[LIBRO V]
▸Se ve a la Luna elevarse. Hay problemas en el camino; terremotos y relámpagos azotan estos tiempos
Un consejo amigable: no salgas ésta noche. Los lobos merodean la ciudad.
Con la Luna en lo alto, un amigo te traicionará. El enemigo tocar...
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➻ Capítulo 8:
"The words we swear to keep"
– Pudimos haber tenido la mejor historia de amor nunca antes contada. Pero supongo que te olvidaste de ella. –
Aurora se acomodó su brillante cabello rojo y curvó los labios ligeramente.
– Oh, lo recuerdo muy bien. Esa noche te fuiste y ni siquiera miraste hacia atrás.
Klaus sonrió de lado. – Deberías considerarte afortunada. En mil años, nadie me ha hablado de esa forma y sobrevivido. – recordaba las duras palabras como puñales, escupiendo secretos que él le había confiado, y que ella había utilizado en su contra en el momento en que decidió abandonarlo.
– Sí, fui algo cruel, ¿verdad? Algunos podrían decir que fue algo inusual. – repuso ella, encogiéndose de hombros.
Klaus enarcó una ceja.
– ¿A qué te refieres? –
– No fui la responsable de romper tu corazón. – dijo. – Momentos antes de que me pidieras huir contigo, vi a tu hermano. – confesó. – Estaba alterado. Thalía estaba con él y parecían estar discutiendo; hablaban sobre huir, que cuanto más rápido lo hicieran mejor. Les pedí que me dejaran ir con ustedes e incluso prometí serte fiel. Les dije que te amaba y ahí descubrí algo que me sorprendió: me habías mentido. Tú tenías algo con ella. Y ella se enfureció. Elijah la detuvo en cuanto le dije que sería fiel a ti, a pesar de todo lo que tu pasado acarrease. Y él sólo me hizo una pregunta.
Los ojos de Aurora brillaban con cierto desdén.
– ¿Qué te dijo Klaus? Y casi sin poder resistirlo, le conté todo lo que tú me habías dicho. Intente evitarlo, pero las palabras surgían contra mi voluntad. – las lagrimas coparon sus ojos y Aurora comenzó a llorar. – No quería hacerlo.
– Pero se lo dijiste. – murmuró Klaus, perplejo. Recordaba haberle confiado sus más oscuros secretos, como lo ocurrido con su madre y todas aquellas mentiras que su familia había creído.
– No pude evitarlo. Las palabras salieron volando de mi boca... ¡palabras que juré jamás repetir! – Aurora le dio la espalda, abrazándose a sí misma. – Elijah no podía creerlo y Thalía estaba furiosa. Tal vez no le importó lo ocurrido con tu madre, estaba más preocupada por nuestra relación. Por lo que cuando insistí en ir con ustedes, ella me estampó contra la pared y mirándome a los ojos me prohibió ir. Y por alguna razón, sentí que aquella orden era algo que no podía desobedecer. Luego Elijah me hizo decir todas esas cosas, siendo inconsciente de que era capaz de obligarme; probablemente esa noche descubrió que podía influenciar a la gente.
