Shine Forever [Kimin-Kihyuk] [Monsta X]

Capítulo 12

Jooheon nuevamente estaba observando a su novio en la camilla mientras Changkyun se mantenía sentado en el sofá que está en frente del mayor con su móvil, distraído mientras escucha música y revisa sus redes sociales. El único sonido que llenaba el espacio era el de la máquina que marcaba el ritmo cardíaco de Kihyun, quien sigue estando conectado a miles de cables por distintas partes de su cuerpo.

Changkyun pensaba en Minhyuk en ese momento, en lo que le había dicho con respecto a ver a Kihyun sentado en el sofá de su cada, eso muchas veces lo distraía de la letra de la canción que cantaba mentalmente. No podía deshacer la imagen de Lee llorando desconsoladamente luego de que le dijera que quizás es una señal de que está bien, aunque no lo tiene del todo claro, ¿no se supone de que si se mostró, estaría muerto? Algo así como un fantasma. 

Miró al cuerpo de Kihyun, con un respirados en sus fosas nasales mientras Jooheon acaricia su mano. Luego el electrocardiograma. Los latidos de Kihyun notaba que seguían siendo igual que siempre que han venido a visitarlo, no había nada extraño en eso. Entonces, ¿qué era exactamente? Lo más lógico y que cualquiera pensaría, es que Minhyuk estaba volviéndose totalmente loco.

—Jooheon...—rompió el silencio Changkyun, robándose la mirada del mencionado.—Ayer fui a ver a Minhyuk y...  

La puerta de la habitación se abre de repente interrumpiendo al menor, haciendo que ambos chicos voltearan hacia aquella dirección, viendo cómo el doctor Chae se adentraba, serio, mirando las hojas que traía en sus manos. Changkyun se quitó un auricular, sabía que tenía algo para decirles a ambos.

Hyungwon clavó la mirada en Jooheon para luego decirle:

—Señor Lee, debemos hablar un momento.

Aquel tono tan serio con el que lo dijo no pudo provocar más que un sentimiento de inseguridad en él. Jooheon y Changkyun intercambiaron miradas por un momento, antes que de el chico de cabellos blancos se pusiera de pie y saliera junto al doctor de la habitación, dirigiéndose a la oficina de Hyungwon.

Ambos pasaron, Chae se sentó en la cómoda silla junto al escritorio, corriendo algunas hojas para hacer algo de lugar en la espera de que Jooheon se siente delante de él. Cuando por fin lo hizo, y una vez de que se haya acomodado sobre el siento, Hyungwon aclaró su garganta. El menor de los dos estaba sumamente nervioso, siempre que lo llamaba en mitad de una visita era para darle noticias acerca de cómo iba avanzando su novio. Eran buenas noticias lo único que salía de los carnosos labios de Hyungwon, por lo que siempre estaba igual o incluso más de nervioso que otras veces.

—¿Cómo va Kihyun, doctor?—preguntó Jooheon al ver que Chae aún guardaba silencio.

El menor estaba algo feliz acerca de los buenos avances, pero ahora mismo, viendo el serio rostro que tenía Hyungwon en su rostro, y teniendo en cuenta que solamente guardó silencio en cuanto entraron, no podría ser algo bueno. La sonrisa que normalmente suele llevar en su rostro por la felicidad en saber que Kihyun va mejorando, se fue borrando lentamente.

—Esta mañana hemos notado un pequeño cambio.—contó el doctor Chae.—Hasta ahora, solo vimos grandes mejoras en cuanto al estado de Yoo Kihyun, teniendo un rápido avance. Pero... —dejó la frase en el aire un momento. —El día de hoy notamos que su ritmo cardíaco está bajando.

Soltó la bomba.

Jooheon se quedó sin palabras en ese instante. ¿Cómo debería sentirse? ¿Qué debería responder ante eso? Se estaba asustando. Tan solo  espera a que eso no quiera decir nada, que quizás es solo un pequeño y mal cambio, a lo mejor mejorará con el tiempo. No era el fin de nada, quería seguir manteniendo el optimismo en que su pareja en algún momento va a despertar y volver a ser todo como era antes. Casarse y formar una familia juntos con hijos adoptivos. No podía mostrar pesimismo, incluso si le dicen que hay que desconectarlo porque es inútil, negaría hacerlo. Lo mantendría en ese hospital la cantidad de años que sean necesarios hasta que finalmente su corazón deje de latir o abra sus hermosos ojos, no dejaría ir al amor de su vida tan fácilmente.