Shine Forever [Kimin-Kihyuk] [Monsta X]

Capítulo 2

Abrió los ojos lentamente, incorporándose como podía debido a que el asiento aplastaba su delgado cuerpo. Estaba aturdido y adolorido por el accidente. Los vidrios estaban rotos, la parte delantera del auto estaba hecha un desastre. Su vista estaba media borrosa en un comienzo, hasta que logró ver con más claridad. Ya no estaban en la carretera. Habían caído de ella, quizás dando vueltas con el auto sobre la loma que tenían al lado. Vio sus cortadas manos que desprendían sangre, manchando aún más sus sucias prendas. Como pudo, intentó moverse para intentar llamar a Kihyun, quién estaba a su lado, acostado sobre el volante.

—Ki...—un dolor abominable destruyo su manera de hablar. Debía tener algo roto eso era un hecho.—Kihyun.

El mayor como pudo trató de moverse hasta poder estirar a gran esfuerzo su brazo para poder sacudir suavemente al mencionado, pero aunque el leve empujón que Minhyuk le estaba dando no funcionara este mismo no se dio por vencido, haciendo lo posible para que su mejor amigo despierte, intensificando sus toques y empujones, siendo cada vez más preso por la desesperación y el miedo de que el brillo de Kihyun se haya apagado por completo.

Solo hacía falta ver la sangre en la ropa de Yoo para hacer de que Minhyuk se desespere aún más, o tocar su húmeda mejilla por el líquido rojo. No lograba verlo con claridad, tampoco quería mover mucho al menor por miedo de que esté sobre algo demasiado cálido que pueda llegar a provocarle un daño mil veces mayor del que ya tenía. Pero sentir la sangre de su amigo en la mano no ayudaba a aliviarse en nada, al contrario.

—Maldita sea Kihyun ¡Despierta!—habló un poco más fuerte, con la voz quebrada acompañada de lágrimas que amenazaban con salir de sus ojos.

Minhyuk sentía dolor en varias partes de su cuerpo, más aún cuando intentó moverse para despertar, en su tercer intento fallido, a Kihyun. Su olfato no tardo en reconocer el terrible olor a combustible que había en el auto, aunque aún se encontrara en un completo shock por la situación, el olor a la sustancia lo asustó en demasía, debían salir del auto ahora.

Trató de despertarlo por última vez, pero este no se inmutaba. Su labio inferior comenzaba a temblar, y aquella batalla en retener las lágrimas parecía ser en vano, haciendo que un sollozo salga de sus labios. Kihyun seguía inmóvil, en la misma posición, boca abajo, acostado sobre el volante. Lee observo la línea de sangre que recorría el hermoso y perfecto rostro del menor contrastando con el pálido color de su piel, comenzando a sentirse culpable porque posiblemente el último momento que pasó con Kihyun fue una triste discusión ocasionada por él mismo, por actuar con un idiota. Min no quería eso. No quería que él apagara su brillo para siempre, quería seguir brillando por Kihyun para toda la vida.

—¡Por favor!—inquiere con frustración Minhyuk al aire, dejándose vencer por el llanto.

Lee se armó de valor antes de comenzar a moverse nuevamente, dolores incesantes se instalaron en su frágil cuerpo en el momento que hizo lo posible para siquiera tomar el asiento e intentar quitárselo de encima. Pero aunque esto le quitara el alma, Minhyuk no iba a quedarse esperando por aquel rescate que nunca llegaría, ni mucho menos, dejar a Kihyun en ese estado o quitarles la vida a ambos con el miedo de que el auto en cualquier momento podría llegar a explotar.

Puede que al principio haya deseado morir al lado de Kihyun, su amado Kihyun. Ahora que estaban a un paso de que aquello se haga realidad, no quería. No quería irse de este mundo sin siquiera haber probado los labios de su amigo. Permanecer junto a él hasta ancianos. Viejos y amargados ancianos.

La primer caída cuando logro estar fuera del auto fue la más dolorosa, ese instante en el que sintió cada fibra de su cuerpo gritar un alto. Lágrimas adornaban sus ojos. Lee observo el paisaje mientras caminaba hasta la puerta del piloto, el castaño bañado en tintura no tenía idea de donde estaban, era una carretera sin duda, pero no era la misma por la que estaban andando antes de caer inconsciente.