[015] parte I

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Anna no supo exactamente cuánto tiempo estuvo parada ahí, sola en el medio del pasillo. Ni siquiera estaba segura de que hubiera movido un solo músculo, su cerebro se cerró en el momento en que las palabras salieron de la boca de Dean. Pero estuvo el tiempo suficiente como para que Hannah la buscarla.

—Oh, Anna... ¿estás bien? —fue lo primero que le preguntó cuando vio su rostro.

Anna la miró por un momento, la cara del ángel estaba llena de preocupación. Las palabras de Dean la habían golpeado con fuerza y al parecer era notorio. Y lo peor era que eran totalmente ciertas. Él tenía razón.

Ella era un desastre. 

Seguía repitiendo los mismos errores, una y otra vez. Y todavía no entendía como Sam y Dean la soportaban, bueno... ahora solo Sam.

El problema era que no sabía cómo cambiar. No sabía cómo desconectar sus sentimientos, sus inseguridades. Parecía fácil para los de afuera, pero para ella era un infierno. Una lucha constante. Entonces pensó que lo mejor era que todo fuera como antes. 

Como antes de conocerlos.

Iba a enterrar todo. Todos sus sentimientos, todos sus problemas y sus miedos, los enterraría tan profundo que tal vez algún día logre olvidarlos. Ella sería una nueva Anna. Fuerte, decidida y ni siquiera las palabras de Dean la lastimarían. Ni siquiera su amor la afectaría.

O eso intentaría.

Parpadeó un par de veces y le dio su mejor sonrisa falsa. —Estoy bien. 

Luego salió del edificio y se dio un tiempo para si misma. El aire fresco la ayudo a respirar y pensar con claridad.

Diez minutos. Ese fue el tiempo que tuvo para aclarar su mente, para permitirse ser débil. Para poner definir cuáles serían sus prioridades desde ese momento, para entender cómo sería la relación con Dean a partir de ahora. Y sobre todo con Sam. 

Cuando regresó trató de evitar a Dean la mayor parte del día, incluso se las arregló para sonar bien por teléfono cuando Sam la llamó, pero el Winchester mayor estaba perdiendo el control. Primero fue uno de los ángeles que trabajó en el hospital local como médico. 

Y después era un segador que ya conocía llamado Tessa. La apuñalo y murió, cuando se suponía que debía cuidarla.

Según él, ella se arrojó sobre la primer espada que estaba sosteniendo, pero eso no era el problema. El problema era que ellos habían hablado que la espada se quedaría en el bunker. Así que esa fue la gota que colmó el vaso, dejó que los ángeles lo atasen y luego Anna llamó a Sam.

Estaba sentada frente a una mesa en la sala de interrogatorios, cuidando a Dean mientras esperaba a Sam y a Cas.

Estaba sentada frente a una mesa en la sala de interrogatorios, cuidando a Dean mientras esperaba a Sam y a Cas

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Dean sacudió las esposas alrededor de sus muñecas. —Bebé, déjame ir.

—No —ella lo miró—. Y no me llames bebé.

entre los hermanos | supernatural¹Where stories live. Discover now