[007] parte I

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Así que Anna estaba allí de nuevo, en la antigua habitación Sam que ahora le pertenecía a Castiel, con el recién llegado Kevin Tran sentado en la cama. Estaba sosteniendo la bolsa contra su pecho como si su vida dependiera de ello. Ella estaba parada frente a él con Sam a su lado, mientras que Meg estaba del otro lado del cuarto, en la espalda del muchacho por si intentaba salir corriendo de nuevo.

—Todo lo que sé, es que esto... es por mí —Kevin habló asustado mirando a Sam y Anna. Estaba dando una explicación sin que nadie se lo pidiera—. Se supone que debo guardarlo.

—Buena suerte —Meg acotó sin moverse de su lugar y Sam le dio una mirada de enojo.

Anna observó unos segundos al muchacho antes de hablar. —¿Pero no sabes lo que es esto? —él negó con la cabeza mientras la miraba—. Ábrelo.

Hizo lo que le dijo, con un poco de desconfianza aflojó el agarre del bolso y con suavidad lo abrió, revelando la tableta rota en pedazos. Tomó dos trozos de piedra y los junto como si se tratara de un rompecabezas, mágicamente los pedazos se unieron, restaurándose por completo.

Tanto Anna como Sam se sorprendieron al ver lo que había hecho, Meg observaba todo con atención desde el fondo. El muchacho levantó la cabeza, mirando a los cazadores con culpabilidad como si hubiera hecho algo mal.

Kevin estaba intentando leer o entender lo que estaba escrito en esa tableta. Meg observó cómo él tomó confianza y no se escaparía a ningún lado, así que se trasladó y se paró junto a Anna.

—Es escritura —explicó Kevin como si estuviera descubriendo la cura para una enfermedad.

—Sí. Sí, lo captamos —Sam respondió como si fuera algo obvio.

—¿Qué es leviatán?

—¿Qué? ¿Puedes leerlo? ¿Es eso lo que dice? —el menor de los Winchester habló tan rápido que casi no se podía entender lo que decía.

Kevin comenzó a señalar símbolos escritos en la piedra mientras hablaba. —En cierto modo. Duele un poco. Como mirando a través de las gafas de alguien, pero creo que esto... es sobre los leviatanes, como pueden llegar a ser. Dios les encerró lejos, ¿cierto? Como en una cárcel. Porque ellos son... ellos son... —se detuvo y miró a los cazadores frente a él—. Ellos son reales, ¿verdad?

Anna hizo una pequeña mueca y asintió con la cabeza. —Sí, Kevin. Ellos... lo son. Y están aquí.

—¿Dice algo sobre cómo matarlos? Porque eso... —Sam miró a Anna antes de seguir hablando—. Está siendo una especie de problema.

—No lo sé. No es como leer. Es... es difícil concentrarse demasiado tiempo —Kevin volvió a ver la piedra tratando de leerla.

—Anna, Sam. Algo ha salido —los ojos de Meg eran totalmente negros cuando habló.

Las luces comenzaron a parpadear y Kevin levantó la cabeza para ver al demonio, cuando Meg lo observo con esos ojos, el muchacho lanzó un grito y se arrastró sobre la cama lo más lejos posible de ella, totalmente asustado

—Kevin, oye —Anna se acercó a él tratando de calmarlo cuando todas las bombillas de la sala estallaron. Una mujer rubia y un hombre aparecieron de la nada. Con rapidez se dieron cuenta que se trataba de un demonio, así que con un simple movimiento de dedos, sostuvieron a Meg contra una pared.

—Una demonio, una cazadora y un Winchester... de nuevo —la mujer rubia habló mirando a todos los de la habitación. Sam se quiso acercar a Anna y Kevin pero ella lo detuvo con un grito—. ¡Aléjate del profeta!

Ambos cazadores se giraron mirando atónitos a Kevin —¿Quién? ¿Quién, yo? —el muchacho habló sin entender lo que sucedía.

—Único guardián de la palabra en la tierra, estamos aquí para llevarte —dijo la mujer recién llegada.

entre los hermanos | supernatural¹Where stories live. Discover now