Soledad Bajo Tierra

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La gente salía corriendo del teatro, Raoul aún seguía adentro y yo aún seguía un poco en shock por lo que acababa de pasar.

Miré hacia mis lados mientras respiraba agitadamente y vi como Christine tropezó y cayó al suelo, rápidamente me acerqué a ella para que las demás personas no la pisotearan y la ayudé a levantarse.

Creo que no se había percatado que era yo la que la había ayudado hasta que estaba de pie porque, cuando lo hizo, me empujó y las lágrimas comenzaron a resbalarse por sus mejillas.

- ¡No quiero que ne vuelvas a tocar! -Gritó Christine- Te creí mi amiga, te conté todo acerca de mi... del fantasma de la ópera y tú, tú... ¡Tú estás de su lado!

- Christine, por favor, escuchame

- ¡No tengo nada que escucharte! -Gritó mientras más lágrimas comenzaron a resbalarse por sus mejillas.

- Seré honesta contigo -Respiré profundo- Conozco al fantasma de la ópera desde que era una niña, su nombre real es Erik

- ¿Erik?

- Si, Erik -Dije a lo que Christine me miró atentamente- Yo, aproximadamente, a las 14 años tuve un accidente automovilístico que hizo que perdiera la memoria pero al llegar a aquí, y después de pasar tiempo con Erik, recordé lo que había pasado con él y todo lo demás que había olvidado

Tomé un profundo respiro y observe como Christine se limpiaba las lágrimas de su rostro, la había logrado calmar, o algo así, con lo que le estoy contando.

- Le estoy ayudando a Erik, si, para que este contigo -Christine abrió la boca para pronunciar algo pero yo la interrumpí- Pero yo no quiero que sea así, Christine, yo si amo a Erik como hombre y no como un padre, quiero que él sea feliz pero se que no será feliz al lado de alguien que no lo ama

- No entiendo -Dijo Christine con una inocencia que no creía que tenia.

- Quiero que me ayudes para que Erik no te robe en medio de su obra, nadie debe saberlo, solo tu y yo

- Pero... ¿Cómo lo haremos?

- Antes de decírtelo prometeme que no le contarás nada a Raoul, yo seré la encargada de contárselo, junto contigo, pero será hasta después de que todo esto pase ¿entendido?

- Entendido

Christine estiró su mano derecha y yo se la tomé estrechandolas dando por terminado nuestro pacto.

Nos soltamos y me acerqué a susurrarle al oído aquello que había planeado en estos asegurándome de que entendiera todo. Nadie más debía escucharnos y, mucho menos, debía escucharnos Erik.

Pensándolo bien creo que en estos momentos Erik debe estar en su casa golpeando cualquier cosa por su enojo, no debería ir a verlo después de lo que pasó pero no se a donde ir.

Me separé de Christine y bajé mi mirada, no sabía en donde debía quedarme en estos momentos, no podía quedarme con Erik pero tampoco podía quedarme en el teatro porque me harían muchas preguntas acerca de él y no sabría que responder.

- ¿Te pasa algo? -Preguntó Christine mientras tocaba mi hombro.

- Es que no se donde quedarme, en estos días que estuvieron "reconstruyendo" el teatro estuve en la casa del lago, en la casa de Erik, pero se enojó conmigo y no puedo quedarme en el teatro porque me preguntarán mucho por el fantasma de la ópera y no voy a saber que contestar

- Quisiera ayudarte, pero no se como porque si te quedas en la casa de Raoul puede que sospeche o que se enoje porque tu estabas de su lado

Es verdad, no habia pensado en eso aunque espero llevarme bien con Raoul después de esto porque, ante todo, él fue mi primer amigo antes de llegar a aquí, él me ayudó a recordar un poco el francés y me trajo hasta a aquí sin importarle que éramos unos casi completos desconocidos.

- Creo que tendré que encontrarme un cuarto o algo así por aquí -Dije sin ánimos, no tenia dinero para rentar un cuarto o algo por el estilo.

- No -Dijo Christine- Creo que ya se a donde puedes ir

- ¿A dónde? -Pregunté.

- A la casa de mi mamá adoptiva, estoy segura que ella te recibirá con los brazos abiertos y no le importará si le pagas o no

- Pero...

- Ningún pero -Me interrumpió Christine- Así podremos seguir correctamente tu plan, solo esperamos a Raoul para que nos lleve ¿entendido?

- Entendido

Creo que esta es la primera vez que Christine me da órdenes, se siente extraño pero no se siente mal, ella sonrió triunfantemente por el hecho de que yo haya estado de acuerdo en irme a quedar en la casa de su mamá adoptiva, sonreí  miré hacia el teatro, aunque se que voy a estar pocos días lejos voy a extrañar el teatro Garnier... y, también, voy a extrañar a Erik.

Solo espero que todo esto salga bien pero, sobretodo, espero que mi plan salga bien.