➻Capítulo 24: "Homini lupus est"

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Capítulo 24: "Homini lupus est"

― Okay, creo que tendremos que hablar sobre tus raros antojos. ― Thalía rodó los ojos, llevándose a la boca una cuchara de helado de vainilla, aderezado con maní salado y salsa de caramelo. ― Éste último y el de anoche si que me dieron miedo. ―

― No soy yo. ― repuso ella, limpiándose la salsa que se le había pegado a la comisura. ― Es tú hijo. ―

Klaus la miró de reojo, jadeando por lo bajo y sacudiendo la cabeza.

― ¿Estás segura de que es sólo él? ― desde el asiento de atrás, Hope balbuceó algo que hizo a sus padres sonreír. ― ¿Ves? Ella opina lo mismo que yo. ―

― Estoy segura de que es él. ― insistió Thalía, encogiéndose de hombros y limpiando la cuchara contra su labio.

― Bueno, sí tú lo dices. ―

Thalía extendió la mano, girando la perilla del estéreo, subiendo apenas un poco el volumen de la radio.

Habían abandonado la ciudad casi doce horas, en dónde en el camino habían intercambiado el auto de Klaus por la mini van que le habían conseguido los gemelos para poder despistar a quién estuviese detrás de ellos. Y muy a pesar de Klaus, habían acordado dirigirse a un lugar que Hayley aseguraba que era seguro y que ningún vampiro se atrevería a visitar.

La música era suave, probablemente algo indie, o probablemente era algo de música que estuviese a la moda en aquel momento. Thalía se recostó sobre el asiento, tarareando mientras una mano descansaba sobre su vientre.

― Tus hermanos han conseguido un lugar, uno bueno. ― murmuró Klaus, mirando por el espejo retrovisor, observando a Hayley quién dormitaba en el asiento de atrás con los auriculares puestos. ― Es bastante lejos, pero funcionará. ―

― Me conformo con que estemos todos juntos. ― expresó ella, raspando el fondo del pote de helado. ― ¿Tendremos que cambiar nuestros nombres? ―

― No lo creo. ― dijo Klaus, tomando una salida hacia el ala izquierda de la autopista. ― Pero si es necesario, lo haremos. ―

Tras abandonar la autopista, Klaus manejó unos cuantos metros más hasta que finalmente llegó a una estación de servicio. Thalía guardó el pote vacío dentro de una bolsa y volvió a limpiarse las comisuras.

― Tenemos que comprar provisiones. Y tengo que asegurarme de que Hope tenga pañales. ― Klaus asintió, al tiempo que ella se sacaba el cinturón de seguridad a medida que el auto comenzaba a disminuir la velocidad lentamente.

Tan pronto como sus pies tocaron la grava de la estación de servicios, sintió todo el peso de su cuerpo cayendo sobre sus piernas; habían hecho una única parada desde el momento en que se habían puesto en marcha, pero habían pasado muchas horas encerrados allí dentro.

➻ Bad Moon Rising ⭐ (LIBRO 5 - TO)  ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora