Capítulo 6

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Las clases habían pasado lentas, el día con Ana distante e indiferente era de lo peor, parecía como si no la pudiera tocar o decirle algo. ¿Había hecho algo mal anoche? Solamente le estaba levantando el ánimo. Ella estaba triste, ¿Qué pretendiera que hiciera? ¿Qué le diera la espalda y me duerma? Sin embargo, ahora la notaba perdida sin mí aunque tratara de hablar con todos. Sus ojos se encontraban con los mios y los desviaba rápido pensando que no me daría cuenta.

Por otro lado, yo estaba demasiado concentrada en mis solitarias clases para estar pendiente de Ana y sus berrinches, que no era la primera vez que sucedían, un día se había encaprichado con un jersey mio y no se lo quería quitar por nada del mundo. Se le pasaría solo.

Cuando volvimos a reunirnos para comer me senté al lado de Mireya quien me contaba cómo le estaba saliendo la canción con Marina, las dos estaban entusiasmadas pero sabían que algo no iba a salir bien.

Ana me observaba desde la punta de la mesa pero no le prestaba atención, y cuando tuvimos un rato libre me quedé con Miriam tratando de ayudarla con una parte de la canción que le había tocado, amaba Malibu y sabía inglés así que le brindaba conocimiento sobre algunas pronunciaciones o traducciones.

-¡Muy bien, amiga! Creo que lo tengo.

-Vamos, yo hago las partes de Roi.- El chico estaba comiendo todavía porque se había atrasado con unas cosas. Entonces Miriam me pasó unos papeles y ella empezó. No pasó más de media hora cuando nos dijeron que teníamos una visita de un técnico de sonido y que vayamos todos a escucharle.

Se me hacía extraño que Ana no me mirara en clase pero lo dejé pasar porque el técnico estaba hablando sobre el tema de los micros y sus posiciones, tema que me habían dicho en el pase anterior que mejorara porque lo tenía muy cerca de la boca. Sin darnos cuenta la clase ya había acabado y cada uno se fue a hacer sus cosas.

Hasta llegada la noche no hablé con Ana antes de que subiera a su cama arriba de la mía. La tomé de la pierna y la tiré un poco hacia mi.

-¡Hey!- Me dijo entre asustada y enojada. No la entendía, ¿Había hecho algo mientras dormía que la hizo sentir incómoda?

-Shh.- Hice que se callara porque los demás estaban demasiado metidos en sus cosas y juegos como para interrumpirlos y que se fijen en nosotras.

-¿Qué quieres?- No sabría percibir con qué tono me lo decía, era una mezcla del enojo de antes con un toque de que la estaba molestando más de lo normal.

-¿Podemos hablar?- Pregunté haciéndome chiquita, Ana nunca me había hablado mal y yo nunca le había contestado feo pero después de la actitud que había tomado todo el día notaba como dentro de mí también comenzaba a formarse la furia resultado de recibir esas contestaciones.

-No. Tuvimos todo el día para hablar.- Dijo y cuando los chicos prendieron la linterna de sus celulares para hacer formas y demás en el techo, a veces eran demasiado niños, me percaté de que llevaba puesta una camiseta de su novio. Sin saber por qué, la solté y ella se quedó un momento observándome antes de seguir en su tarea de subir las escaleras e ir a su cama.

No pude dormirme en las siguientes horas aunque el antifaz aislara mi vista de cualquier luz sospechaba que los chicos seguían jugando, al tiempo las risas y voces bajas se hicieron nulas, se escuchaba el eco de las respiraciones y no me podía dormir sin saber qué era lo que le pasaba a Ana.

Cuando me destapé un ojo sin hacer casi ruido, viendo que todos estaban dormidos, me paré sobre el borde de mi cama para ver hacia la de Ana, su respiración estaba tranquila pero cuando se movió e hizo una mueca supe que en realidad no estaba dormida. Sin preguntarle me subí a su cama por la escalera a pesar de que ella tratara de que no lo haga, impresionantemente la cama superior no se desplomó con el peso de las dos.

COMPLICADO [WARMI]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora