Shine Forever [Kimin-Kihyuk] [Monsta X]

Capítulo 5

—¿Qué haces aquí?— preguntó detrás de Minhyuk, haciendo que él se volteara soltando el picaporte de la puerta que jamás fue abierta. Lee se quedó inmóvil al verlo, parado frente a él, con los hijos quemando de la ira.

No había motivo para que Jooheon lo mirara de esa forma, con sus ojos tan oscuros que parecían un agujero negro a punto de tragarse todo lo que estaba a su paso. Minhyuk tembló al verlo así un breve momento, de verdad parecía que iba a hacerle algo pronto. Su cuerpo se tensó por completo cuando el de cabellos blancos comenzó a caminar con furia hasta pararse de él. Temía que pasara algo malo, y el solo verlo a Jooheon te dabas cuenta de que así iba a ser.

—¿No te da vergüenza intentar abrir aquella puerta luego de lo que hiciste?— escupió el menor. Minhyuk comprendió a lo que se refería, recordó que el de pelos blancos había malentendido algo por culpa del testimonio de alguien que desde su punto de vista las cosas parecían ser totalmente fuera de contexto. Y Min, no pudo contarle la verdad gracias a la inercia de Jooheon.

Lo cierto es que nada de eso había pasado, pero, como siempre, Jooheon no dejaba que alguien explicara lo que realmente sucedió. Ocurrió lo mismo cuando llegó en el momento menos indicado que fue cuando encontró durmiendo a Kihyun junto con Minhyuk apenas habían comenzado a salir. Hizo tanto revuelo por aquello, armó tanto escándalo a punto de terminar con el mayor hasta que Yoo estampó su mano contra su mejilla para que se calmara y lo dejara hablar. Siempre pasaba exactamente lo mismo, sólo que Min no se encontraba con la suficientemente fuerza ni la estabilidad como para golpearlo o gritarle para que lo escuché. Y también, otro punto que estaba a su contra, es que sólo Kihyun podía calmarlo de aquella manera. Si el peliceleste le levantaba la mano, era como cavar su propia tumba.

—No quiero que cruces esa puerta.— ladró Jooheon. Parecía un demonio que iba a tragarse todas las almas que estaban a su al rededor. No era nada agradable encontrarse con él en esas circunstancias.

—Solo vengo a ver a mi amigo.— una sonrisa vaga y triste se dibujó en su rostro. Estaba claro que Jooheon estaba allí con ganas de gritarle de todo para no matarlo con el jarrón gigante que estaba al costado de la puerta de la habitación de Kihyun. Desde luego, Minhyuk no tenía ánimos de ni siquiera estar parado adelante del menor de ojos pequeños. Simplemente quería estar junto a su mejor amigo y disculparse de algo del cual Lee comenzaba a dudar acerca de si todo esto pasó por su culpa.

—Amigo.— repitió con una risa sarcástica Jooheon. No creía que el contrario podría ponerse aquel título después de lo que hizo. Le causaba tanta gracia y rabia el tan solo encontrarlo en el lugar y momento menos indicado.— ¿De verdad te sigues considerando amigo de Kihyun, Min? ¿Es que no tienes vergüenza?

En la última pregunta, el peliblanco entrecerró los ojos ladeando la cabeza. Estaba enojado, sí. Quería matarlo a Minhyuk con sus propias manos sin importar la cantidad de personas que habían a su alrededor por haberle arrebatado el hermoso y resplandeciente brillo de su pequeño novio.

—Jooheon, yo no provoqué el accidente.—aprovechó Minhyuk para decirle eso una vez más, pero no hubo caso. Sirvió para nada más y nada menos lograr otra discusión.

—Lo dejaste a un costado de la ruta. ¡Desangrándose!

Y al parecer, el Lee menor estaba totalmente negado a escuchar su versión. Más que nada porque ya no quiere que ese chico que está enamorado de Yoo Kihyun, su pareja, se acerque a dicha persona para lo que resta de sus vidas. Heon sabe lo cercanos que son y tiene miedo de que Minhyuk vuelva a arrebatarle al chico de su lado, pero esta vez de manera sentimental.

— ¡Necesitaba buscar ayuda! ¡Estábamos completamente solos!— levantó la voz el mayor robándose los ojos de todos aquellos que estaban presente. A los dos chicos pareció importarles nada y siguieron en su pequeña burbuja pretendiendo que solo eran ellos en su discusión.