Una Aventura con mi Paciente

Capitulo 9:

    Toda la semana Liz se la paso pensando en que era eso que tanto le molesto a su paciente André, que fue lo que dijo para que él se fuera así sin más, pero con eso se dio cuenta que, si era agresivo y explotaba por nada, pero lo que más le inquietaba era eso que dijo de ser progenie del diablo, no entendía nada y paso todos los días restantes dándole vuelta al asunto.

     Hoy como todos los días, Melanie la dejo en el trabajo, entra al edificio dándole buenos días a sus compañeros de la planta baja para subir luego al ascensor, llega rápido a su destino y se encuentra con Jack hablando con la secretaria de su piso, por lo que logra ver esta coqueteando con ella, así que, sin querer interrumpir a su amigo, se dirige a la cafetería que se encuentra en la última puerta de la derecha. Es una habitación como todos lo consultorio solo que se complementa de una maquina expedidora de dulces, con mesas y sillas, una nevera con jugos y refrescos y una máquina de café expréss, presiona el botón de hacer capucchino en la máquina de café para luego dirigirse a la de dulce para presionar uno de los números escogiendo un pan con trozos de frutillas, con el café en una mano y el pan en la otra se dirige a su consultorio.

     Con dificultad trata de abrir la puerta de su consultorio, pero al parecer no será posible, entre maldiciones susurradas, siente como llega alguien a su lado así que levanta su vista encontrándose con la de uno de sus compañeros de trabajo, su nombre es Frank Adamson, es un chico de tez blanca, ojos azules, pelinegro, tiene veintiséis años, es muy amable, simpático y atento y muy guapo para ser sinceros.

- Déjeme que la ayude damisela – dice sonriéndole de oreja a oreja mientras abre la puerta.

- Gracias – dice Liz sonrojada.

- De nada, que tengas buenos días – dice guiñándole un ojo mientras espera que Liz entre.

- Que tengas un buen día tú también – dice ella sonriendo radiante ya dentro de su consultorio, Frank cierra la puerta.

     Se da la vuelta aun sonriendo y enciende la luz, cuando su vista recae en los asientos donde conversa con sus pacientes, se da cuenta que se encuentra uno de ellos ahí sentado, así que medio pega un gritito y salta del susto, llamando la atención de la persona sentada en el gran sofá, que voltea así donde esta ella.

- Buenos días Doctora – dice sonriente André y es en ese momento que cae en cuenta que hoy es jueves.

- ¿Qué haces aquí tan temprano? – pregunta mientras camina sentándose en el sofá individual dejando su café y pan en la mesilla de centro.

- Digamos que quise madrugar – dice tranquilamente – ¿y quién era ese que la traía tan feliz Doctora? – dice desafiante mirándola serio.

- ¿Y porque debería explicárselo? – dice confundida Liz por la repentina actitud de André.

- Cierto porque debería – dice irónico – sigamos en donde nos quedamos el jueves pasado – dice indiferente mientras se a recuesta en el sofá.

- ¿ok? – solo logra decir Liz por la actitud bipolar de su paciente – bien sigamos – dice mientras agarra su libreta y lápiz no sin antes darle un sorbo a su capuchino – vuelvo con la misma pregunta ¿Por qué te dices o dicen progenie del diablo? – dice seria mirándolo.

- Bueno se puede decir que así es como me considera mi amable abuela – dice sarcástico mirando el techo mientras sonríe amargamente.

- Y ¿hay alguna razón por la que piense eso de usted? – pregunta mientras va anotando todo en su libreta.

- Bueno se puede deducir porque soy por decirlo así el chico malo, la oveja negra, el desinclinado de la familia perfecta Hamann – dice sarcástico y molesto.

- Ok entiendo, ahora cuéntame de cuantas personas se compone tu familia – dice Liz mirando el perfil tenso de André, anotando cada minúsculo gesto.

- Está compuesta por mi padre James un importante empresario y administrador de sus propias empresas, mi madre Ellen una modelo y administradora de su propia empresa de modelaje, mi abuela Grace, madre de mi padre, una abuela exigente a la que hay que complacer – todo esto lo dice en un tono amargado y sarcástico – luego están mis hermanos, Jasón de ocho, mi pequeño campeón y Jade de siete mi pequeña princesa, son irritantes y malcriados pero a fin de cuentas son la luz de mis ojos – esto lo dice en un tono cariñoso y dulce, sorprendiendo a Liz, quien lo mira conmovida y con una dulce sonrisa.

     Liz en seguida quita su expresión y pasa a una neutra para que él no se percate de que la conmovió con su dulzura a sus hermanos, puede que reaccione mal por ver vulnerable ante ella.

- Ok, sigamos – dice seria mientras se remueve en su asiento - ¿Por qué dices que tu abuela es exigente?

- Ella tuvo seis hijos, tres mujeres y tres hombres, las mujeres para ella tienen que ejercer solo la carrera de modelaje, no pueden hacer otra cosa y los hombres tiene que ser empresario, su familia tiene que ser perfecta, con modales perfecto, adinerados, bien vestidos, educados, disciplinados y quiere que sus nietos sean igual que sus hijos, las nietas tienen que ser modelos y los nietos empresario – cada palabra que dice lo hace con amargura y rabia – y yo empresario es lo menos que quiero ser. – dice molestos cruzándose de brazos.

- Ok entiendo, ¿y que es lo que quieres estudiar? – Liz trata de ser delicada con cada pregunta que hace, no valla hacer que toque un tema delicado y él se valla como el primer jueves.

- Es un tema que no quisiera hablar en estos momentos – dice frio mientras se levanta para sentarse y mirar a Liz a los ojos - ¿podemos dejarlo para el otro jueves? – le pregunta tenso.

- Claro si así te sientes cómodo perfecto – dice Liz hipnotizada en el café claro de los ojos de André.

- Perfecto, nos vemos el próximo jueves Doctora – dice sonriéndole pícaramente para luego levantarse y salir rápidamente dejándola sola y pensativa. 

<3 

<3 

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Frase del día: - No podes continuar viviendo y pensando como lo has hecho hasta ahora(y agrego) si queres liberarte de algo o cambiar algo. Porque puede ser que te quedes atrapado. - El Caballero de la armadura oxidada.