[002] parte II

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Anna estaba sentada junto a Sam al final de la fila de sillas plegables. Dean se sentó en el otro extremo cerca de Kevin para cubrir ambos lados, la sala no estaba tan llena como ella hubiera esperado. Sam le dio un codazo y sacudió su billetera. Ella lo miró y se burló.

—Amigo, siempre he pagado todo con tarjetas falsas, el único dinero que tengo está asegurado en un banco. ¿De verdad crees que tengo algo aquí? —puso su típica cara de desaprobación y ella rodó los ojos—. De acuerdo, toma —se quitó una pequeña cadena de oro con una medalla con la figura de dos niñas tomadas de la mano—. Espero que sirva para algo.

—No sé por qué eres tan entusiasta con ese trozo de basura —dijo Crowley. Anna se giró para mirarlo, se había sentado detrás de ella, pero miraba fijamente la parte posterior de la cabeza de Sam—. ¿Y dice cómo reventar unos pocos demonios? Haré más. No puedo deshacerme de todos mis chicos ojos-negros, Samantha.

Sam se volvió y le dio una sonrisa irónica. —Sí, ya veremos.

Crowley frunció el ceño ante su respuesta críptica y la miró. No pudo sostener su mirada por más de unos segundos. Se enderezó nuevamente en su silla mientras escuchó vagamente a Sam y Dean bromeando sobre cuánto dinero habían logrado reunir. Pero en el momento en que Beau empezó la primera licitación en tres toneladas de oro de enano, sabía que todo estaba perdido.

—¿Plan C? —preguntó la pelirroja, mirando a sus acompañantes.

—Y pronto —dijo Dean.

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—Nuestro siguiente objeto para subasta, el martillo de Thor, Mjolnir —dijo Beau, señalando el objeto en la mesa.

Los ojos de Anna se agrandaron y estuvo a punto de levantar su mano pero se dio cuenta que su pobreza le impedía darse ese lujo. —Mierda —exclamó enojada cuando el anciano de la primera fila ofreció el dedo de algo extraño.

—¿Qué sucede? —preguntó Sam curioso

—Amo a Thor. Esto no es justo —se recostó en su silla, con los brazos cruzados como si fuera una niña pequeña. Sam trató de evitar una sonrisa. Se veía adorable en esa actitud.

Justo cuando el anciano de la primera fila invirtió cinco octavos de una virgen para Mjolnir, Dean regresó vacilando por el fracaso del plan "C". Se apoyó en la parte de atrás de su silla y se inclinó para decirle a Anna y Sam todo acerca de lo que había intentado.

—Quizá deberías probar el plan "I" por idiota —Crowley bromeó.

Anna se giró de nuevo en su asiento, fulminándolo con la mirada. —Oye. No recuerdo haberte invitado a esta conversación.

Él frunció el ceño. —Lo siento. Soy Crowley, ¿nos conocemos?

—Sí, seguro. Idiota.

Se enderezó y rezongó en voz baja mientras Dean obligaba a los demás a correrse un asiento para sentarse a su lado.

Beau entró en el escenario y se animó cuando vio que tenía la tabla en la mano, levantándola para que todos pudieran verla. —Nuestro siguiente lote, la palabra de Dios, "D" mayúscula... muy antígua, muy rara.

Sam le dio una última mirada antes de que tratara ponerse de pie con sus miserables dos mil dólares y un carné de Costco que había logrado juntar. Crowley fue más rápido rompiendo todas sus ilusiones.

—Tres mil millones de dólares —ofertó el Rey del Infierno.

—¡¿Qué demonios?! —exclamó Anna mientras lo miraba incrédula.

entre los hermanos | supernatural¹Où les histoires vivent. Découvrez maintenant