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La carta había llegado hace apenas unos pocos días.

Su madre fue quien la recibió la mañana del lunes, tomándola con gran emoción. Era la carta de escape para su pequeño DoYoung.

DongYoung jamás había pensado seriamente acerca del emparejamiento.

Pero su carta estaba ahí, frente a sus ojos. Su madre se la extendió en la oscuridad de su habitación. Con toda la fuerza que poseía alargo el brazo tomando el pedazo de papel.

"No estoy listo." Susurró mirando a su progenitora, con las manos temblando.

Ella negó con la cabeza mientras se sentaba al lado de su hijo en la cama dura. "DoYoung, este es tu escape." Le dijo la pequeña Omega apretando gentilmente su hombro.

"Y si RenJun vuelve y no..."

"Estarás a salvo conejito... Estarás lejos de aquí."

Quizá el no quería saber quién era. Cuantos años tenía. Si tenía dinero e incluso si era bien parecido o no. Pero sus manos abrieron lentamente el sobre. Totalmente ido.

Sacó el documento que especificaba ciertas características básicas de su futura pareja mientras su madre encendía la lampara. Lee TaeYong... Eso decía en el documento en el que lo denominaban "pareja estacional". Era diez años mayor, y vivía en una parte acomodada de su misma ciudad. Un lugar que sus ojos no habían visto jamás.

"¿Y?"

DongYoung permaneció en silencio durante unos minutos. Su madre se quedaría en ese infierno y el huiría. Sonaba como el plan de un cobarde. Pero... Si algo sucedía el tenía la posibilidad de volver a casa y refugiarse allí.

"Bien."


El auto iba despacio por las calles.

Habían decidido tomar un taxi después de que su padre se negara rotundamente a llevarlo a la dirección dada. Su madre se encargo de llamar y alistar todo.

Incluso de hablar con el Alfa.

Parecía que el no estaba tan convencido, ya que la Omega estuvo más de media hora hablando por teléfono con el. Quién sabe realmente que lo convenció.

El cambio alrededor fue algo brusco para DongYoung quien había vivido toda su vida en la parte más humilde de la ciudad.

"DoYoung, ¿Me estás escuchando?" Preguntó su madre a un lado suyo.

"Lo siento." Susurró dejando de mirar hacia afuera para enfrentar la cara de preocupación de la mujer. Era muy parecida a la suya, pero la preocupación estaba marcando con arrugas su frente. "Tranquila."

"Yo... De verdad espero que estés bien aquí." Le dijo mientras tocaba su mejilla. "Se ve como un lugar perfecto para mi frágil DoYoung." Una sonrisa esperanzada se dibujó en sus labios, haciendo que DongYoung asintiera con una sonrisa.

El auto se paró frente a una casa de una sola planta. Tenía ventanales al frente y un jardín con el césped podado. El techo negro, la fachada de un rojo cereza, el garaje a la derecha y el camino que llevaba a la puerta principal estaba adoquinado.

DoYoung abrió la puerta del vehículo, bajándose con inseguridad, su madre le siguió para abrir la cajuela, bajando las dos maletas. El tomo una y la Omega la otra, apretó su mano y los dirigió a la puerta principal.

Tocó el timbre y el corazón de DongYoung palpitó fuerte contra su pecho, temblando mientras esperaban fuera. Unos pasos se escucharon del otro lado, una maldición, un ladrido y luego más pasos.

"Un momento" dijeron del otro lado, antes de que la puerta se abriera y un torso desnudo los recibiera.

La mandíbula de DongYoung se descolgó mientras su madre soltaba una exhalación de sorpresa.

"Lo lamento... Estaba alistándome." Les dijo mientras se hacía a un lado. "Adelante."

La mujer miro a su hijo y luego al Alfa frente a ellos.

"Yo... Señor Lee, debo irme ahora. Tengo un turno en el hospital y como sabrá, no me es permitido llegar tarde." Le dijo la mujer, totalmente sonrojada mientras le extendía la maleta.

"Oh... Está bien." Dijo mientras rascaba su nuca y luego dirigía su mirada a DongYoung.

Era solo un niño.

El, receloso miro a su madre. "Conejito, cuídate mucho." Le dijo la mujer, dándole un tierno beso en la mejilla para luego marcharse.

DongYoung sabía que yendo de vuelta a casa, lloraría mucho. Lo supo porque incluso antes de entrar al taxi, ya tenía el olor característico de la melancolía.

"Bien... Entra."

El omega no dijo nada, solo se encaminó hacia dentro, sin mirar de nuevo al hombre que sería su compañero por un tiempo.

"Te llamas DongYoung ¿Verdad?"

"Hmm si." Respondió tímido, jugando con sus dedos.

"Soy Lee Taeyong, espero que tu estadía sea cómoda."

Taeyong notó los pequeños hematomas en la piel del chico frente suyo. Notó el sonrojo en el rostro del mismo, sus ojos curiosos mirando hacia la casa que era más amplia de lo que parecía.

Nuevamente pensó en lo joven que era, y en lo nervioso que se veía.

Jamás aceptaría lo que el régimen de parejas exigía. No estaba interesado en el muchacho que temblaba frente suyo, ni en tener nada con él. Ni física ni emocionalmente.

Tenía a su pareja. Ten.

Amaba al Beta con su vida, y estaba más que seguro que la decepción de saber sobre el emparejamiento destrozaría su relación.

"Sígueme, te enseñaré tu habitación." Dijo comenzando a caminar, el chico lo siguió en total silencio por un pasillo en el lado izquierdo de la casa.

DongYoung no pudo evitar mirar la espalda de Taeyong, tensa, grande, parecía bastante fuerte.

"Esta es" dijo Taeyong parando al frente de una puerta blanca. La abrió y los ojos de DongYoung se pasearon por cada rincón. Tenía el piso de madera, las paredes de blanco hueso, un televisor con la pantalla de un tamaño que jamás había visto y una cama grande con las sábanas de un color vino tinto. Los muebles eran de madera. Todo parecía tan caro.

"Parece que te gustó." Una sonrisa se dibujó en los labios de TaeYong.

"...Si." respondió mientras le devolvía el gesto.

'Parece un conejo.' pensó TaeYong, mientras señalaba la puerta dentro de la habitación.

"Ese es el baño. Si necesitas algo la cocina está surtida. En la sala se encuentran películas y hay una consola. Si quieres algo que no se encuentre aquí mi número está encima de la mesa. Afuera hay una piscina y pues... Casi no paso en casa por el trabajo así​ que espero no te aburras."

"Gracias, intentaré no molestar mucho." Respondió mientras lo miraba a los ojos.

Tal vez ese fue el momento en el que su corazón quedó encarcelado.

The One I Can't Love [TaeDo]Where stories live. Discover now