[LIBRO V]
▸Se ve a la Luna elevarse. Hay problemas en el camino; terremotos y relámpagos azotan estos tiempos
Un consejo amigable: no salgas ésta noche. Los lobos merodean la ciudad.
Con la Luna en lo alto, un amigo te traicionará. El enemigo tocar...
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➻Capítulo 29:
"Who's scared of the big, bad wolf?"
El cuerpo de Aiden ardía, consumiéndose con una espantosa lentitud. El reflejo de las llamas se dibujaban en las olas del lago mientras la pira se deslizaba con morosidad, en dirección al horizonte.
Habían celebrado una pequeña ceremonia privada, dónde cada uno pudo presentar sus respetos y dar un último adiós. Incluso los lobos se hicieron presentes, pero se mantuvieron a lo lejos para no intervenir.
― Ya está ― el brazo de Klaus se posicionó sobre sus hombros; sentía su proximidad y era reconfortante, ― todo terminó. ―
No quería resultar pájaro de malagüero y decirle que todavía el juego no había concluido. Lucien había muerto, pero la profecía seguía en pie. Aun faltaba descubrir a la bestia, aquella que sería la perdición de la familia.
Aunque la reconfortaba saber que aun Aurora la esperaba pacientemente en el sótano de las Instalaciones. Esperando pacientemente su final.
― Vámonos de aquí. ― murmuró. Klaus echó una última mirada al lago, observando los rescoldos de las llamas que comenzaban a hundirse, las llamas consumiéndose en las frías aguas.
Regresaron al auto sin mirar hacia atrás.
― ¿Quieres ir a cenar? ― probablemente sonaba estúpido de preguntar; en el Rousseau se realizaría la despedida de Cami y Klaus estaría presente.
― Podemos pasar por el Rousseau, si quieres. ― ella sonrió mientras se acurrucaba contra el cristal de la ventanilla, abrazándose a sí misma.
Era una magnifica noche de luna llena. En las inmediaciones del pantano había una pareja capa de pequeñas lucecitas que danzaban en la oscura noche, bajo un manto de brillantes estrellas. Al costado del camino, sobre la rama más alta se vislumbraban los llamativos ojos amarillos de un búho que se hallaba posado junto al hueco del árbol.
― Estaba pensando en reconstruir la Plantación. ― murmuró Klaus, luego de un instante de silencio. ― Hemos pasado demasiado en las Instalaciones, que creo que lo mejor es empezar de cero. Además, podríamos tener un patio más grande dónde los niños podrían jugar allí y estaríamos más cerca del pantano. ―
Era en aquel punto de su historia donde ambos podían permitirse soñar despiertos, imaginando su perfecto final. Thalía sonrió tristemente, y asintió.
― ¿Recuerdas todo lo que ocurrió desde el primer momento en nos metimos aquí? ― Klaus la miró de reojo y asintió. ― Debo confesar que, al igual que tú, no estaba segura de como todo esto podría funcionar; estaba aterrada con el embarazo de Hope, no tenía las agallas para enfrentarme a semejante reto. ―
