[008] parte I

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Estaban en la gasolinera Hoople. Dean estaba de pie apoyado en la parte trasera del viejo coche rojo que los tres habían robado para el viaje, llenando el tanque mientras Sam se apoyaba contra el lado del pasajero. Anna se paró frente a él, con los ojos cerrados mientras frotaba y giraba su cuello dolorido.

Justo cuando oyó la campanilla de la puerta de la estación de servicio, anunciando que alguien salía, Sam habló. —Oye —ella abrió los ojos para mirarlo. 

Estaba hablándole a su hermano, haciendo una señal con mano, parecía que estaba pidiendo una bebida. Se alegró de que Dean estuviera interpretando su lenguaje de señas, él no quería ningún tipo de bebida, en realidad quería que guardara la petaca de Bobby dentro del coche, tal como lo hizo.

—¿Estaba enfadado? —Sam le preguntó después de que Dean colgó la bomba de combustible y comenzará a caminar junto a ellos dos a la tienda del lugar.

—¿Enfadado? Pues claro que lo estaba. ¿Si estuvieras en la piel de Bobby, no lo estarías?

—Pero ¿estaba mostrando signos de fatiga, como... como si estuviera dañado?

Anna sacudió la cabeza. —No, todo lo contrario. Dijo que nunca se había sentido más fuerte.

—Eso es lo que me temía.

Había algunas personas dentro, así que cuando ella, Sam y Dean entraron y recogieron una cesta de compras cada uno, ella mantuvo su voz baja. —Cuanto más fuerte se vuelve, más cerca está de convertirse completamente en un espíritu vengativo. Ésa es la realidad. Necesitamos hablar sobre que hacer con él.

—Estoy de acuerdo —dijo Sam.

Dean le frunció el ceño mirando a los dos cuando empezó a pasear por los pasillos del lugar. — ¿Con él? Hace 3 semanas hablamos de que podría funcionar. ¿Y ahora quieren deshacerse de él?

Sam la apoyó. —Simplemente estamos diciendo que jamás hemos visto a fantasmas tan amigables como el de la película Casper. Todos son básicamente poltergeits hasta que aparece un cazador...

—Sí, bueno, la leyenda apesta —gruñó Dean, recogiendo una bolsa de papas fritas e inspeccionándola antes de devolverla.

—Hablamos de puro odio, Dean —intervino Anna, dándole una mirada de simpatía por encima del estante—. Sin humanidad. Quiero decir, podría matar, poseer personas. Bobby podría incendiar este maldito edificio. Mira, si se descontrola...

—Oye... —interrumpió Dean.

—¿Qué? —Sam levantó la vista del paquete de fideos que estaba inspeccionando.

Dean movió la cabeza y ella miró detrás su espalda hacia donde le estaba señalando. Había un hombre bombeando mostaza sobre su hot-dog. —Mira al tipo de allí. ¿No te parece sospechoso?

—No lo sé. Quizás —Anna no lo pensó mucho, creía que era Dean tratando de no hablar de Bobby.

Frunció el ceño contemplando la tienda. —¿Qué me dices de la doble de Paula Dean? —se giró señalándola, ella se movió para poder ver más allá de él y observar a la anciana mirando las cervezas con la puerta del refrigerador abierta. Se dio cuenta de que había estado allí desde que entraron.

Sam miró a su alrededor y cuando sus ojos cayeron sobre un chico que estaba bebiendo un refresco mientras al mismo tiempo lo llenaba de la máquina, no se había movido un centímetro. —Sí, ellos... ellos parecen como esa gente de Turducken.

—Está empezando —afirmó Anna, recogiendo una lata delante de ella para leer los ingredientes—. Es el jarabe de maíz. Todo en la tienda está hecho con eso.

entre los hermanos | supernatural¹Место, где живут истории. Откройте их для себя