[007] - parte I

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Había pasado una semana desde el episodio en el baño y Anna estaba segura que ni una semana en el purgatorio se compraba con la que estaba viviendo. Tenía a Emily, Cas y Dean constantemente a su alrededor. 

Sobre todo al Winchester mayor, él se encargaba de que comiera "comida saludable" y también era el que la hacía dormir por lo menos ocho horas. Por supuesto que no se podía quejar de lo último. Dormir junto a Dean era la gloria.

Y tenía a Cas como médico personal, él chequeaba su estado de salud. Aunque le resultaba raro cada vez que aparecía al azar y la olía para ver si todo estaba todo en orden.

Anna le rogó al ángel que la dejara volver al caso una vez que  se había recuperado. Él sabía que físicamente estaba bien, sin embargo su cabeza seguía procesando todo lo de Sam. Se las arregló para poner una sonrisa falsa y estuvo de acuerdo. Cas esperaba que rastrear a Samandriel pudiera distraerla por lo menos. Dean parecía bien con eso, se podía decir que necesitaba una distracción tanto como ella.

Después de que los cuatro rastrearon el almacén en el que Crowley estaba, Dean se apresuró a admitir que todos necesitaban una mano. El lugar estaba repleto de demonios y cubierto contra ángeles.

Cas había sugerido que fuera a buscar a Sam, una idea que rápidamente Dean desechó. A Anna le dolía la simple mención de su nombre. Todavía no la había llamado y comenzaba a pensar que nunca lo haría. Incluso discutió con Dean cuando le quiso contar lo que había sucedido. Estaba claro que Sam no quería estar allí, ¿qué sentido tenía preocuparlo sin necesidad?

Entonces, los cuatro estaban en la casa flotante de Garth con Kevin sentado en su escritorio mientras revisaba sus notas de la tabla de demonios.

—¿Dónde está Garth? —preguntó Anna con una sonrisa forzada.

Kevin no levantó la vista de sus notas. —¿Ha ido a por suministros? No sé. No sé cuándo entra y sale. ¿Necesitan ayuda con algo? Estoy trabajando aquí.

Anna frunció el ceño ante su hostilidad. No estaba segura de lo que esperaba cuando vio a Kevin. Los dos siempre fueron amistosos, entonces, ¿quizás ella había esperado una sonrisa y un abrazo? 

Y apenas había recibido una mirada de él. Se regañó mentalmente. Estaba siendo egoísta. El niño probablemente estaba agotado y no era que ella fuera la única a la que no prestaba atención.

Dean apareció en el momento justo. Apretó su mano contra la suya y levantó la otra para cubrirle la cara. Presionó sus labios contra su sien antes de darle una suave sonrisa.

—Te ves horrible —dijo Cas sin rodeos mientras miraba a Kevin. 

Anna y Emily soltaron una breve risa y Dean sonrió de nuevo mientras rodeó los hombros de la pelirroja con un brazo y la apoyó contra su pecho.

—Sí. Gracias —contestó Kevin.

Anna apretó los labios. —Tiene razón. ¿Estás bien, Kevin?

—Bien. Estoy... en medio de esto.

—¿Y? —preguntó Dean—. ¿Ha habido suerte?

Kevin suspiró. —¿Interpretando media tabla del demonio? No. No tengo nada.

Dean asintió. —Está bien. Bueno, anímate, porque necesitamos algo más de esas bombas anti-demonios tan pronto como se pueda.

Kevin se giró para mirar a los cuatro. —¿Lo usaste todo?

—Sí, así que vamos a improvisar otra tanda.

—Claro. Hamamelis de Cisjordania, la calavera de un ternero de Egipto, la cola del trasero de algún tritón. Que puede o no estar en extinción.

entre los hermanos | supernatural¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora