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Necesitaron de dos meses para darle respuestas a Dong SiCheng acerca de Qian Kun y su paradero.

Dos meses para comprobar las palabras antes dichas por el señor Jung en su declaración. Porque habían logrado sacarle más palabras de las que el mismo viejo hubiera deseado.

Encontraron el cuerpo en descomposición, en un granero abandonado a las afueras de la ciudad. Fue bastante difícil reconocerlo. Y fue mucho más difícil citar a SiCheng en su despacho para hablar cuando los forenses confirmaron la identidad del fallecido.

TaeYong lo meditó toda una noche en el pequeño departamento que había alquilado después de perder su casa. No era fácil mirar a alguien a los ojos y decirle que su esposo había muerto en una misión, que no volvería a verlo. Y a pesar de no conocer a la pareja de su amigo y colega, sabía por lo poco que le contó Kun que era una persona bastante sensible.

Gracias al sacrificio del de nacionalidad China, pudieron dar con el paradero de la caja de secretos de la organización, el señor Jung, que permanecía aislado en una celda lejos de las del resto, sin opción a visitas y salir.

Recordó cuando John le dijo que debía dejar a Kun a un lado de todo aquel problema, pero el hizo oídos sordos y los ojos le ardieron. No se permitió llorar en los dos meses que la inseguridad lo persiguió como una sombra, acosándolo hasta en sus más profundos sueños.

Cuando la mañana llegó y Dong SiCheng entró emocionado al despacho - posiblemente esperando ver a Kun sentado allí, esperándolo - TaeYong agachó la mirada y respiró profundamente.

"Buenos días, soy Dong SiCheng." Se anunció parado en el marco de la puerta, bastante confundido.

El alfa se levanto de su asiento e hizo un ademán para que entrara y tomara asiento. "Mucho gusto, soy el comandante Lee TaeYong." estrecharon manos de manera ligera, soltándose al instante.

"Me mandó a citar para hablar de Kun, ¿Él está bien?" La pregunta era bastante ingenua, tal vez el omega quería creer que nada malo había pasado con el amor de su vida a pesar de no haberlo visto durante varios meses. "La última vez que me llamó dijo que volvería pronto."

"¿Hace cuanto de eso, si puedo saberlo?" preguntó TaeYong y el omega se acomodó en la silla, luciendo radiante ante los recuerdos.

"Cuando le dije que tendríamos un hijo, hace tres meses aproximadamente."

El aire escapó de los pulmones de TaeYong que sujetó sus sienes con ambas manos.

"No se nota aun porque soy primerizo y... ¿Le duele algo?" SiCheng sonaba preocupado y eso solo empeoraba el sentimiento de culpa de TaeYong.

Iba a criar un niño totalmente solo.

"Llamaré a su secretaria para que-"

"No es necesario, estoy bien." Afirmó enderezándose nuevamente y mirando al omega a los ojos.

Un silencio aterrador.

Eso fue lo que hizo que SiCheng se sentara intranquilo, apretando sus manos entre si mientras comenzaba a ser consciente de las probabilidades. Y un sollozo le siguió a otro mientras TaeYong le extendía una argolla y una placa de policía.

El grito de dolor de SiCheng fue suficientemente alto para que lo escucharan fuera de la oficina. El muchacho negó repetidas veces mientras tomaba los objetos y los colocaba contra su pecho, intentando apaciguar el dolor que crecía como una gran ola en su corazón. Se dobló en su asiento llorando como un pequeño niño, quedándose sin aire suficiente en sus pulmones, grandes lágrimas brotaban de sus pequeños ojos mientras el mundo que esperaba seguir construyendo con su pareja se venía abajo de repente.

The One I Can't Love [TaeDo]Where stories live. Discover now