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Agua, agua y más agua había alrededor mío.

Casi no podía distinguir nada que no fuera agua.

Sentía como las fuerzas se iban disminuyendo, no podía respirar, sentía como la garganta poco a poco se me iba cerrando.

Toda mi vida pasó ante mis ojos y... entonces.

Cerré los ojos.

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¡¡¡Christine!!!

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- ¡¡¡Christine!!!

Aire, sentí como el aire llegaba hacia mis pulmones, había salido del agua pero ¿Quién me sacó y por qué me dijo Christine?

Abrí los ojos y pude notar a un hombre, lo miraba borroso, traté de enfocarlo y cuando por fin pude hacerlo pude ver su rostro.

No, no vi su rostro ¡vi una máscara!

El hombre me sostenía en sus brazos, mire hacia abajo y ya no estaba en el agua, estábamos en suelo firme, me giré de nuevo hacia él.

- ¡Tu no eres Christine!

Gritó el hombre y luego me soltó, caí al suelo dándome un fuerte golpe en la espalda.

El hombre caminó lejos de mi mientras yo me levantaba del suelo.

Abrí la boca dispuesta a reclamarle el porque me había tirado al suelo pero no podía, ninguna palabra salía de ella.

Traté de tranquilizarme, en eso el hombre caminó hacia mi con algo en sus manos, un nudo empezó a formarse en mi garganta, no se porque pero ese hombre no esperaba hacer algo bueno conmigo.

El hombre me rodeó, entonces pude ver lo que traía en sus manos e inconscientemente agarre sus brazos impidiendole, de esa manera, colocarme ese lazo en el cuello.

- ¿Quién eres? -Por fin hablé pero creo que lo hice con miedo porque, efectivamente, tenía miedo- ¿Por qué me llamaste Christine y ahora quieres matarme?

- Te llame Christine porque... ¡No importa el porque te llame Christine!

- ¿Estás enamorado de ella o algo por el estilo para que me hallas llamado Christine?

- Wow, a pesar de que estas asustada no temes en enfrentarme

- ¡No! Nunca temeré enfrentarme a nada -Respondí firmemente- Ahora ¡Responde lo que te pregunté!

Agarre el lazo mientras soltaba sus manos, sus manos eran suaves y delicadas, pero no podía pensar en ello tenía más miedo que ganas de perderme en ese misterioso hombre aunque... tenía unos ojos hermosos, pero la máscara no me permitía ver su cara al completo solo podía ver una mitad de su cara y era... ¡Perfecta!.

Cada parte que podía ver de él era perfecta; él era guapo, varonil y un poco sexy, aunque no tenía muy buenos modales conmigo.

¡Concentrate Abigail! tienes que concentrarte y dejar de pensar esas cosas que, aunque sean ciertas, te impiden enfrentarte a este misterioso enmascarado.

- Esta bien -Dijo el hombre mientras caminaba hacia atrás- Te responderé todas tus preguntas pero después

- ¿Después qué?

- Morirás

- Si tu -Trague saliva- Si tu me matas Christine jamás será tuya

El hombre comenzó a reírse, una risa malvada pero sexy, mientras él reía yo pensaba las palabras que le diría sin hacerme ver como una tonta que habla a lo loco.

- Christine no podrá ser tuya porque -Volví a tragar saliva ¡Por dios! Estaba muy nerviosa- Un viejo amigo, y enamorado, suyo acaba de llegar a París dispuesto a casarse con ella

El hombre dejo de reír de golpe, creo que dije algo que no le gusto. Luego comenzó a caminar hacia mi, por instinto caminé hacia atrás, y cuando estuvo lo suficientemente cerca de mi agarró mi cuello con su mano derecha.

- ¿Qué dijiste? -Dijo en tono enojado- ¿Cómo puedes estar tan segura de eso?  Mas bien  ¡¿Cómo puedes saber eso?!

- Te lo diré -Dije haciendo mucho esfuerzo, ya que estaba siendo estrangulada así que me era muy difícil hablar y repirar- Pero solo lo haré si me prometes que no me matarás y me dejarás libre

- Lo prometo -Dijo el hombre entre dientes mientras me soltaba, yo caí al piso, comencé a acariciarme el cuello y a respirar rápidamente- Ahora  ¡Responde lo que te pregunté!

- Primero responde mis preguntas -Dije tratando de levantarme del suelo- Yo pregunté primero así que debes responder tú

El hombre suspiro para después cruzarse de brazos, yo trataba de no perderme en su hermosura.

- Christine, Christine es mi musa y yo soy su ángel de música

- ¿Ángel de música?

- Exacto, ella tiene la voz más maravillosa que e escuchado, desde el primer momento que la oí cantar me enamoré de ella y deseo que ella algún día se enamore de mi

- ¿Ella te conoce?

- Si, yo le ofrecí darle clases de canto, le dije que una voz hermosa como la suya debería ser educada para verse más hermosa, ella acepto que le diera clases aceptando mis condiciones

- ¿Cuáles condiciones?

- Nadie debía saber que le estaba dando clases

- Pero yo lo se y no soy Christine

- ¡Tu me obligaste a decirte!

Bajé la mirada, era verdad que yo lo “obligué” a decírmelo.

- Te llamé Christine porque oí a alguien que cayó en el agua, mi mente inmediatamente creyó que era Christine ya que tu voz se parece un poco a la suya, solo un poco, luego cuando te saqué del agua te vi y noté que también, físicamente te parecías a ella

- ¿Cómo supiste que no era Christine?

- Cuando abriste tus ojos noté que no eran café claros como los de ella, entonces supe que no eras ella

- Entonces Christine y yo nos parecemos -Dije en susurro.

- Y te quise matar porque nadie que a entrado a aquí a salido con vida

Un nudo se formó en mo garganta, a matado personas aquí así como quiso hacerlo conmigo.

- Ahora responde lo que yo te pregunté

- Te faltó una pregunta

- ¿Cuál?

- ¿Quién eres?

- La gente de aquí me conoce como -Hizo una pausa- El Fantasma de la Ópera

- Así que tu eres el Fantasma de la Ópera

- Si, ahora responde lo que te pregunté

- Yo se eso porque conocí al antiguo amigo de Christine en el aeropuerto, él me dijo que la amaba y luego me acompañó hasta aquí el teatro de la ópera, mi nuevo hogar

- ¿Aeropuerto? -Dijo con duda- Espera un momento ¡¿Quién eres, de dónde vienes y por qué estás en mi teatro?!

Soledad Bajo TierraWhere stories live. Discover now