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Ingresó al edificio siendo saludado por más de un empleado de la empresa. Había llegado quince minutos antes de lo acordado a causa de la petición en el mensaje. Su padre nunca se comunicaba con el sin una razón de fuerza mayor. Siempre era su madre quien pasaba al pendiente de como se encontraba.

Ni siquiera había podido ir por algo de comer en algún restaurante cercano.

La música del ascensor sonó en el pequeño espacio en el que iba totalmente solo. El edificio no era muy grande ni lujoso, tenía un aire clásico que le recordaba a TaeYong la decoración del hogar en el que vivió antes de independizarse. Su padre siempre había buscado tener algo de casa consigo. Sonrió cuando recordó lo feliz que era cuando su madre lo visitaba en aquel lugar, cuando aun tenían la esperanza de que tomara las riendas de la pequeña empresa que estaba creciendo.

Llegó al cuarto piso, y el sonido de las puertas al abrirse lo distrajeron de su mundo interno. El lugar estaba totalmente calmo, solo se escuchaban los golpes de dedos sobre un teclado y una suave melodía, si no se equivocaba, alguna pieza de Mozart. Caminó hacia el escritorio caoba de la secretaria, siendo notado casi al instante y, a continuación, siendo recibido por una sonrisa bastante brillante.

"Buenas tardes, joven Lee. Su padre se encuentra dentro esperándolo, pase, por favor." Fueron las palabras de la secretaria mientras se levantaba y le saludaba con una reverencia de 90 grados.

"Muchas gracias." Correspondió rápidamente el gesto para luego caminar a paso lento hacia las grandes puertas de lo que era el despacho de su padre.

Tocó una sola vez, escuchando un "pase" del otro lado y prosiguió a ingresar.

Todo era muy claro y luminoso, tal como lo recordaba. Había un par de cosas que cambiaron, pero era demasiado imperceptible como para que fuera importante notarlo. Todo seguía igual, incluso la cara estoica de su padre mientras lo miraba y le señalaba la silla frente a él.

TaeYong avanzó en silencio, sin apartar la mirada ni un segundo. Ya no era un niño para ser intimidado por la rudeza de las actitudes del hombre de cabellos canosos.

"La razón por la que te cite repentinamente tiene que ser un total misterio para ti."

TaeYong asintió, mientras veía al hombre sacar una gran carpeta y buscar algo en ella.

"Tu madre ha estado bastante feliz con la pareja que escogiste. No he mantenido contacto con él pero ayer parecía una persona bastante educada."

"DongYoung es alguien muy dulce y responsable."

"Me alegra saberlo." Dijo mientras sacaba unos cuantos papeles que parecían estar llenos de letras. "Sin embargo, no es de lo que quiero hablar contigo."

"¿No? Pareciese que quisiera saber más de DongYoung."

"Kim DongYoung, cumplirá la mayoría de edad en unas cuantas semanas. Historial familiar bastante turbio, tres denuncias."

"¿Acaso investigó el historial policial de mi pareja?" Su voz mantuvo el mismo tono de respeto, pero sus ojos centelleaban con furia.

¿Por qué invadía la vida de su omega de una manera tan descarada?

"¿Siquiera sabes con quien te has estado revolcando?" el hombre mayor le lanzó los papeles a la cara mientras gruñía. "Tu madre puede estar feliz, pero yo no."

"Lo que tenga que ver con DongYoung, no es de su incumbencia."

"Eres policía, pero incapaz de informarte bien con quien vives. Un escándalo como aquel es... inaceptable. Hubiera preferido que te unieras a TaeYeon."

"TaeYeon es una criminal, y una asesina."

"Si... una criminal y asesina. Toma, aquí, firma ahora."

El señor Lee ni siquiera explicaba sobre que iba aquel papel que deslizó hacia el cuerpo de su hijo, sacó su móvil del bolsillo y comenzó a mandar un texto. Uno que supo que era corto por la rapidez con la que lo envió.

"¿Qué es esto?"

"Siempre te repetí que debías hacerte cargo del negocio."

"Ya veo, es para esto que me mando llamar." TaeYong se levantó mientras tomaba los papeles donde se veía el nombre de Kim DongYoung. "Me gusta mi trabajo, y mi vida."

"Porque eres mi hijo, debes dejar aquel maldito trabajo, ¿Comprendes?" el viejo también se levantó mientras rodeaba el escritorio de madera oscura. "No quiero repetirlo. Dejé que hicieras tus caprichos realidad, pero ya no más."

"Tengo veintisiete años, es muy tarde para tomar un papel de padre preocupado por el futuro de su hijo."

"La situación ha cambiado TaeYong."

El hombre le mostró un papel diferente que había llevado en sus manos todo aquel tiempo y los ojos de TaeYong lo miraron dudoso, las letras eran claras y la mirada confusa de transformó en una mueca de dolor.

De entre todas las cosas que se imagino que podrían estar pasando, jamás hubiera creído aquello que tenia frente a sus ojos, aun si alguien más se lo hubiese dicho. No de su padre.

"¿Mi madre sabe de esto?"

"Tu madre no necesita saber de esto. Ahora es cuando debes elegir a quien serle fiel, TaeYong, hijo." Intentó suavizar su voz mientras mecía las hoja. "A tu trabajo, o a la sangre."

"Esto es una mentira."

"Tienes hasta mañana, esta misma hora para firmar estos papeles y venir a ayudar a tu padre, sino las consecuencias las verá ese omega que, por lo que veo, no sabes nada realmente."

"Se lo suficiente."

"Claro, su padre también sabe cómo se siente estar con él, ¿Lo sabías?"

Sus labios se sellaron, como cocidos mientras agachaba la mirada hacia los informes y datos policiales. Se lo dejó todo a sus colegas, por lo que él no tuvo contacto con los registros a más de los de RenJun. Eso solo lograba que su furia con el padre de DongYoung aumentara y que notara que tan corrupto era en aquel entonces el departamento en el que trabajaba.

"Mañana a esta misma hora TaeYong, no seré paciente y si debo castigarte con lo que más amas, como le pedí a TaeYeon que lo hiciera anteriormente... lo haré. Pero yo no fallaré."



Era la decisión más dura de su vida hasta ese momento.

Se sintió mal por su madre, y las miles de mentiras en las que llevaba viviendo desde quien sabe cuándo. No podía hablarle con la verdad, no podía hacerle eso al corazón de esa frágil mujer que siempre intentaba dividirse en mil para poder estar al pendiente de todo. No imaginaba la clase de cosas que su padre tuvo que decirle para que ella accediera a dejarle ingresar montos extra de dinero. Su madre había sido engañada por el propio amor que había cosechado durante muchos años.

Tanto ella como DongYoung eran víctimas. Gente inocente envuelta en algo a lo que solo él podría ponerle un fin.

La vida lo había puesto en la encrucijada más inesperada que pudo haber esperado.

Porque siendo sinceros....

¿Cómo podría haber imaginado que su padre seria aquella persona que había estado cazando todo ese tiempo?

🍒💣

¿Pueden oler eso?

Es el final acercándose a nosotros 👀

Feliz halloween 🎃 gg, actualización sorpresa para sobresaltar el corazón.

Aquí es día del escudo, así que adivinen de que me disfrazaré 🌝 okno

Gracias por leer y las estrellitas y comentarios!

Hemos llegado a los 3000 vistos y caso mil votos, mil gracias en serio, las amo a todas ❤️

🐼

The One I Can't Love [TaeDo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora