ESPECIAL

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Había tenido quince años cuando hizo las pruebas para quedar ingresado en el sistema de emparejamiento.

Un mes después la carta llegó, sorprendiendo a sus padres. Llegó primero que la de sus hermanos mayores. Era una casa llena de omegas, su padre era el único alfa del lugar, su madre - también un Omega varón - y cuatro hermanos más. Era increíble como habían logrado mantener una estabilidad económica con un batallón viviendo en el pequeño domicilio.

Lo más sorprendente de todo fue leer el nombre de la persona en aquel papel inmaculado.

Su mejor amigo y compañero de juegos. La persona con la que había compartido sus mejores momentos. El mundo era bastante pequeño... O el tenía mucha suerte.

Ambos accedieron a intentar salir como novios. Ir a citas, conversar más, darse una oportunidad en una relación que se veía bastante prometedora.

Los meses fueron pasando y las cosas cambiaron lentamente. No solo se enamoraron el uno del otro... Las circunstancias cambiaron.

Estaba enfermo.

DongHyuck no estaba preparado para perderlo todo. No estaba preparado para sufrir, tampoco para ver desaparecer una parte de su mundo.

La enfermedad no pudo ser diagnosticada a tiempo, sin embargo podría jurar que esos fueron los días más felices que pasaron uno al lado del otro.

El tiempo siempre es corto.

El tiempo siempre corre.

Siempre avanza y nos jala, nos empuja... Nos levanta para volvernos a hacer caer.

El tiempo no le dio a DongHyuck lo que necesitaba; no dejo que conservara lo único que había guardado como un recuerdo.

Era un Omega débil... Su vientre estaba marchito.

El dolor siguió punzando en su corazón y en su vientre juvenil, siguió llevándolo frente a la misma lápida una y otra vez.

Los quince años fueron su peor recuerdo.

El smoking le quedaba bien.

Igual en cabello peinado hacia atrás y la sonrisa que adornaba su rostro. Estaba parado frente al altar mientras la música sonaba y miraba al fondo del pasillo donde se encontraba.

Pero no lo miraba a el... Tampoco le sonreía.

No había sido invitado.

Después de todo, el Omega que caminaba por el pasillo con la música nupcial no era él. Jamás sería el. Johnny lo había dejado en claro después de que, sin siquiera pensarlo dos veces, escogiera a Taeil antes que a él.

Vio la boda del amor de su vida, lo vio besar a alguien más y hacer votos nupciales.

Pero estaba consciente de algo.

Lo perdió desde el momento que Johnny conoció a Taeil.

Se levantó mientras las personas hacían lo mismo para intentar acercarse un poco a la pareja recién casada, este tomó el rumbo contrario, saliendo de la iglesia. A pesar de que quiso llorar no lo hizo, no lloró, ni bociferó, ni maldijo.

Mark había perdido al amor de su vida mientras pestañeaba. Mientras se envolvía en sábanas de seda y caricias falsas.

Mientras creía que tenía a Johnny asegurado y que Taeil no era lo suficiente para el, que jamás llamaría su atención.

Mark era un beta ingenuo y soñador.

Le gustaban los amoríos de una noche.

The One I Can't Love [TaeDo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora