Toxic. #TopCharacter2018 #PremiosPlaneta2021

Espero os guste 💕

[Lina]

Mi padre me obliga a caminar por los pasillos de este lugar, sigo sin entender que hacemos aquí. He intentado que me contase lo que sucede, pero se niega a decirme.

No me da buena espina este repugnante lugar, hemos pasado al lado de hombres que parecen peligrosos. El lugar se ve horrible y no me está gustando nada.

Mi padre abre una puerta y me obliga a entrar. Dentro de ella hay una mujer de aproximadamente unos cincuenta años. Cabello rubio, ojos verdes. De cuerpo esbelto y una altura envidiable.

Tragué con dificultad en cuanto se acercó a mí, me observó de arriba a abajo. Joder.

—¿Qué es lo que ha visto en ti?.—pregunta para si misma mientras se lleva una mano a su mentón.

—Te la dejó, hazle ver presentable y espero saldar la puta deuda con vosotros.—espeta irritado mi padre.

¿Me dejará aquí? ¿En serio? No puede hacerme esto, soy su hija. Me acerqué a él lo más rápido que pude y comencé a rogar para que no me abandonase. No quería quedarme en este lugar, no me apetecía.

Pero mis súplicas fueron en vano, aunque le rogue se fue dejándome junto a esa mujer.

Iba a saldar su deuda conmigo, ni siquiera había arrepentimiento en sus ojos al irse. No le importaba y jamás lo haría.

—Te dejaré preciosa y Lance se volverá loco.—dice con una gran sonrisa.

Me obliga a quitarme la ropa y luego me tiende un diminuto vestido de color vino. Me maquilla y arregla mi cabello en un elegante moño. Tenía demasiadas ganas de llorar, pero no derramaria ninguna. Debía ser fuerte y en el momento indicado escaparia. No importaba donde, sólo debía huir.

La mujer me obligó a salir de la habitación y caminar otra vez por los pasillos. Busqué con la mirada alguna salida y así salir pitando de este lugar.

Pero no había salida alguna o al menos que yo alcanzase a ver. Paramos frente a una enorme puerta, ella golpeó con toques suaves. Luego se escucho un "adelante" de una voz masculina. Mierda.

Me empujó sin cuidado alguno dentro del lugar, que era la oficina de alguien.

Un hombre estaba allí, sentado en su escritorio y con una sonrisa en su rostro que logró detener mi corazón.

Se levantó de su asiento y camino con lentitud hacia mí. No me moví de mi lugar, el miedo comenzaba a hacerse presente. Y las ganas de llorar regresaban.

Se paró frente a mí y llevo una de sus manos a mi mejilla. La repulsión me recorrió con su toque.

—He esperado mucho por ti pequeña Lina.—una sonrisa lobuna adorno su rostro.—Tu padre me debía bastante dinero, una deuda que sólo podía ser saldada si te traía ante mí. Vales mucho más de lo que el maldito de tu padre me debe.—dice con diversión.

—Quiero irme, por favor.—pedí aguantando las lágrimas.

Volvió a sonreír.—Te irás, pero conmigo. Ahora me perteneces pequeña.—acuno mi rostro entre sus manos.