━━━ PARTE II - [001] Tenemos que hablar de Kevin

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Wilderness, Maine. Un año después...

Estaba helado y oscuro. Esa combinación hacía que Anna ya extrañara el purgatorio. Allí nunca hacía frío. Nunca hacía calor. Simplemente era la temperatura exacta para cada cuerpo. Y sí, también había oscuridad, pero no había misterio. 

Siempre sabía con exactitud lo que se escondía entre las sombras. Siempre sabía lo que necesitaba hacer. Necesitaba matar. Necesitaba sobrevivir. El mundo real no era tan simple como eso. No era tan puro. Había algunas reglas.

Casi olvidó esas reglas cuando emergió a la superficie. Si no hubiera sido por Dean que estaba allí con ella, entonces habría matado a la pareja en el campamento. Al parecer él no se había desprendido del mundo real. No como ella. 

Así que cuando la luz cegadora se desvaneció y fue arrastrada de regreso al viejo mundo que se había vuelto tan desconocido, dejó que Dean tomara la iniciativa.

La mujer se había quedado en la tienda de campaña y empujó a su novio a la noche. Su temor era palpable y la linterna se sacudía al brillar la luz sobre los árboles que lo rodeaban. Sus hombros se relajaron, él soltó una risa nerviosa y volvió a la tienda. Le dijo a su novia que sólo había sido un ciervo, pero sabía que estaba tratando de convencerse tanto como trataba de convencerla. 

Gritó cuando se giró y la vio. Anna sólo podía imaginar cómo debía lucir. No había espejos en el purgatorio. Tampoco había duchas. Gritó de nuevo cuando Dean salió de las sombras y se puso a su lado. Tenía una hacha precaria agarrada en sus manos. Ella tenía una similar.

—¿Dónde estamos? —le preguntó Dean al hombre.

—¿Qué? —la novia salió de la tienda y Anna sacó su arma del cinturón y le apuntó. No le quedaban balas, pero ella no necesitaba saberlo.

—Eh, oye —el hombre puso a su novia detrás de él y levantó sus manos para demostrar que estaba desarmado.

—¿Dónde está la carretera? —gruñó Dean.

El muchacho señaló su derecha. —A 19 kilómetros en esa dirección.

Anna corrió en esa dirección sin decir nada más. Dean permaneció en el lugar por un momento, observando con los ojos bien abiertos por encima del equipo derramado sobre el suelo. Vio una mochila llena y se la arrebató con la esperanza de que pudiera tener comida y agua, antes de que se escapara detrás de ella.

****

—No vamos a pasar la noche aquí —dijo Dean mientras entraba por la puerta del motel y la cerraba detrás de él. 

Tenía una bolsa de plástico en la mano, llena de barras de caramelo que había robado de la máquina expendedora que estaba justo afuera. Abrió ligeramente las persianas y miró por la ventana.

—¿Están alquilando la habitación? —le preguntó Anna mientras sacaba la toalla de su cuerpo y empezaba a hurgar en una bolsa que había robado de la habitación que estaba a unas pocas puertas. 

Buscaba algo de ropa fresca, la mujer que se alojaba ahí y que era la dueña real del bolso era casi de su tamaño. Y aunque no era una fan de usar pantalones cortos y una camiseta sin mangas, era mejor que el vestido floreado que tenía.

Dean se volvió hacia ella justo cuando terminó de ponerse la camiseta y subirse los pantalones cortos. —No lo sé con seguridad. Pero un coche acaba de estacionar y esta es la única habitación vacante que tienen.

Ella suspiró. —Esto es lo que conseguimos por pensar que podríamos entrar en un motel por la noche.

—¿Preferirías el banco del parque?

entre los hermanos | supernatural¹Where stories live. Discover now