[LIBRO V]
▸Se ve a la Luna elevarse. Hay problemas en el camino; terremotos y relámpagos azotan estos tiempos
Un consejo amigable: no salgas ésta noche. Los lobos merodean la ciudad.
Con la Luna en lo alto, un amigo te traicionará. El enemigo tocar...
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➻ Capítulo 1: "Those summer days"
Aquel era el tipo de noche que Klaus más disfrutaba; una copa de un buen vino sobre la mesa, la sangre fluyendo como riacho y una agradable compañía, era la forma en la que él iba despidiéndose del verano.
En los meses venideros, dónde la ciudad parecía recomponerse después de tantos sucesos desastrosos, Klaus había empleado aquel tiempo en pintar. A su memoria habían acudido los recuerdos de las primeras semanas como vampiros, las cosas que sus hermanos tuvieron que hacer, la gente que conocieron y dejaron una gran impronta en ellos. Y durante el tiempo en que aquellos fugaces recuerdos permanecieron en su interior, él comenzó a llenar lienzos tras lienzos con los retratos de sus hermanos, de acuerdo a todas las eras que habían vivido y sobrevivido.
Con los pinceles en remojo y los botes de pintura cerrados, Klaus procedió a dejar su nueva obra de arte para el secado. Sus manos se hallaban manchadas con diferentes matices de negro que habían servido para darle vida al pulcro traje que, Elijah de la Era Victoriana, portaba para el retrato.
«Siempre y para siempre-pensó alzando su vaso en dirección al retrato mientras sonreía de lado-Siempre y para siempre»
Bebió un trago largo de bourbon mientras contemplaba orgulloso su trabajo. Su hermano posaba con un semblante majestuoso y honestamente parecía hablar con aquellos ojos brillantes. El híbrido no pudo sentirse más complacido.
Depositó el vaso sobre la mesa de su escritorio cuando a sus sensibles oídos llegó el rumor de un par de voces. Klaus abandonó el estudio, cerrando las puertas dobles a sus espaldas y enfilando hacia el pasillo; las voces provenían del cuarto de su pequeña lobita.
A medida que iba acercándose, las voces se aclaraban. Él podía escuchar los balbuceos de Hope, quién jugaba con sus muñecos, estrellándolos inocentemente contra el suelo mientras reía.
-Cada día está más grande. -escuchó comentar a Freya, quién desde los últimos meses se había encargado de cuidarla como si fuese su propia hija. -Pero hay momentos en dónde extraña a su mamá. -Klaus se detuvo a mitad del pasillo. El tono que su hermana empleó era triste, él lo percibió, aunque no podía deducir que expresión adornaba su rostro.
-Gracias por hacer esto. -manifestó la segunda voz, la voz del Elijah de la época actual con aquella distintiva delicadeza y precisión a la hora de hablar.
-Mañana es luna llena. -ahora las palabras de Freya rebozaban de alegría. -Sí quieres puedo ayudarte a llevarla al pantano. -se ofreció. -Claro, si así lo quieres. -recalcó.
-No será necesario, - expresó el Honorable, sonriendo probablemente. -Mereces una noche libre. -el segundo hijo varón del matrimonio Mikaelson se adentró a la habitación, por lo que Klaus ya no pudo divisar su figura desde el pasillo.
Había pasado un buen tiempo desde la última vez que Klaus había sido capaz de recordar que es lo que había pasado con Thalía. Claro estaba que todos lo miraban ofuscados desde entonces, pero él tenía la conciencia tranquila.
