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Erik me llevó a su casa y me dio un vestido, el cual me puse rápidamente cuando él salió del cuarto, después me llevó por un pasadizo y salí cerca del baño, lo bueno es que no había nadie enfrente porque se hubieran asustado si me hubieran visto salir por la pared.

Comencé a caminar hacia el camerino de las bailarinas y entre lentamente, cuando cerré la puerta noté que dos personas s acercaban a mi rápidamente, Christine y Meg.

- ¿Dónde estabas? -Preguntó Meg preocupada.

- En el baño, se había atascado la puerta así que no pude salir, hasta hace un rato y aproveche para irme a cambiar de ropa ¿Me perdí de algo?

- Si -Dijo Meg- Te perdiste de mucho

- ¿De qué?

- Ya nos dijeron quien iba a ser nuestro nuevo director -Dijo Christine- Y su esposa, su esposa

- Será la nueva Prima Donna -Dijo Meg.

- La pondrán a ella... ¡¿En las nuevas funciones?!

- Si

- ¡Meg! -Gritó Madame Giry- ¿Puedes venir a ayudarme un momento?

- Ya voy mamá -Respondió Meg- Nos vemos

Meg se fue dejándonos a mi y a Christine solas, desde hace un rato una pregunta me come el cerebro.

- Christine

- ¿Si?

- ¿A qué horas tomas tus clases de canto?

- ¿Cómo sabes que estoy tomando clases de canto?

- Bueno -¿Qué le digo?- Es que te oí cantar hoy en la mañana y lo hiciste muy bien, así que asumí que estabas tomando clases de canto

- Gracias, mis clases no tienen horario a veces son a las 10 a veces a las 12 pero todas son en la noche

- Es muy tarde a esas horas ¿no creés?

- Si, pero el maestro quiere que sea a esas horas así que hay que hacer lo que el diga

Sonreí y ella sonrió, así que yo voy a tomar las clases antes que Christine.

- Christine -Se escuchó una voz baja, muy baja- Christine

La voz era la de Erik, hice como si no lo hubiera escuchado y me giré a ver a las demás para saber si habían escuchado a Erik pero creo que solo Christine y yo lo escuchamos.

- Tengo que irme -Dijo Christine.

- No te preocupes, nos vemos

- Nos vemos

Christine salió del cuarto, me preguntó a donde irá.

Espere un rato y salí de ahí con rumbo al cuarto de Christine, cuandoe estuve ahí me recargue en la pared y así poder escuchar lo que pasaba ahí adentro.

- ♪Angel of music, gide and guardian♪

Oí cantar a Christine, valla que tenía una voz encantadora, seguí sin moverme no debía perderme alguna parte de la conversación.

- Maestro, aquí estoy, para que me necesitaba

- El ensayo de hoy será a las 12, en el piano, como siempre

- Gracias

¿Estaría Erik ahí adentro?

Comencé a caminar lejos del cuarto era mejor que Christine no supiera que estaba ahí afuera espiando lo que platicaba con Erik.

Lo que Christine había cantado resonaba en mi cabeza, quería cantarlo en voz alta pero si lo hacia seguramente Christine me preguntaría como me aprendí esa canción.

Las horas pasaban y yo me encontraba demasiado aburrida, un hombre había venido al camerino de las bailarinas y nos contó varias historias acerca del fantasma de la ópera, pero no el fantasma que describía no se parecía en nada a Erik.

Salí de ahí sin que nadie se diera cuenta y comencé a caminar hacia afuera del teatro, llegué hasta la entrada.

- Hermosa

- ¿Disculpe? -Dijo alguien a mi lado.

Me giré hacia donde escuché la voz, pude ver a un hombre de la tercera edad que me veía extrañado.

- Lo siento, es que decía que la entrada se veía hermosa

- Sabia usted que hoy no hay función ¿verdad?

- Si, si lo se ¿por qué me lo pregunta?

- Porque nunca la había visto, espere ¿usted es algo del que me suple?

- ¡¿Usted era el director de aquí?!

- Si, pero aún no a respondido mi pregunta

- Yo llegué aquí ayer y Madame Giry me dio un cuarto, mi nombre es Abigail -Dije mientras estiraba mi mano.

- ¿Abigail? -Asentí- ¿Tu eres esa pequeña que traía su padre hace algunos años? -Sonreí, no recuerdo eso- Hace años que no te veía

El hombre me abrazó fuertemente, Madame Giry y él me conocían desde que era una niña pero yo no los recuerdo a ellos.

- Mi nombre es Gerardo -Dijo mientras dejaba de abrazarme- Tu venías aquí todos los días

- ¿En serio?

- Si, de hecho un día entraste al sótano y...

- ¿Al sótano?

- Olvidalo, tengo que hablar con Madame Giry, nos vemos

- Adiós

Gerardo se fue dejándome en medio de la entrada, entre al sótano antes eso quiere decir ¡Que ya conocía a Erik!.

Corrí detrás de Gerardo, tenía que averiguar que había pasado antes.

- ¡Espere!

Grité y él se giró hacia mi.

- ¿Qué pasa?

Me acerque a él, prefiero hablar de cerca a que otras personas nos escuchen.

- ¿Qué pasó cuando entré al sótano?

- Nada

- Conocí a Erik ¿verdad?

El hombre se quedó helado, supongo que no debí hablar de eso y si no conoce a Erik, ya la metí la pata, la metí bien fondo.

Soledad Bajo TierraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora