33: Historia

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Jessica
-¿Dónde vamos? - le pregunté alto para que me oyera con todo el viento.

-A un lugar tranquilo, dónde puedas entrenar con calma- dijo antes de acelerar.

Llegamos a un bosque donde comenzamos a seguir nuestro camino a pie.

-Menos mal que esta mañana decidí vestirme cómoda.

-No exageres, no es para tanto- dijo riéndose.

-¿Me vas a raptar? - pregunté de broma lo cual él me miró rodándo los ojos.

-¿Siempre hablas tanto?

-Solo cuándo estoy nerviosa. ¿Por?

- Por nada, está bien saberlo. Ya hemos llegado- dijo antes de pararnos delante de una montañita que tenía un puerta integrada.

Abrió la puerta con una llave y me indicó que pasara. Al entrar me quedé anonadada, el lugar era más grande de lo que parecía por fuera, y estaba lleno de libos y tarritos con especias y líquidos, todo estába llebo de plantas y de tablas con información.

-¿Qué es este sitio? - pregunté curiosa.

-Es una cabina que tienen mis padres, aquí mi padre investiga todo lo que esté relacionado con lo sobrenatural.

-Tu padre era descendiente de Surguez, ¿verdad? Eso fue lo que me dijiste.

-Sí, mis abuelos por parte de padre, los dos, son nietos de Surguez, bueno uno es bisnieto, pero igualmente es extraño.

-¿Por qué es estraño? - pregunté mirando alrededor.

-Surguez tuvo diez hijos con diez humanos distintos, ocho de ellos son de hace cuatro generaciones, pero existen dos hijos más, uno fue hace seis generaciones y otro hace cinco.

-Así que uno de tus abuelos paternos tenía un abuelo hijo o hija de Surguez y el otro eran los padres.

-Exacto, lo extraño es que realmente no hay tantas posibilidades de que eso ocurra.

-¿E Hydka? ¿Sabes algo de sus descendientes? - pregunté ahora mirándole.

-Eres la primera que conozco- dijo mirándome seriamente.

-¿Entonces cómo lo sabías? ¿Cómo se te había ocurrido que yo fuera una descendiente de Hydka?

-Nunca había sentido nada parecido a lo que sentí en cuanto te vi, y es el sentimiento que se describe en los libros, es como se sentía Surguez cada vez que veía a Hydka.

-Pero... Yo no tengo ningún pariente descendiente de Hydka o algo por el estilo- dije confusa.

-Es que ser un descendiente de Hydka o no, va en función de otra cosa, no de genética- abrió un libro que tenía entre sus manos- mira.

Me acerqué a él y comencé a mirar el libro, este tenía una imagen de una mujer con cuernos y cabello lacio.

-Te lo explico desde el principio, siéntate- me senté en una de las sillas que había, Zed dejó el libro enfrente mío sobre la mesa y se sentó en la silla de al lado- Hace cuatro generaciones, los Tanhyds, que son unos magos malignos, se apoderaron del templo Dylgyc, este templo era capaz de potenciar el poder sobrenatural de ciudades, como Beacon, por ejemplo, su intención era terminar con el poder y ser los únicos seres sobrenaturales. Por otro lado, está Surguez y Hydka. Eran demonios pero al mismo tiempo eran conscientes de que sin los demás seres ellos no podían reinar, que era lo que Surguez más ansiaba.

-Surguez pidió a Hydka que organizara un ejército. Hydka era un guerrero y protector, ella le prometió que le ayudaría pero no quería estar en el campo de batalla. Cuando el momento de tomar Dylgyc llegó, Hydka pensó que Surguez utilizaría sus poderes de control para que su vínculo fuera fuerte y pudieran derrotarlos a todos, lo cual no surgió, Surguez no apareció en el campo de batalla y aunque lograra acabar con más de la mitad de Tanhyds estaba muy debilitado y no podía pelear por mucho. Todo desescaló rápido e Hydka murió desangrado. Cuando todo terminó Surguez apareció en Dylgyc con ocho botellitas de cristal, en los cuales guardó la sangre de Hydka y repartió con los hijos que nacieron en ese tiempo -explicó.

-¿Entonces la persona que me atacó tenía una de esas botellitas?

-Es lo más probable. Pero puede que ni fuera un descendiente de Surguez y que acabara en las manos equivocadas.

-Era un hombre lobo- expliqué- el que me atacó.

- ¿Quién fue? - preguntó - ¿Qué te hizo?

-Deucalion... Me secuestró y torturó

-¿Por qué? - se le veía preocupado, pero no sé si debía decirlo.

-No importa - contesté finalmente.

-Jessica... Estoy contigo, quiero ayudarte- me tomó la mano- tienes que confiar en mi- me miró fijamente antes de suspirar- pero bueno, ya me lo dirás cuando me tengas confianza. Empecemos con los poderes.

-¿Cuáles son los poderes? Me dijiste que los descendientes de Hydka tenían ocho.

-Sí, son; Telekinesis, fuerza, imitación o absorción de poder, agilidad, curación, visión nocturna, manipulación de la gravedad y magnetoquinesis. Como de momento solo has experimentado la telekinesis, nos centraremos en eso.

-Está bien- dije preocupada.

-¿Has tenido alguna experiencia con la telekinesis? - preguntó cogiendo un par de cosas.

-Solo una, casi mato a mi profesora y compañeros de clase. Lancé a la profesora por los aires y reventé las ventanas.

Paró un segundo para mirarme con una ceja alzada -Bueno, algo es algo. Empezaremos con algo menos peligroso, tratarás de mover objetos de un lado al otro.

-Vale- puso varios objetos delante de mi sobre la mesa.

-Comienza por la pluma. Iremos de objetos más ligeros a objetos más pesados.

Siempre has sido tú ▪ Teen WolfWhere stories live. Discover now