27

585 47 9
                                    

Acabo de tirar el candelabro encima de decenas de personas.

Erik me sostiene de la cintura mientras yo pataleo tratando de que me suelte.

Erik cae al suelo de espaldas conmigo en sus brazos y las lágrimas invaden mis ojos mientras reflexiono lo que acabo de hacer.

- Acabo de tirar el candelabro encima de decenas de personas -Dije sin poder aún creermelo- Acabo de tirar el candelabro

- Si, Abigail -Dijo Erik a mi oído con una voz sumamente tranquilizadora- Pero, por favor, deja de pensar en eso

- Pero acabo de matar a personas Erik -Dije tratando de no romper en llanto- Soy una asesina

Erik pasó una mano por toda mi cintura mientras que subía la otra a mi cabeza la cual comenzó a acariciar.

- Tranquila Abigail, no eres una asesina -La voz de Erik era hipnotizadora pero aún así comencé a llorar desconsoladamente- Tranquila

Erik comenzó a cantar para tratar de tranquilizarme, cantaba una canción casi angelical y, por un momento, deje de sentirme sucia me sentía como una simple niña que había roto el jarrón favorito de papá.

Erik siguió cantando mientras acariciaba mi cabeza hasta que dejé de llorar, pero, cuando dejo de cantar, se comenzaron a oír los terribles gritos de auxilio que provenían del teatro.

- Abigail -Dijo Erik dulcemente- ¿Por qué?

- Porque se burlaban de Christine -Respondí tratando de no volver a llorar- Se burlaban de ella y yo no quería que lo hicieran

- Bueno -Dijo Erik mientras me soltaba- Me levantaré a ver que pasa pero tu no debes moverte de aquí

- Esta bien

Erik se levantó del suelo mientras yo limpiaba mis lágrimas, él se asomó por el vidrio y su rostro se oscureció.

Tomó el sombrero de la silla y salió hecho una furia de el panel de control mientras yo gritaba su nombre.

Me levanté lo más rápido que pude del suelo y salí de el panel de control para encontrar a Erik.

Cuando salí Erik ya estaba demasiado lejos, así que lo seguí lo más rápido posible.

Me giré, en el camino, hacia el escenario en donde Raoul y Christine salían, agarrados de la mano, para resguardarse de lo que acababa de ocurrir.

Ahora entiendo a donde quiere ir Erik, de seguro quiere seguir y saber a donde van.

Corrí tratando de seguir a Raoul y a Christine que ahora corrían hacia la salida del teatro.

Seguí corriendo hasta que vi pasar enfrente de mi a la sombra de Erik que se movía sigilosamente entre el teatro cuidando no ser visto por alguna persona que no fuéramos las que ya lo conocemos.

Raoul y Christine salieron del teatro, Erik y yo salimos detrás de ellos, la lluvia, la cual se había precipitado sin previo aviso, caía sobre ellos mientras subían al elegante coche de Raoul.

- Los perdí -Dije para mis adentros.

Me giré hacia donde yo creía haber visto a Erik y me di cuenta que caminaba, enfurecido, hacia la parte de atrás del teatro y yo me límite a seguirlo a una distancia prudente.

Cuando llegamos a la parte de atrás Erik, con todas las fuerzas y el enojo contenido, golpeó la puerta trasera del teatro, lo que hizo que yo me acerca rápidamente a él.

- ¡Erik! -Grité mientras lo agarraba de los brazos- ¡No te destruyas solo porque los viste huir!

- ¡¿Entonces que quieres que haga?! -Dijo mientras me empujaba dejándome tirada en el suelo, después se giró hacia mi- Que me ponga a cantar de emoción porque no la volveré a ver, la que es mi musa, mi ángel y mi amiga de la infancia

- ¡Yo soy tu amiga de la infancia! -Grité, la irá me había invadido.

Erik quedó en silencio lo que yo aproveché para levantarme del suelo y acercarme a él.

- ¡Yo soy aquella niña que entró un día al sótano y encontraste llorando porque se había perdido! -Dije mientras él me miraba impresionado- ¡Yo soy aquella niña que te vio sin máscara después de ver al maniquí con el vestido de novia!

Erik caminó hacia atrás, apartándose de mi, mientras movía la cabeza hacia los lados en expresión de un silencioso no.

- ¡Si, Erik! -Dije haciendo que él dejara de mover la cabeza- ¡Yo soy aquella niña que te beso el día antes de que se fuera de París!

Erik se quitó el sombrero y comenzó a observarme como si tratara de analizarme con la mirada.

- ¡Eres tu! -Dijo Erik en susurro que, tal vez, solo fue audible para mi- Todo este tiempo pensando Christine pero en realidad eras... Tú

Asentí y él se fue acercando a mi, el agua seguía cayendo pero en este momento me daba igual solo quería saber que sentía Erik, o que pensaba, acerca de mi.

- Abigail -Susurró para después caer sobre mi.

Literalmente cayó sobre mi pero, como pude, lo sostuve para no caerme al suelo con él encima mío.

Erik se había desmayado, tal vez por todo lo que había pasado hoy o, tal vez, por enterarse que yo soy la que creyó que Christine era.

Soledad Bajo TierraOù les histoires vivent. Découvrez maintenant