[LIBRO V]
▸Se ve a la Luna elevarse. Hay problemas en el camino; terremotos y relámpagos azotan estos tiempos
Un consejo amigable: no salgas ésta noche. Los lobos merodean la ciudad.
Con la Luna en lo alto, un amigo te traicionará. El enemigo tocar...
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N/A: ¡Buenas!
Helo aquí, una nueva actualización que es parte del ¡especial de navidad! Originalmente, sólo iban a ser dos capítulos, pero ahora lo extiendo a tres capítulos.
¡Próxima actualización: 22/12!
Dany.
*-*-*
A medida que el mediodía, el color de la fogata se iba oscureciendo, tornándose de un rojo-anaranjado cálido. Su padre había sacado una caja de cervezas que había compartido con cada uno de los que habían decidido sentarse en el círculo alrededor del fuego; no había visto a Jackson, pero supuso que eventualmente se uniría a ellos. Para acompañar las cervezas, su madre había repartido trozos de pastel de calabaza con un generoso copo de crema.
– Creo que ya no me entra ni un bocado más. – jadeó Nick, apenas pellizcando un pequeño pedazo de su plato. Su madre le revolvió el cabello y le sonrió, aunque era una mueca triste. Era la primera cena de Acción de Gracias que pasaban sin su hermano. Pero aun así, Alex hizo todo lo posible para poner nuevamente una sonrisa honesta en su rostro.
– Creo que alguien debe pagar la apuesta por el juego de football. – bebió del pico de su botella mientras le guiñaba un ojo a su hermano.
– Te estás bebiendo tu paga, muchacho. – su padre dejó escapar una carcajada mientras cortaba un pedacito de pastel con el tenedor.
– Oh, viejo lobo. – Alex echó un brazo alrededor de los hombros de su padre y reposó la cabeza contra la suya.
La ronda alrededor de la fogata creció en una armoniosa conversación; Joselyn había entablado dialogo con algunos de las jóvenes lobas de la manada que aun no habían roto la maldición e intercambiaba consejos medicinales que había heredado de los libros de Eve. Nick se había levantado de su asiento y se había marchado para tomar las cañas de pescar de su padre e irse al pequeño muelle junto a sus amigos.
Alex dejó la botella vacía en el suelo y rápidamente su padre le alcanzó otra; eran los únicos dos que quedaban en silencio, sonriendo ante la tranquilidad del lugar.
– ¿Cómo marchan las cosas con Thalía? – preguntó su padre, siendo la primera vez que tenían esa clase de conversación. Alex bebió un poco y luego se limpió la boca con el dorso de la mano.
– Estamos bien. – mintió. No había compartido con nadie, ni siquiera con Jackson, las últimas discusiones, pero supuso que realmente no tenía importancia que alguien más lo supiese, al fin y al cabo era un asunto entre ellos dos. – Creo que vendrá para la noche. – consultó con su teléfono, a la espera de algún mensaje suyo o algo que indicase que ella cumpliría su promesa. – Lo más seguro es que pase la noche aquí. –
