[4.1] "Dos piezas"

1.3K 82 28
                                    

Jungkook

Maya se despidió de su madre sospechando que algo había ocurrido y tiró de mí hasta la mitad del pasillo. Sus dedos seguían envolviendo mi antebrazo, y yo me quedé sin aire cuando se colocó ante mí, cargada de curiosidad.

- ¿Ha pasado algo?

Yo me apresuré a negar con la cabeza y ella suspiró.

Esas palabras con la señora Jung me habían hecho recapacitar, aunque sólo fuera una chispa, y ... Y había ansiado tanto un momento a solas con Maya los últimos días, que lo mandé todo al cuerno.

Permítete pensar en ti también, Jungkook.

Podía, ¿verdad? Si ella me empujaba a hacerlo, no podía estar mal. No es malo querer a Maya. No puede serlo si ese hormigueo continuaba ahí, expectante por el momento en que mis barreras cayeran y ella estuviera al otro lado, esperándome.

La tomé de la cintura y dejé de pensar porque Maya sólo me brindaba paz y se sentía bien. Demasiado bien como para abandonarlo.

Ella estaba rígida cuando la atraje a mi cuerpo, pero no me demoré y la rodeé con ambos brazos. Escuché su pequeño suspiro y no tardé en notar sus dedos en mi nuca, rozando el lugar. Yo cerré los ojos con fuerza y me paré a sentir cómo su cuerpo encajaba perfectamente con el mío.

No es un error. Somos como dos piezas que encajan sin problema.

- Kookie -su aliento chocó contra mi oído-, cierra los ojos, por favor.

Quise preguntarle por qué me pedía algo así, pero ella estampó sus labios contra mi mejilla, haciéndome sonreír. Volvió a pedírmelo entre susurros que me provocaron agradables cosquillas en la oreja, y pasados unos segundos, se alejó de mí para comprobar que yo ya estaba cumpliendo su petición.

Tras dejar en mi pómulo un leve roce, atrapó mis dedos entre los suyos y yo amplié mi sonrisa cuando comenzamos a andar. Conocía su casa demasiado bien, así que supe que paramos frente a su habitación y que ella abrió la puerta enseguida. Continuó tirando de mí un poco más, sólo hasta que escuché el click de la puerta, y oí cómo, por sus pasos, quedó a unos pasos de mí.

- No los abras, ¿vale? -dijo inquieta.

- ¿Por qué?

- Porque es una sorpresa y no debes -escuché su risa llena de nervios, a lo que me mordí el labio inferior. Puedes contenerte, Jeon. Puedes hacerlo.

A mis oídos llegaron distintos ruidos. Distinguí el de algo que estaba siendo arrastrado y el de unas hojas manipuladas por las manos de Maya.

Centrado en todo lo que Maya hacía, esperé pacientemente. Ella tropezó varias veces con algo porque se quejó en un par de ocasiones después de que un golpe seco resonase en todo el cuarto. Yo trataba de esconder mi sonrisa, o como poco, de controlarla un poco, pero me era imposible al escuchar sus mandados sobre que no se me ocurriera mirar bajo ningún concepto. Era divertido y gracioso percibir ese suave temblor en su voz, como si las ganas estuvieran pudiendo con ella y le costase no mostrarme esa sorpresa lo antes posible.

Un minuto después, su mano agarró la mía, cortándome la respiración. Me llevó hacia ella y, aunque tuve la necesidad de abrazarla otra vez por la cercanía, hice lo que me pidió y me senté, chocando con algo cómodo.

- Sabes ... Esa canción -acarició el dorso de mi mano con su pulgar-. La que no dejas de escuchar desde que salió.

- Ah ... Creo que sí -afirmé, imaginando a cuál se refería.

House Of Cards; jjk |+18|Where stories live. Discover now