[DeanxOCxSam]
(en edición)
❝No hay ángeles o demonios por
encima de los Winchester para mi❞
Anna Miller se cruza con los hermanos Winchester y comienza a cazar junto a ellos. El problema empieza cuando ambos hermanos comienzan a te...
Ya era de noche, Meg y Cas se habían ido en algún sitio. Anna estaba apoyada en el respaldo del sofá, enviándole algunos mensajes a su hermana, contándole todo lo que ocurriría para mantenerla al tanto.
Al mismo tiempo estaba escuchando la lluvia de ideas de los hermanos para encontrar una forma de detectar al Dick original. Dean estaba sentado en el sofá, viendo viejas entrevistas del leviatán en la computadora portátil de Sam para ver si podía distinguir alguna frase o una manera de hablar que sólo el verdadero Dick tenía.
—No tiene sentido buscar una explicación —dijo—. Todos ellos han descargado el cerebro de Dick. Todos dicen lo mismo.
—Muy bien —afirmó Sam mientras se ponía de pie un poco delante de ella—. ¿Qué haces?
Anna levantó la cabeza de su teléfono, mirándolo. —Estoy hablando con alguien.
Sam quiso indagar más, pero sabía que era inútil y no quería arruinar la relación que estaban comenzando. —De acuerdo, entonces tal vez la pregunta sea, ¿qué estaría haciendo el verdadero Dick?
Bobby apareció cerca de Sam y ella se enderezó. Se veía peor que nunca. —¿Es lo mejor que puedes hacer? Idjits.
—Bobby. No sabíamos si tú...
—Bueno, deberías. Tienes la petaca. Idiota... Deberías haberla quemado.
La ira quemó dentro del estómago de Anna de repente y dio un paso hacia él. —¿Debes estar bromeando? —gruñó.
—Anna —Dean saltó del sofá y llegó a su lado.
—No —empujó su mano cuando él la levantó. Avanzó sobre Bobby de nuevo, señalándolo con un dedo acusador—. ¿Cómo te atreves a culparlos? A culparme. ¡Pensamos que estabas muerto, Bobby! Y cuando quisimos arreglarte, tú simplemente te negaste. Sabíamos que esto pasaría e igual te apoyamos. Confiábamos en ti. ¡Yo confiaba en ti!
—Anna —esta vez fue Sam. Se acercó y rodeó la parte delantera de sus hombros con un brazo, apartándola de Bobby hacia la parte de atrás del sofá. Esta vez se apoyó contra ella y besó la parte superior de su cabeza cuando se apoyó contra él.
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Bobby le dirigió una mirada de vergüenza. —Tienes razón.
—Bobby —dijo Dean.
—Sigo teniendo necesidad de volver... de pillar a algún pobre bastardo, obligarlo a hacer de kamikaze yendo por Dick —se frotó el brazo, como abrazándose a si mismo—. Eso es malo —la computadora portátil llamó su atención y él no parecía ser capaz de sacar sus ojos del vídeo de Dick que acaba de aparecer. La pantalla se cerró de repente, haciéndola saltar. Levantó la cabeza para mirar a Sam—. Seamos realistas. Yo casi te maté. Y a esa mujer.
Anna apretó el brazo de Sam más cerca de su cuerpo mientras recordaba lo que le había dicho acerca de lo que pasó entre él y Bobby cuando había estado poseyendo de la mucama. —No fue tu culpa, Bobby —dijo Sam—. En realidad no.
