[001] parte II

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Anna había estado afuera por casi una hora. Después de la afirmación de Sam, había salido hecha una furia de la habitación, casi sacando la puerta de sus bisagras y desde entonces no había regresado al motel. 

Dean no la culpaba tuvo dificultades para no sacarle algunos dientes de la boca a su hermano. Todo el año se había sentido tan culpable de estar con ella. Cada vez que la tocaba, la besaba, la abrazaba. Cada vez que ella le sonreía. Cada vez que ella gimió su nombre en su oído y arrastró sus uñas por la espalda en éxtasis, la culpa lo comió.

Lo único en lo que podía pensar era en lo desgarrado que Sam habría estado por perderla. Cuánto habría llorado. Dean sabía que su hermano también lo habría llorado, pero ambos habían muerto tantas veces que era una herida que nunca se cerraba. Un dolor que nunca se fue. 

¿Pero Anna? Se suponía que era el amor de su vida. La única que le dio a Sam la vida que quería sin tener que sacrificar la caza o a su hermano. Y todo este tiempo había estado dando vueltas con otra mujer.

Ninguno de los dos había hablado después de su salida. Dean había querido ir tras ella, pero sabía que necesitaba espacio, así que se había quedado y se acomodó contra su cama, todavía podía sentir el calor donde ella estaba sentada minutos antes.

Eventualmente, Sam rompió el silencio, y con sólo oír su voz hizo que Dean formara un puño con su mano. —Escucha, sé que esto te va a parecer una locura. Incluso no necesito que lo entiendas. Pero... necesitas saber. No lo abandoné, Dean. Encontré algo. Algo que sólo había tenido con Anna. Pero ella se había ido y no pensé que alguna vez lo recuperaría. Pero lo hice.

Dean sacudió la cabeza, pero se negó a mirar a su hermano. —Sí, ¿cuál era su nombre? —gruñó

Silencio. Y entonces habló. —Amelia.

—¿Cómo pudiste hacerle eso a ella, Sam? ¿Cómo pudiste olvidarte de Anna? Pensé que estabas enamorado. Quiero decir, eso es lo que parecía.

—Yo estaba. Aún lo estoy, Dean. Nunca voy a dejar de amar a Anna. Ella me dio algo que había soñado tener. Ella me dio la vida que yo quería. Ella nos la dio a los dos. Y cuando se fue... me destruyó.

Dean finalmente se giró para arremeter contra su hermano. —Oh, sí, estoy seguro de que estabas destrozado cuando Amelia bajó sus bragas para ti.

—Basta. Yo no fui con Amelia porque quería tener sexo o seguir adelante. No la amaba. Me quedé con ella porque estaba tratando de volver a conectarme con Anna —Dean se burló pero Sam continuó—. Estaba tratando de recuperar el cuidado y felicidad que perdí cuando la perdí. Pensé que si lo hacia podría... no sé, llorarla sin desmoronarse completamente. Amelia fue la continuación de la vida que perdí cuando ella se fue.

Por un momento, Dean no dijo nada. Trató de ponerse en los zapatos de su hermano, trató de imaginar lo que haría si alguna vez la perdía como le sucedió a Sam. Y se dio cuenta de que se ahogaría en alcohol y mujeres sólo para tratar de olvidar el dolor que ella dejaría. Sam no era diferente. 

—¿Funcionó? —preguntó Dean, porque necesitaba saber qué hacer si algún día le tocaba vivir eso. Y le iba a pasar. Era un cazador enamorado de otro cazador. Uno de ellos iba a perder el otro y quedarse solo para enfrentar el agujero que quedaba.

—Pensé que sí —dijo Sam con suavidad—. Por un tiempo pensé que estaba funcionando. Y luego tuve que irme y caí de nuevo en el abismo, Anna se había ido. Entonces la vi en la cabaña de Rufus y... me di cuenta de que nunca había funcionado. Nunca había recuperado lo que había perdido. Nunca había aliviado el dolor. Solo lo había callado en el fondo de mi mente y me distraje. Había estado en piloto automático todo el tiempo. Con Amelia no nos amabamos, Dean. Solo queríamos creer que la gente que realmente amábamos nunca existió.

entre los hermanos | supernatural¹Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang