1: Destino; Beacon Hills

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Me encontraba con mi padre en el aeropuerto. Sí lo sé, suena muy cliché para comenzar una historia pero yo no tengo la culpa de que mis padres decidieran que yo viviría en San Francisco con mi padre y mi hermano en Beacon Hills con mi madre.

¿Cuál es la razón por la que vuelves a Beacon Hills? Esa es la pregunta que todos de harán... pues tiene una respuesta corta; peligro. Sí, lo has leído bien. El peligro de que la niñita de papá salga herida a causa de un delincuente, al parecer puede con la mente de un agente del FBI. Según Rafael, mi padre, en Beacon estaré más segura ¡Ja! ¿Quién se cree eso? ¿A caso no ha leído sobre el gran número de asesinatos que ha habido en los últimos meses? Tengo un muy mal presentimiento. Tampoco me mal interpretéis me muero de ganas por ver a mi hermano y a mi madre, Melissa.

-¿Tienes todo?- me preguntó mi padre por séptima vez.

-Sí papá, ¿de verdad crees que voy a perder algo cuando hace sólo dos minutos lo revisé?- una pequeña sonrisa se formó en mi rostro -No soy tan estúpida- susurré esto último.

-Vale, lo siento pero tampoco hacía falta que me atacaras con tu ironía- contestó él entre risas.

-No te ataco con mi ironía... sólo que a veces tengo la sensación de que me tratas cómo cuándo tenía cinco años- repliqué sincera.

-¿Qué? ¡No! Sé perfectamente que tienes dieci...- me miró esperando a que contestara, vaya padre.

-Tengo dieciséis papá... a ver si te lo aprendes de una vez- respondí apenada.

-Lo siento ena- le interrumpió la voz de los altavoces que anunciaban mi vuelo -supongo que tienes que embarcar... te extrañaré mi princesita- me dió un fuerte abrazo, aunque no me haya hecho muy fan del club de los abrazos este no lo podía rechazar... al fin y al cabo era mi padre, el cual me ha estado criando desde que tengo uso de razón y sé que no lo veré en mucho tiempo así que... ¿¡Qué diablos?!

-Cuidate papá, no me apetecería recibir una llamada como que estás en el hospital o algo por el estilo... ves con muuucho cuidado- dije alargando la 'u', arrancando una carcajada de mi padre.

-Lo mismo de digo Jess- contestó- ahora ve, no quiero oír a tu madre si pierdes el vuelo- reí- cuidate mucho, princesita, te quiero.

-Yo también te quiero papá- me solté del abrazo, no sin antes darle un beso en la mejilla.

Scott
-No creo que un hombre lobo pueda morir con cubiertos de plata como en esas películas cutres- dijo Stiles, estabamos debatiendo en diferentes manera de acabar con Peter.

-No creo que podamos matarlo, él es un alfa ¿no?- él asintió- es imposible que pue- el sonido de mi móbil hizo que perdiera el hilo de lo que estaba diciendo.

Tu hermana acaba de coger el vuelo hacia allá. Calcula hora y media para recogerla - Papá.

-¿Qué pasa?- preguntó Stiles algo preocupado.

-Nada, sólo que dentro de hora y media tengo que ir a buscar a mi hermana al aeropuerto- respondí sin darle importancia.

-¿Quieres que te lleve?- me preguntó de nuevo.

-Si no te molesta.

-No, para nada- respondió él con una sonrisa.

Jessica
Me senté en medio de una mujer mayor que parecía que intentara conseguir el récord guiness a la bufanda de punto más larga del mundo y de un joven de mi edad apróximadamente, bastante mono debo añadir.

-Hola- me saludó el anteriormente nombrado- ¿Viajas sola?- preguntó simpáticamente a lo que yo asentí.

-¿Y tú?- él me sonrió y asintió antes de contestar.

-Sí- de repente hubo una mini turbulencia que hizo que pusiera mi mejor cara de susto- ¿Tienes miedo a volar?

-No, en realidad llevo muy bien eso de estar en un pájaro metálico suspendido en el aire que en cualquier momento puede caer a gran velocidad provocando una muerte inminente- dije con una sarcasco notable.

-O sea que sí- rió- sé que sólo soy un desconocido pero ven aquí- pasó un brazo sobre mi hombro y me atrayó a su pecho, abrazándome y al mismo tiempo haciéndome sentir segura y protegida- me llamo Matthew de todos modos- miré en dirección a sus ojos verdosos y le sonreí.

-Jessica- respondí y volví a esconder mi cara en su pecho, aspirando su dulce aroma. Sentí como su mano me acariciaba la cabeza en un gesto tierno, provocando que me quedara dormida.

Scott
Hace ya como una hora que mi padre me mandó el mensaje. Desde entonces me he dedicado a limpiar el cuarto que antes era de mi hermana.

-¿Tu hermana jugaba con estas muñecas?- preguntó Stiles a lo que yo asentí.

-Sí, tenía cinco años, era una cosa normal a esa edad- sonreí- recuerdo jugar con ella a la fiesta del té dónde solo bebíamos agua- Stiles rió ante el tierno recuerdo de mi hermanita.

-Sí, recuerdo haber estado jugando una vez- dijo él- siempre acababa tirándole el agua encima a tu hermana.

-Ya... eras muy mala persona con ella.

-¡Lo hacía sin querer! además ella siempre acababa con ataques de risa.

-Me acuerdo- reímos.

Jessica
Desperté tras lo que creo que fue una media hora o quarenta y cinco de siesta. Miré hacia arriba encontrándome con un Matthew concentrado en su móbil.

-¿Cuánto rato llevo dormida?- pregunté confusa por la luna que se podía ver a través de la ventana.

-Unos...- miró el reloj del teléfono- setenta-y-cinco minutos.

-¿No era más sencillo decir una hora y quarto?- dije sarcástica provocando su risa.

-Ya había dicho 'unos', quedaría muy mal dicho- se defendió con la sonrisa más amplia y sincera que he visto en mi vida.

Matthew
Antes de que Jessica despertara aproveché para hacerle una foto mientras dormía. No me juzguéis, Jess es una chica muy guapa y tierna. Me encantaría conocerla mejor.

-Jess- dije sin pensar, ella se limitó a mirarme expectante, deseando a que siguiera hablando- ¿Podrías darme tu número?- ella se lo pensó un rato.

-Dame tu teléfono- me ordenó.

-¿Qué?

-Me das tu teléfono, apunto mi número, te doy el mio y apuntas el tuyo- dijo con una sonrisa.

-Oh sí- le entregué mi teléfono y ella me entregó el suyo. Aproveché y guardé mi contacto con el nombre 'Matt😍❤'. Y se lo devolví.

-Aquí tienes- dije con una sonrisa- por cierto adoro tus ojos- dije sin pensar, la verdad es que sus ojos son preciosos son tan diferentes el uno del otro, uno era verde, un verde esmeralda precioso mientras que el otro era azul, era una mezcla entre el color del mar y el del cielo, simplemente hermoso y juntos creaban una mirada tierna y preciosa.

Pude ver su sonrojo, lo cual la hacía más adorable- gracias- sonrió- la verdad es que no sé de dónde salen... nadie de mi familia ha tenido alguno de estos colores de ojos.

-Eso lo hace aún más especial- dije con una sonrisa.

-Pasajeros abrochense los cinturones, vamos a proceder a aterrizar- habló el piloto por los altavoces del avión.

Me puse el cinturón y vi cómo Jessica se lo ponía con dificultad ya que le temblaban las manos, no tuve más remedio que ayudarla a lo que ella respondió con un gracias. Noté cómo tomó mi mano y la apretó aumentado la fuerza a medida que el avión descendía.

Stiles
Ya estábamos a punto de llegar al aeropuerto, cosa que hacía que mis nervios aulentaran. Jess sólo es dos años menor y recuerdo lo colado que estaba por ella hace diez años.

-¿Qué piensas?- preguntó Scott curioso, yo sólo moví mi cabeza a modo de negación esperando que no me preguntara más.

-Está bien- volvió a hablar Scott.

¿Cómo será ahora la pequeña McCall? Espero que siga siendo la frágil, tierna y entrañable chica de ojos bicolor que me robó el corazón con ocho años.

Siempre has sido tú ▪ Teen WolfWhere stories live. Discover now