El alfil del rey

107K 9.3K 2.4K
                                    


—No has vuelto a hablar con él, ¿verdad? —me preguntó Curi el domingo a la noche. Estábamos los dos solos en su departamento, cenando nachos con queso y viendo una temporada de su serie favorita. No entendía bien de qué se trataba, y tampoco me concentraba demasiado, no podía despegarme de lo acontecido la noche anterior. Así que estaba con mi celular en la mano, atenta al chat de Ethan. Mirando una y otra vez el mensaje que le envié esa siesta para saber si estaba bien y que nunca me había contestado.

—No... —contesté con pesadumbre.

—Sigo pensando que deberías ir a verlo y explicarle todo —sugirió.

—¿Qué sentido tendría eso? —le pregunté por tercera vez en el día.

Las veces anteriores él se había callado con esa pregunta, sin embargo, ya no lo hizo.

—Me pongo en su lugar —explicó. —No me gustaría ver a la chica que quiero besándose con otro.

—¿Y qué se supone que voy a decirle? "No quiero a Benjamín, te quiero a ti. ¡Alégrate! Ah no, espera, no te alegres porque en realidad no puedo estar contigo" —relaté con ironía.

—Bueno, —propuso él —si fuera yo, preferiría escuchar que no puede estar conmigo, antes que pensar que no quiere hacerlo. Imagina lo que debe estar sintiendo al creer que no lo quieres.

—No lo sé, Curi. Tal vez sea mejor que piense eso. Tal vez así sea más fácil que se olvide de mí —contesté. Aunque me dolió pensarlo.

Él se movió hacia mí y pasó su brazo sobre mi hombro.

—En el fondo no quieres que se olvide de ti —me dijo.

Me recosté por él.

—No... pero, ¿qué más puedo hacer?

—Empieza por decirle la verdad —refirió. —Que lo quieres, pero que no pueden estar juntos hasta que se resuelva el conflicto por tu casa.

—No voy a hacer eso —expuse. —Si lo hago él dejará el directorio. No voy a permitir que abandone, por mí, todo por lo que ha trabajado. Y aunque las cosas sigan como siempre, no voy a estar con él porque no voy a arriesgarme a entregarle mi casa en bandeja de plata.

—¿Sabes cuál es tu principal problema, Jackie? —me dijo, para mi sorpresa. Pensé que Curi creía que yo no tenía ningún defecto. —Tu terquedad.

Reí.

—Mi terquedad es lo único que me ha salvado de darle a Ethan todo —me defendí.

—Porque te estás enamorando de él, y eso te aterra. Porque también amas la casa de tus padres. Pero, ¿sabes algo? Una casa es sólo una estructura. Los recuerdos que guardas de ellos siempre van a estar aquí —dijo, apuntando mi pecho.

Mis ojos se aguaron instantáneamente.

—Se supone que eres mi mejor amigo. Deberías apoyarme —le reclamé, aún con suavidad.

Él me miró a los ojos.

—He apoyado tu terquedad por demasiado tiempo, Jackie. Es hora de que empiece a apoyar a tu corazón —afirmó con delicadeza. —Sabes que nunca quiero contradecirte, pero ya no puedo sentarme a mirar cómo apartas a la persona que quieres. Tus padres ya no están aquí, por mucho que eso te duela. Pero Ethan sí.

Me puse de pie, sulfurada.

—¡No tienes derecho a hacerme cambiar de opinión! —me quejé. —Te quiero, y también a Ethan, pero no voy a dejar que ninguno de los dos me convenza de vender mi casa.

Casa NO en venta (completa✔)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora