramente, no entraba en mis expectativas volver a poner un pie en ella. Sólo de imaginarlo, sentía cómo se me ponían los pelos de punta.

El sonido de las notas saliendo del elegante instrumento me paralizaban, siempre me ocurría. Incluso cuando visitaba a Tae y me deleitaba con sus pequeños conciertos, todo se detenía a mi alrededor. Abandonaba la realidad y volvía al pasado, un pasado que había tardado demasiado en encubrir con nuevos momentos.

Me resultaba gracioso lo fácil que puede ser llorar para una chica como yo en momentos como aquellos, aunque hacía mucho que no soltaba una lágrima por la imagen paterna que me fue arrebatada con tanta rapidez.

Intentando hacer memoria y visualizar algo que tuviera que ver con mi padre, otra escena se sobrepuso, una que sí me hizo temblar sin dudar.

Yo aún tocaba el piano. Solía hacerlo muy a menudo por los ánimos que me regalaba mi padre, pero no era él quién me acompañaba en aquella ocasión sentada en el pequeño asiento. Podía escuchar con tanta claridad nuestras risas cada vez que Kookie pasaba los dedos por las teclas intentando encontrar una buena combinación, que un suspiro escapó de mis labios queriendo enterrar esas imágenes aún más hondo.

Supuse que rondaríamos los nueve años porque Jungkook seguía tocando el violonchelo, pero no conseguía ubicar aquel recuerdo. No tenía ni idea de cuando pasó, pero aún así, mis sentimientos estaban a flor de piel.

¿Cómo podía dolerme tanto eso? ¿Era posible que la amistad que había entre nosotros fuera algo más importante para mi dañada alma que los ratos que había pasado con mi padre?

No, esa amistad no era más importante. Jungkook sí que estaba por encima de cualquier otra cosa que me hubiera marcado en esos años por una simple razón; él estuvo ahí cuando necesité desahogarme, cuando quise gritar, cuando quise desaparecer y dejar para siempre la vida que habían preparado a la niña enclenque que acababa de perder a su padre.

El apoyo que me brindó fue primordial para que pudiera seguir adelante. Algo irónico, ya que fue él el que destruyó esa misma confianza.

Todavía me costaba mucho reconocer que Jungkook se hubiera convertido en algo totalmente distinto a lo que solía ser.

Esa misma mañana, sin ir más lejos, después de volver de clase, lo vi entrar en su casa con una chica rubia a la que no había viso nunca. La pobre estaba entrando en la boca del lobo por su propio pie y saldría destrozada de allí, echa polvo y creyéndose inferior por no ser lo suficiente buena como para regresar a los brazos del famoso Jeon Jungkook. Le resultaba tan sencillo romper las esperanzas de todas aquellas chicas que lo odiaba por eso. Era incapaz de soportar sus sonrisas de superioridad después de haberlas usado, para acabar por tirarlas a un lado obviando la situación en la que quedaban.

House Of Cards; jjk |+18|Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt