Otto.

1.8K 202 3
                                    

Otto.

[Isaac]

El sonido de mi móvil hace que me remueva en la cama, joder mi cabeza me duele como los mil demonios. ¿Pero que jodidos hice?

El móvil sigue sonando, hago el intento por abrir mis ojos y encontrarle para que dejé de sonar de una puñetera vez.

Vuelvo a hacer el intento de abrirles y lo logro con bastante dificultad. Mis párpados pesan y se niegan a abrirse por completo. Una punzada me atraviesa una vez que mis ojos se han abierto por completo e intento reconocer la habitación en la que me encuentro. Miro a todos lados intentando averiguar dónde me encuentro y luego de unos minutos reconozco el lugar. Estoy en casa de Madison, el alivio se hace presente en mí. Por un jodido momento creí que había hecho alguna locura y me encontraba en la cama de alguien más. Ya saben alguna aventura de una noche y la verdad no me gustan esas cosas. Tal vez ebrio como estaba anoche podría haber cometido ese error, pero ahora sé que no y me siento aliviado.

Otra vez el sonido de mi móvil logra sacarme de mi ensimismamiento, me levanto con cuidado de la cama. Intento rastrear de donde proviene el sonido y lo identificó cerca de una silla. Mi cazadora esta tirada a un lado y ahí esta mi móvil. Lo sacó del bolsillo de la misma y veo quien es la persona que insiste tanto. Mi madre. Observo la pantalla por un momento que me parece eterno, dudo en contestar. Va a darme un sermón y eso lo sé a la perfección.

Y la verdad no me apetece hablar con ella en este momento y menos cuando mi cabeza parece que va a estallar. Carajo, no debí beber de esa manera. Ahora mi cuerpo está sufriendo las consecuencias. Estaba tan molesto por la pelea con Ethan, que no le di importancia a lo que bebía. Quería olvidar por un momento mis putos problemas y los ahogue en alcohol. Como si eso fuera a desaparecerles, reí por mi estúpida ocurrencia, a veces puede ser un total imbécil.

Para que mamá me llamé de esa manera debe ser porque esta preocupada y la deben de haber llamado de la jodida Universidad para avisarle que no he ido. ¿Y quién iría luego de haberse ingerido todo el puto alcohol en una fiesta? Nadie y yo no soy la excepción.

Apagué el móvil y volví a acostarme en la cama. Mi cuerpo me pedía a gritos descansar y se lo daría. Luego me preocuparía por mi alocada madre y el imbécil de mi padre. En estos momentos sólo quería dormir un par de horas más y luego ir al gimnasio a entrenar. Y como esperaba me entregué a los brazos de Morfeo, olvidando por un momento todos los problemas que me rodean.

(...)

—Buenas noches bello durmiente —me saluda mi abuela con algo de diversión en su voz.

—Shh, no grites por favor —pedí masajeando mis sienes—, ¿Tienes algo para el puto malestar? —pregunté tomando asiento en uno de los taburetes de la isla de la cocina.

Mi abuela me miró de una manera reprobatoria por mis palabras.

—¿Qué te he dicho de hablar de esa manera niñato? —pone sus manos a cada lado de su cintura, en forma de jarra.

Me encogí de hombros restándole importancia.

—Da igual —respondí—, ¿Tienes algo o no? —sonreí mostrando mis dientes y haciendo morritos, para que me mime un poquito.

Ella negó con la cabeza y me entregó una pastilla junto a un vaso de agua.

—Te aviso que tu madre llamó —me cuenta—, Le he dicho que no sé nada de tí, así que cuando tu berrinche de niño pequeño acabé, llama y dile que estas bien —pasa por mi lado y besa mi frente.

Toxic.   #TopCharacter2018 #PremiosPlaneta2021Where stories live. Discover now