Capítulo 17

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A lo lejos se escuchaban las notas de una canción navideña sonando repetidas veces, era demasiado molesto como para seguir durmiendo y entonces varias imágenes se me vinieron a la mente. Luces rojas, blancas, mis manos frías y narices sonrojadas, el abrigo color carmín.

-Ay no, ay no.- Abrí los ojos en un tiempo de dos segundos y mi cuerpo se levantó sin pensarlo.- ¡Tengo que ir a...!- No estaba en un lugar que conociera, mi casa no tenía muebles blancos. Odiaba el blanco, siempre se terminaba ensuciando y yo era, soy, bastante desastre. Claramente había gritado como una desquiciada y el posible dueño de este sitio me había escuchado. Percibía los pasos acelerados bajando hacia donde estaba yo y de las escaleras apareció la figura de una chica morena. El pensamiento de que tenía que ir a comprar unas luces nuevas para navidad pasó a uno de: ¿Y ésta quién era? ¿Estaba en la casa de Naima, no?

-Gracias a Dios despertaste.- La observé unos segundos, ¿Naima tenía una compañera de piso?

-No, ¿Qué gracias a Dios?- Solté una carcajada ronca.- ¿Naima está durmiendo?

-¿Naima?

-Sí, Naima, mi amiga. ¿Estabas limpiando algo?- Le pregunto cuando noto los guantes amarillos de goma sobre sus manos y demás elementos de limpieza. Su cara se transforma en una de enojo y da un paso adelante tirando el trapo que llevaba en la mano, luego se sacó los guantes lentamente. ¿Qué la pasa?

-¿Limpiando algo? ¡Sí, todo lo que ensuciaste! ¿O no te acuerdas de cómo ibas de perdida en el club? Lo que por cierto pasó hace dos días.- ¿Dos días? Pero si teníamos pensado ir a comprar las luces de navidad, los arreglos para el árbol, ¡Mi salida con Ricky al teatro!

-¿Qué ensucié y quién eres tú?- Las palabras salieron temblorosas pero me recompuse para decir lo siguiente.- Y no iba tan mal, es que hacía mucho no tomaba alcohol.

-Sí, lo noté.- Respondió cortada a mi último reproche, ¿Qué le pasaba ahora? No creo que haya sido para tanto. Fue hacia otro lugar del departamento y la seguí, ¿Qué más iba a hacer? Sacó un vaso y puso un poco de agua, lo dejó frente a mí y sirvió otro para ella. Lo tomé con gusto mientras me sentaba en una de las banquetas de la barra, ella me observaba desde su posición apoyada sobre la encimera.

-¿Entonces Naima no está aquí?- Dije después de beberme todo el vaso de agua, ella suspiró.

-No sé quién es Naima, solo sé que tu nombre es Mimi... Y al parecer te gusta mucho Lady Gaga porque no podías dejar de cantar A-YO.- Me sonrojé y puse mis brazos arriba de la barra para cubrir mis mejillas con las manos, carraspeé un poco y le estiré el vaso como seña de que quería más agua. Ella puso los ojos en blanco y se dio la vuelta para servirme más, murmuré un "Gracias" cuando se alejó con la botella y volvió a donde estaba.

-¿Cómo sabías que era A-YO?- Bostecé cuando dejé de tomar agua y ella suspiró. Me recordaba a alguien pero no sabía quién, si había tomado tanto como ella decía mi cerebro aún andaba más lento de lo normal.

-Un amigo me hizo escuchar todas las canciones de su último álbum, él siempre la canta... Junto a la de John no sé qué.- Ella literalmente no estaba en la labor de conversar conmigo así que al terminar de darme esa respuesta se formó un silencio incómodo. Me removí en mi asiento y salí de allí bajo su atenta mirada, sus ojos duros me hicieron sentir mal y me pregunté cómo era que me había dejado estar dos días en su casa si le había causado problemas o si le disgustaba tanto mi presencia como me estaba haciendo ver.

Tosí un poco y puse las manos detrás de mi espalda.- Creo que es el momento de irme...- Ella asintió y cuando di un paso los nervios hablaron por mí.- Tengo que comprar luces de navidad.- Ella, que antes estaba lavando los vasos, se giró y probablemente protagonizó mi cara de terror y vergüenza junto con la risa floja.

-No creo que te dejen salir a la calle en este estado.- Aseguró y fruncí el ceño, ¿Qué estado? Estaba bien, perfecta. Pero se lo pregunté.

-¿Qué estado? ¿Tengo la ropa sucia?- Me miré hasta donde podía y ella suspiró.

-No, con resaca y perdida.- Se puso en puntas de pie para alcanzar algo arriba del refrigerador.- Toma, es tu celular. Sonó más veces de las que podrías contar. Voy a buscar tus botas.- Se fue por la escalera y miré mis pies, efectivamente no llevaba zapatos. Espere a que llegara con el celular en la mano.- Vamos, en el sillón va a ser más fácil ponértelas.- Volvimos a donde estaba antes y me senté en el sofá, cuando me puse la bota derecha con pesadez agarré los dos cordones negros a cada lado y paré ahí, ¿Cómo era esto? Sentía como la morena me miraba con impaciencia y aún me ponía más nerviosa.- Es que no me acuerdo.- La miré desde mi lugar, algo en su mirada cambió y tomó aire, se acercó a mí y tomó asiento en la pequeña mesita delante de mí, ella era delgada y tenía puestos unos jeans rotos que me dejaban ver la piel de sus piernas, ¿No tenía frío? Bueno... Yo no llevaba ningún calzado en los pies y no había tenido frío. Con paciencia ató mis cordones y cuando me puse la otra bota aproveché para preguntarle algo, después de todo aunque me odiara me había ayudado, ¿Quién sabe dónde podría estar de no ser por ella? ¿O qué me habría podido pasar?

-¿Cuál es tu nombre?

-Maia.- Asentí sin que ella me viera.- ¿El tuyo es Mimi, verdad? - Habló y me puse un poco feliz, no me gustaban los momentos tensos.

-Me llamo Miriam pero prefiero Mimi. ¿Sabes qué? Conozco a una chica que se llama Amaia.- Reí y antes de que pudiera contestar seguí.- Y conozco otra que se llama Ana, ¿Riman no? Amaia, Maia, Ana.- Ella me miró.

-No lo creo pero bueno.- Pareció acordarse de algo y luego de unos segundos lo soltó.- Al parecer también eres fan de esa tal Ana.- Mi garganta se secó y los dos vasos de agua de antes no sirvieron para nada.

-¿Por qué lo dices?- Me calmé a mí misma y sonreí falsamente.

-La nombraste... Algunas veces.- Mis ojos se abrieron del asombro y ella cruzó sus brazos sobre sus rodillas analizándome.

-Oh... Es que ella es mi amiga.- Dije sin creérmelo.

-Vaya.

-Sí, una pena... La extraño mucho desde que se mudó hace semanas a Barcelona.- Detallé la mentira y ella asintió.

-¿Así que Barcelona eh? Igual no está muy lejos, digo, pueden visitarse.- Alzó una ceja.- Vamos, eso me parece a mí.

-Sí, pero ella está complicada por su trabajo, tiene turnos extraños.- Reí fuerte.

-Me imagino.- Pensé que me iba a echar de su casa, sin embargo siguió hablando.- Yo por suerte tengo a mi amigo...- La interrumpió el timbre y ella miró hacia la puerta y se levantó.- Que raro, no esperaba visitas.

-Yo ya me voy yendo... ¿Puedo pasar al baño primero?

-Sí, sí, no ensucies nada. Es la primera puerta a la izquierda.- Subí las escaleras tan rápido como mi desgastado cuerpo me lo permitía y me encerré en el baño, lentamente me acerqué al espejo y estudié mi condición algo deplorable, ya casi no llevaba maquillaje y preferí lavar mi cara antes que andar con todo el rímel corrido, peiné un poco mi cabello y le robé un trago de enjuague bucal cuando a penas lo vi, finalmente acomodé mi ropa y dejé atrás mi reflejo para respirar profundamente mientras bajaba lentamente las escaleras como toda una señora. Ahora se escuchaban más voces de las que había antes y casi subo corriendo de nuevo al baño por los nervios, igualmente tenía que controlarlo, ¿Era más vergonzoso que me vinieran a buscar o que me quedara allí encerrada hasta que se vaya el invitado?

Di el último paso fuera de la escalera y dos pares de ojos se fijaron en mí, yo sonreí como si no hubiera pasado nada. El chico me miró confundido un par de segundos hasta que su cara se llenó de emoción, ¿Le pasaba algo? Miré por las escaleras a ver si venía alguien más sin que yo me diera cuenta pero todo estaba vacío y en penumbras, cuando volví a verlo ya estaba de pie en su lugar y la chica morena lo miraba extrañada.

-¡Mimi! ¡Que es Mimi, tía!- Sonreí con un poco de vergüenza, nunca me acostumbraría a esto. Sin decirle nada ya estaba junto a mí dándome un abrazo y halagando mi actuación con A-YO.- ¡Y cuando te lanzaron no lo podía creer! ¡Una amiga había ido a la gala y me dijo que allí se vio brutal! ¡Joder tía te salió perfecto!- Reí un poco y me propuse escuchar todo lo que tenía que decirme.

COMPLICADO [WARMI]Where stories live. Discover now