4

948 73 14
                                    

- ¡¿Quién eres, de dónde vienes y por qué estás en mi teatro?!

Es verdad, llevo un rato platicando y no le e contado todo eso.

- Soy Abigail, vengo de Londres y desde ahora en adelante viviré en este teatro porque mi padre murió, él me dijo que viniera aquí ya que Madame Giry me daría un nuevo hogar

- Eres nueva y ya te estás metiendo en problemas conmigo

- Lo siento, soy propensa a meter la pata

El fantasma rió levemente, esta vez estaba riendo por reír no por burlarse y... era lindo de ver, se reía muy lindo; sonreí mientras lo veía reír.

- Y -Dijo mientras dejaba de reír- ¿Cómo fue que te caíste?

- Entre a mi cuarto, me dormí, luego desperté con sed, agarre una vela y comencé a caminar por los pasillos del teatro, después me pellizque para saber si no estaba soñando, choque con una pared y caí aquí

Mientras le contaba al fantasma todo lo que me había pasado él se reía fuertemente, su risa, además de linda, era muy contagiosa así que, instantáneamente comencé a reír con él.

Cuando dejó de reír me miró seriamente y se acercó hacia mi, estaba muy cerca de él podía oler su perfume, varonil, muy varonil olía tan bien que parecía una droga para mi, una a la cual quería ser adicta.

- Te quedarás aquí para siempre

- ¿Cómo? -Dije mientras me hacía para atrás.

- Así como lo oíste, te quedarás aquí para siempre

- No puedes hacerlo

- Oh claro que puedo, tu sabes mucho sobre mi y no deseo que nadie más lo sepa así que por eso te quedarás aquí

- Si me dejas aquí ¡No te ayudaré a conquistar a Christine!

- ¿Lo harías?

- Con dos condiciones

- ¿Cuáles?

- La primera es que me dejes libre, podré regresar al teatro y tener una vida normal, y la segunda es que me des clases de canto

- No lo haré

- Entonces me voy -Dije mientras caminaba hacia atrás.

- ¡Nunca podrás salir de aquí!

- ¡Ya me fui!

En eso me gire y comencé a correr lo más rápido posible entre el agua, la que no estaba tan honda; en eso unos pasos se oyeron detrás de mi traté de ignorarlos y seguí corriendo.

- ¡No puedes escapar de mi!

- ¡Ya lo hice!

Seguí corriendo mientras daba vueltas por los pasillos, los cuales eran muy largos ¡parecian laberintos! laberintos interminables.

- ¡Conozco perfectamente este lugar!

- ¡No me importa igual saldré!

Seguí corriendo, me giré hacia atrás para ver que tan cerca de mi venía el fantasma, en eso choque con alguien y caí al suelo, agua en este caso, levanté mi mirada para ver con que había chocado y pude ver al fantasma.

- Te dije que no podrías escapar de mi

- Y yo te dije que no te ayudaré a conquistar a Christine, a menos que aceptes mis condiciones

El fantasma se quedó en silencio por un largo rato, un rato en el cual pude levantarme del suelo para verlo de frente, creo que estaba pensando la respuesta que me daría.

- Esta bien -Dijo cortando el silencio- Acepto tus condiciones

- Bien ¿Cuándo empiezan las clases?

- Mañana, después de las ocho de la noche

- Genial, aquí estaré ¡Achu!

Estornude, creo que había durado mucho con la ropa mojada, el fantasma me miró con duda y luego caminó hacia atrás de mi, yo me giré a verlo; él tomó mi mano y comenzó a caminar.

- ¿A dónde me llevas?

- A mi casa, mi guarida, para que te des un baño, tomes un poco de medicina y te cambies de ropa

- Gracias pero no

- ¡No voy a dejar que una alumna mía se enferme!

- Bueno, voy contigo

El fantasma siguió caminando sumergiéndonos más en... ¡en donde quiera que estemos! del teatro.

Luego de un rato de caminar pude observar una pequeña casa, estaba muy alumbrada y se veía muy linda por fuera, el agua empezaba a ser más profunda y el fantasma se detuvo.

- ¿Por qué te detienes?

- Voy por mi barca, el agua ya es más profunda y viendo tu habilidad nadando podrías flotar después de unos segundo ahí abajo

- Muy gracioso

El fantasma se fue por un rato y luego regreso en una barca, pequeña pero linda, apesar de ser un “fantasma” tenía cosas muy humanas.

No, el no era un fantasma era un hombre, un hombre cualquiera que por alguna extraña razón vivía en medio de un lago escondido en este teatro.

- Sube

Asentí y el fantasma me ayudó a subir comenzó a avanzar lentamente, la barca se tambaleaba un poco cada que avanzábamos pero se sentía bien ir ahí arriba viendo las velas que alumbraban el lugar y el lago moviéndose tranquilamente.

Me preguntó porque no tienen focos aquí, ni siquiera en mi cuarto hay así que me parece extraño, estamos en siglo XXI y no tenemos electricidad en este teatro.

Después de un rato llegamos a la casa que había visto cuando veníamos caminando, el fantasma acomodó el remo al lado de la barca y me ayudó a bajar de esta. Hasta ahora no me a tratado tan mal, se acercó a la casa y sacó una llave de su pantalón, abrió la puerta me indicó que pasara, lo cual yo hice, al estar adentro pude apreciar muy bien la casa.

Por fuera la casa se veía pequeña, pero en cuanto abrías la puerta podías notar que era mucho más grande, esto me recuerda a un programa famoso de Londres que veía todos los días, en la casa había una sala, más al fondo un pequeño comedor y una cocina; supongo que también debe tener una recámara porque el fantasma debe de dormir algún día.

El fantasma se quitó la capa que traía puesta, ni siquiera había notado que traía una capa, y la puso sobre un sillón; luego caminó hacia la cocina, supongo que va a buscar medicina para mi.

Salí un poco de la casa para observar afuera y pude ver un órgano, un violín y varias cosas hermosas ahí afuera. Si tenía esas cosas quiere decir que sabe tocar, bueno es el maestro de música de Christine DEBE saber tocar, es más, ¡Debe ser un músico!.

- ¡Abigail!

- ¿Si?

- Entra, tienes que tomar medicina y

- Cambiarme y bañarme, ya me lo habías dicho, gracias

El fantasma, que estaba en la puerta de su casa, giró los ojos y entró, yo entre detrás de él.

Soledad Bajo TierraWhere stories live. Discover now