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Música lenta, personas embriagándose por doquier y lo único que me interesa es que Erik permanezca igual de tranquilo y feliz hasta que esto acabe... aunque también deseo que no nos lleguemos a topar con Christine.

Luego de alejarnos del director del teatro Erik no a parado de sonreír, la primera parte de su plan estaba completa, y yo encontré un pequeño lugar para sentarnos: Las escaleras.

- ¿Qué pasa si alguien quiere subir? -Preguntó Erik.

- Hay otras por el otro lado, recuerda

A la distancia pude distinguir a Raoul que se encontraba junto con una persona vestida de negro, juntos parecían unas perfectas piezas de dominó.

Puede que la persona vestida de negro sea Christine y no una persona cualquiera.

- ¡Abigail! -Gritó una voz detrás de mi.

Meg están parada detrás de mi, yo me tuve que levantar de mi asiento e ir a abrazarla.

- ¿Dónde habías estado? -Que curioso Christine me preguntó lo mismo.

- Perdida -Dije mientras dejábamos de abrazarnos.

- Perdida en los brazos de un hombre -Dijo Meg mientras me daba un leve codazo.

- ¡Meg! -Sentí que mis mejillas comenzaron a arder descaradamente y la jalaba para estar lo suficientemente lejos de Erik.

- No le intentes a ocultar -Dijo ella- Estás igual que Christine pero a ambas se les nota que estan enamoradas de alguien, tu de el que esta disfrazado de la muerte roja y Christine de su amigo de la infancia Raoul de Chagny -Si supiera que Erik es mi amigo de la infancia.

- No digas eso Meg -Dije aunque yo sabía que eso era verdad.

- Abigail hay dos cosas que no se pueden ocultar en este mundo -Se puso recta y respiró- Uno: el dinero y dos: el amor -Sonreí nerviosa- Y se nota que ambas están enamoradas

- Si, tal vez tengas razón, pero yo nunca tendré oportunidad con él, él ama a otra y a mi solo me ve como a una amiga

- No pierdas las esperanzas -Dijo Meg mientras me agarraba de los brazos y me sacudía- Todo puede pasar

Un grito se escuchó en el lugar y la voz era irreconocible, inmediatamente supe quien había gritado.

Meg me soltó y yo me giré a ver el vestíbulo, Erik estaba de pie, confundido, y al fondo un vestido negro se desvanecía por un pasillo.

Christine había gritado pero nadie entendía porque, ni siquiera Raoul lo entendía.

Meg corrió hacia su mamá y yo hacia Erik.

- Ven conmigo -Le susurré mientras lo agarraba del brazo.

Él asintió y comencé a jalarlo para ir a ver que había pasado, más bien, para ver porque Christine había gritado y después había salido corriendo.

No me había percatado que cuando se escuchó aquel grito la música se había detenido hasta que la escuché empezar desde el principio mientras que Erik y yo nos perdíamos entre las personas.

Llegamos hasta donde Raoul estaba y, con desesperación en su mirada, se giró hacia nosotros.

- No entiendo porque está tan asustada -Dijo- Desde que llegamos esta así, con miedo, como si alguien la persiguiera y, ahorita, gritó por la nada

- Creo que Abigail debería ir a verla -Musitó Erik.

- No es mala idea -Raoul se giró hacia mi- ¿Puedes?

- Claro -Erik y Raoul sonrieron.

Ambos estaban preocupados por Christine.

Comencé a caminar hacia los baños en donde encontré a Christine en el suelo llorando a mares.

- Christine -Dije en tono amable y volumen bajo- ¿Estás bien?

Christine se giró lentamente hacia mi y, cuando me vio completamente, corrió hasta el otro extremo del baño.

- ¡No te me acerques! -Gritó.

- Christine ¿qué te... ?

- ¡No me pasa nada! -Gritó- Tú eres la que esta mal

- No entiendo

- Tú estás con el fantasma de la ópera -Creo que ya entiendo todo- ¡Yo lo vi! Él estaba en las escaleras y tu estabas detrás de él

- Christine dejame explicarte

- ¡No tienes nada que explicar! -Gritó haciendo que casi estallara a llorar- Eramos amigas y ahora... ahora... tú...

- ¡Christine!

Ella salió corriendo del baño y yo salí corriendo atrás de ella, pero en el camino chocó con aquel traje roja que la hizo palidecer.

- ¡Fantasma! -Gritó- ¡Él es el fantasma de la ópera!

- No -Susurré y corrí hacia Erik.

Christine salió corriendo hasta salir del teatro, la música se había detenido, Raoul caminó hacia donde Erik y yo estábamos.

Tomé a Erik por los brazos, él estaba en shock, no se movía ni decía nada al igual que todas las demás personas en el teatro.

- ¿Eso es verdad? -Preguntó Raoul con más enojo del que se le veía en el rostro.

Solté a Erik y me giré hacia Raoul, no se que hacer.

- Claro que no es verdad -Dije tratando de sonar calmada.

- Christine no me mentiría

- Verdad mounsier Le'Viconde -Dijo Erik con una voz que daba miedo.

Me giré hacia él, estaba enojado, se le notaba a leguas.

- ¡Yo soy el fantasma de la ópera! -Gritó Erik haciendo que todos voltearan a verlo y que escucharan algunos gritos de terror- ¡Don Juan Triunfante es mi obra y tendrán que presentarla tal como quiero! -Se escucharon algunos murmullos- Recuerden que su candelabro podría volver a caer

Erik estaba muy enojado, no se porque pero lo estaba, bueno, puede que se haya enojado por lo que Christine gritó.

Erik me hizo señas para que me acercara y así lo hice, era como si estuviera siendo hipnotizada por él.

- Harás que mía será -Arrancó el collar de mi cuello- Sabía que no debía haber venido a aquí

Llamas aparecieron enfrente de mi mientras Erik desaparecía del teatro, salí corriendo hacia afuera del teatro al igual que muchas de las personas dentro.

No se como le podré hacer ahora que todos saben quien es el fantasma y quien esta de su lado.

Soledad Bajo TierraWhere stories live. Discover now