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- Desde aquí arriba se puede ver todo mejor

- Guarda silencio o pueden escucharnos

Erik me condujo por varios pasadizos hasta llegar al palco 5 del teatro, estamos detrás de las cortinas pero se alcanza a ver todo el teatro desde aquí.

Las bailarinas, incluyendo Meg y Christine, se fueron acomodando en los asientos de las primeras filas, luego fueron llegando más y más personas; en el escenario iban acomodando una mesa y varias sillas.

- ¿Crees que estén acomodando todo eso para anunciar ahora mismo quien va a ser el nuevo director? -Pregunté mientras me inclinaba un poco hacia Erik.

- Espero que si porque desde que me dijiste no puedo esperar para conocer al nuevo director, el cual espero cumpla todas mis instrucciones

- Exigente

- ¡¿Disculpa?! Tu también fuiste exigente ayer

- Lo siento señor fantasma

- Buenas tardes -Dijo un señor en el escenario haciendo que Erik y yo dejáramos de hablar de golpe- El día de hoy les vengo a presentar a una persona que les será de ayuda para todos ustedes ya que, desgraciadamente, tengo que dejarlos

Todos hicieron un sonido de tristeza, yo me giré hacia Erik y él me hizo un movimiento para que siguiera viendo.

- Este hombre de aquí -Dijo señalando a un señor que estaba al lado de él- Será su nuevo director y la damisela que se encuentra a su lado es su amada esposa

- ¡¿Esa es la mujer de la que me hablaste?! -Dijo Erik acercándose a mi.

- Si, es ella

- Es tal y como la describiste, excepto por lo de su voz ya que todavía no a hablado

Asentí y volvimos a ver hacia el escenario, creo que nos perdimos una parte del diálogo porque cuando volvimos a ver hacia ahí se encontraba de pie el nuevo director.

- Desde ahora seré el director de este hermoso teatro y mi esposa -Ella se levantó de su asiento- Desde ahora ella queda en el puesto principal

- ¡¿Qué?! -Gritó Erik, mientras se levantaba enojado de su asiento, y su voz resonó por todo el teatro haciendo que todos voltearan a ver al palco 5.

Me levanté de mi asiento y agarré del brazo a Erik, debía tranquilizarlo antes de que hiciera algo de lo que podría arrepentirse.

- Calmate Erik -Dije mientras lo arrastraba para salir del palco- No conseguirás nada bueno reclamándoles

Cuando salimos del palco Erik soltó mi mano y comenzó a caminar, enfurecido, a través de un pasadizo, yo lo seguía tratando de imitar su paso, pero el iba mucho más rápido.

Cuando llegamos a las catacumbas del teatro, Erik llegó a su casa y la abrió, este se disponía a cerrarla pero yo detuve la puerta y entre detrás de él.

- Tranquilizate Erik

- ¡No puedo! Quien se cree para poner a su esposa como la nueva Prima Donna

- Es el director Erik, se debe hacer lo que él diga

- ¡Yo soy más el director que él!

- Meg me dijo que tu mandabas notas diciendo que deberían hacer y que no

- Eso que tiene que ver ahora

- Pienso que tal vez deberías enviarles una nota diciéndoles que te molesta que la esposa del director se convierta en la nueva Prima Donna

- No es una mala idea

Erik comenzó a caminar hacia su cuarto, yo lo seguí sigilosamente, se sentó enfrente de un pequeño escritorio, yo me acerque a él sin que se diera cuenta, tomó papel y pluma y comenzó a escribir.

Estimado director

Me e dado cuenta que usted a sustituido a nuestro director, lo felicito de antemano porque lo escogieran a usted entre tantos mejores.

Hay algo que no me gusta en este cambio de administración, a parte de que el cambio se hizo sin mi autorización, es el que usted deseé poner a su honorable esposa como Prima Donna de este encantador teatro.

Atentamente:
F de la O

- Tienes una letra muy linda

- ¿Por qué me espías mientras escribo?

- Es que quería saber que era lo que les ibas a decir

- Me lo hubieras preguntado

- Lo siento, no volverá a pasar

- No te creo

Agarró la nota y la metió en un sobre el cual sello con una estampa muy peculiar.

- Tengo que ir a dejar esto -Dijo mientras se levantaba de la silla de su escritorio- ¿Vienes conmigo?

- Claro

Salimos de las catacumbas y comenzamos a caminar por otro pasadizo, creo que voy a tener que pedirle que me enseñe todo el teatro y sus pasadizos; salimos por arriba del escenario, aún seguían ahí todos, de hecho ahora todos estaban en el escenario rodeando al nuevo director y a su esposa.

Erik soltó la carta y me hizo para atrás, supongo que lo último lo hizo para que nadie nos viera; luego me hizo seguirlo mientras salíamos de ahí.

Cuando ya estuvimos en el laberinto que esta antes de llegar al lago Erik me soltó y se giró hacia mi.

- Espero que crean en fantasmas

- ¿Qué pasaría si no creen en fantasmas? -Pregunté.

- Tendría que hacerlos creer

- Oye, yo les dije que iba a ir al baño y ya me tarde mucho como para una simple ida al baño

- Si y todavía traes el traje para los ensayos

- Es verdad, aún tengo que cambiarme pero solo tengo el vestido que me diste ayer

- ¿Por qué?

- Porque la ropa que traía en mi maleta desapareció mágicamente

- Entonces deberías comprarte más ropa

- No, ya que tu te llevaste mi ropa deberías prestarme otro vestido

- ¿Creés que yo me llevé tu ropa?

- Si, ayer me quitaste la otra y esta mañana se pierde la demás, no veo a otro culpable

- ¿Has visitado París?

- No, ni siquiera recuerdo como es, lo vi cuando era una niña y cuando venía hacia acá pero yo creo que si salgo, sin conocer el lugar, me perdería

- Te llevaré más tarde

- ¡¿En serio?!

- Si, solo para que puedas comprarte ropa

- Gracias

- Ahora vamos a que te cambies

Erik agarró mi mano, no es malo sólo que ayer invadí su territorio y por eso se enojó, caminamos hacia su casa.

Me pregunto a que horas vendrá Christine a tomar sus clases de canto y en donde las toma.

Soledad Bajo TierraWhere stories live. Discover now