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"Quiero estar contigo." Un sollozo salió de entre sus labios.

"Taeil, te dije que no puedo estar aquí todo el tiempo." Explicó Johnny nuevamente, a pesar de que sentía que le arrebataban algo.

"Tú eres mi alfa John, tú debes estar a mi lado." Susurró mientras se acurrucaba más contra el nombrado, temblando.

Johnny había tenido que debatirse mucho para tomar una decisión correcta.

Para que su Omega, la persona que más amaba y cuidaba en el mundo, estuviera a salvo. Porque ya no eran solo los dos, ya no podían pensar egoístamente. Había un bebé de por medio. Una criatura que no nacía aún y estaba bajo amenaza.

"No puedo Taeil, intento protegerlos a ambos."

"Deja el caso... Déjalo, por favor." Pidió y Johnny haría lo que sea que Taeil dijera, no pensaría en nada más. Obedecería ciegamente.

Pero esta vez no.

"Taeil... ¿Sabes que encontré en los reportes de desaparecidos?"

El Omega solo negó con la cabeza, evitando responder verbalmente.

"Kim RenJun." Dijo y Taeil alzó la mirada, confundido. "Es el hermano de DoYoung y desapareció hace casi cinco meses."

Las lágrimas volvieron a surcar los ojos de Taeil, que fue inmediatamente abrazado por los protectores brazos de su alfa.

"Amor, mi bebé... No puedo salirme del caso cuando TaeYong me ofreció ayudar a protegerte. Estamos buscando gente que se roba la parte más importante de una familia." Las palabras de Johnny fueron acompañadas con los sollozos de Taeil. "Imagina si se llevarán a nuestro bebé, el sufrimiento... Debo ayudarlos."

Taeil se abrazo más a Johnny, sintiendo después de tanto tiempo su corazón romperse en dos.

Lo amaba y tenía miedo... Miedo a que algo pasará y se lo arrebataran.

Sacó un recipiente de la refrigeradora mientras afuera se escuchaban las risas del japonés. Había estado entrenando a Bobby fuera, cerca de la piscina. Resultaba ser que el perro sabía hacer muchos otros trucos aparte de dar la pata y hacerse el muerto.

Salió de la cocina, cruzando por el pasillo hacia la sala, mirando hacia afuera como Yuta le daba órdenes al lobo y este obedecía para luego, comer una de sus galletas en recompensa.

Miro el recipiente en sus manos, había muchos tipos de dulces japoneses en el mismo, los había hecho mientras pasaba las horas más aburridas del día en casa. Cuando no estaba TaeYong ni Yuta y muchos menos Taeil para hacerle compañía.

Suspiro y se acercó a los ventanales de vidrio, abriéndolos y saliendo al exterior. Yuta lo miró durante unos segundos antes de volver a lo que estaba haciendo con anterioridad.

"Uhm... Ayer hice unos dulces en la tarde... Y guarde estos para ti." Susurró apenado mientras se los extendía, ganándose una mirada de sorpresa de parte del japonés.

"Oh, vaya." Susurró mientras se acercaba lentamente y tomaba el recipiente, apenas tocando las manos de DoYoung en el acto. "Eres muy gentil DongYoungie."

Ambos se sonrieron, y Yuta abrió el recipiente, mirando asombrado los pequeños canapés y dulces dentro. "Pensé que serían dulces coreanos... Me gusta esta sorpresa." Tomó uno entre sus dedos para mirar a DongYoung y luego metérselo en la boca, saboreándolo lentamente, moviendo la mandíbula despacio al masticar para disfrutar de la textura.

The One I Can't Love [TaeDo]Where stories live. Discover now