Capítulo 7

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Minhyuk miraba aquel pequeño cuerpo recostado sobre la camilla desde arriba. Kihyun estaba conectado a varios cables, con sus hermosos brillos que contenían aquel característico brillo lleno de vida, cerrados. Apagados. El electrocardiograma llenaba el silencio de la habitación, midiendo los lentos latidos del corazón del paciente que seguía en coma. Minhyuk contenía las lágrimas, ya había llorado mucho durante el día, sentía que iba a deshidratarse si derramaba una lágrima más. Sin embargo, aquel horrible dolor que sentía en su pecho y garganta por contener el llanto se hacía presente en él, haciéndose cada vez más molesto y difícil de sobrellevar.

Por fin el doctor Chae había dejado que Minhyuk viera a Kihyun ni bien terminó de curar sus heridas mientras él se encargaba de Jooheon. Y aunque lo haya dudado un poco, porque sabía muy dentro de sí que abría esa puerta iba a arrepentirse al ver a su mejor amigo en aquel estado, lo hizo.

No estaba arrepentido, como lo creía minutos atrás mientras se cuestionaba el entrar cuando ya estaba en la puerta, con el picaporte entre sus manos. En realidad, no sabía que clase de sentimiento tenía en aquel momento. Pero de algo estaba seguro, y era que aquello que estaba viendo delante de sus ojos le dolía como el demonio. Tanto que no derramó ninguna sola lágrima, tanto que ni siquiera mostró algún tipo de expresión. Serio, sentándose lentamente en la silla que estaba al lado de la camilla de Kihyun.

Tomó la mano del pelinegro con las suyas, cubriéndola con cariño. Minhyuk miraba su rostro, pasando de sus sedosos pelos negros a sus cerrados ojos y deteniéndose en su recta y perfecta nariz que contenía un respirador en sus fosas nasales. Luego siguió por sus labios. Aquellos hermosos labios que sigue teniendo la esperanza de que algún día los va a besar. Acarició su mejilla con lentitud, mirándolo con ternura y tristeza a la vez.

—Tú no mereces esto...—susurró con la voz temblorosa.—¿Cómo fue que acabaste así, Kihyun?

La puerta se abrió justo en ese instante, haciendo que los ojos de Minhyuk volaran hacia la entrada, sobresaltado, apartando sus manos del cuerpo de Kihyun con brusquedad. Su amigo, Shin Hoseok, estaba parado quieto, aún con el picaporte en la mano. El de pelos negros con reflejos verdes pasó sin decir una sola palabra, cerrando la puerta detrás de sí. De repente, el ambiente se volvió tenso.

¿Él sabría acerca de la verdad? ¿O seguirá pensando que todo es culpa de Minhyuk? El peliceste creía que así era al ver los fríos y asesinos ojos de Hoseok mirándolo fijamente. Él muy rara vez tenía esa mirada, de hecho no ocurría nunca. Sus ojos desprendían un aura de paz, como si viera todo con total cariño. Shin tenía una mirada realmente dulce y suave.

—¿Qué haces aquí?—rompió el hielo Hoseok, con una voz totalmente seca y dura, demostrando el desprecio que comenzó a sentir por Minhyuk. Su mirada juzgadora y su voz demandante hacían que Lee se sintiera como en un juicio, a punto de ganarse veinte años de cárcel. 

—¿Tú que crees?—cuestionó el menor de los dos.—Vine a ver a Kihyun.

—¿Estás seguro que no estás aquí para matarlo?—preguntó el contrario con total ironía, cruzándose de brazos.

—Hoseok...

—Te vi, Minhyuk.—lo interrumpió.—Vi cómo dejaste a Kihyun a un costado de la carretera, sin importarte una puta mierda su estado.

—Hoseok, escucha.

—Y vete a saber tú si no provocaste el accidente apropósito. No había ni un alma ahí en la carretera.—lo ignoró por completo, negándose a dejar que Minhyuk se explicara.

Esto hizo que Lee ya no quisiera explicar las cosas de una forma pacífica y con calma. Su sangre hirvió. No toleraba que lo culparan de algo que no hizo, y mucho más de algo ta grave como decirle que él ocasionó el accidente y que por su culpa Kihyun está en coma.

Shine Forever [Kimin-Kihyuk] [Monsta X]Where stories live. Discover now