Capítulo 7

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Cuando me levanté, nuevamente antes que Mimi, entre la comodidad de sus brazos pude apreciar como su cuerpo transmitía la paz de su sueño. Me revolví un poco para abrazarla mejor pero Mimi me notó enseguida y aún medio dormida hizo lo posible para que yo esté más hundida en ella. Este momento me encantaba, ella estaba casi tan dormida como para no enterarse de nada aunque al mismo tiempo consciente de que estaba allí y me gustaba que esté pendiente de mí.

-Mmm.- El ruido característico de cualquier persona que se levantara por la mañana sonó levemente en mi oído y luego sus labios se posaron en mi mejilla.- Buenos días, Ana Banana.- Mimi por la mañana no era la persona más comunicativa y esas cuatro palabras ya eran demasiado pero escucharla me había alegrado más que despertarme junto a ella. Decidí darle un beso cerca de la boca a lo que ella cantó otro "Mmm" mucho más feliz que el anterior. Me reí por eso y luego recordé que no estábamos solas, que esta no era la casa de Mimi o la mia. Traté de separarme un poco pero me quedé tiesa al sentir la mano de la rubia acariciando con cariño mi cintura.

-Ana, soñé que tenía un perrito muy 'cuqui'.- Sonrió sin dientes aún con los ojos cerrados y yo pensé que me iba a morir de amor aquí mismo.

-¿Ah sí?- Me relajé cuando noté que nos ponían música para levantarnos y todavía no se escuchaba ni una mosca.

-Y a ti te quería mucho.- No contesté pero le besé la mejilla.- Eso sí, llevabas una de mis sudaderas.- Terminó abriendo los ojos y toda la magia del momento se perdió, había olvidado que llevaba puesto algo de mi novio y también que tenía uno.

Mi cara habrá cambiado drásticamente porque también vi la expresión de Mimi como si hubiera dicho algo que estaba pensando pero que no era buena idea decirlo en voz alta. Sus ojos estaban como platos y no tardó nada en disculparse miles de veces, aún así yo quería salir de ahí lo más pronto posible.

-Lo siento, Ana. Lo siento mucho.- Terminó casi sin aire de lo agitada que estaba, deprisa me había seguido en mi salida de la habitación hasta los baños.

-No lo sientes, lo habías pensado y eso es lo que crees.- Contesté a la defensiva dejando mi espalda sobre la pared del baño llena de azulejos. Mimi se quedó recta y su postura me indicó que pretendía comenzar una pelea, sus brazos relajados ahora estaban cruzados y su mandíbula, apretada.

-Salió solo sin pensarlo. No estoy pidiéndote algo así como que dejes a tu novio.- No sabría descifrar su tono pero cuando Mimi quería era la más chula de la Academia.

-Tampoco lo iba a dejar.- Estaba igual que ella, me había dicho algo en la cama que no me había gustado ni un poco y encima ahora venía con esa actitud.

-Me parece bien.- Se encogió de hombros y caminó fuera del baño sin decir nada más, cuando salí de mi ensueño Mimi se estaba lavando los dientes en un fregadero y viéndose al espejo. Suspiré y también comencé a hacer lo mismo que ella.

-Ah y a mí no me importa si te parece bien o no.- Exploté sin aguantar el silencio que se había formado, Mimi escupió la espuma y después de limpiarse me vió como si estuviera loca. Sin dejarla contestarme volví al baño pensando que no me perseguiría pero reapareció por la puerta unos segundos después.

-¿Tan mal te sentó lo que dije? ¿Ahora no puedo opinar sobre la relación de la chica que...?- La pregunta venía en un tono reprochador pero paró abruptamente antes de finalizarla. Bajé un poco la guardia al verla perdida en su cabeza.

-¿La chica que...?- Si Mimi siempre me insistía para que le contara las cosas no veía por qué yo no podía hacer lo mismo con ella.

-La chica que besé anoche a pesar de que tiene novio hace como dos años.- Sus palabras me cayeron como un balde de agua fría y era tan difícil contestarle que bajé la mirada, no había pensado en Jadel desde que Mimi dijo que llevaba su camiseta, me había olvidado de él mientras la besaba y me tenía en sus brazos, me vi a mí misma parada en un rincón del baño con su camiseta aparentando que lo extrañaba y lo quería al mismo tiempo que en realidad comenzaba a necesitar a la chica que estaba parada en frente de mí, más alta, rubia, con un cuerpo de escándalo y actitud arrasadora pero con sus inseguridades y puntos débiles, los cuales me había dejado ver días después de conocerla. ¿Cómo podía decirle a ella que no iba a dejar a mi novio si todo lo que quería era que me abrazara y volviéramos a la cama? No la tenía muy cerca y ya quería que esté junto a mí de nuevo, acariciándome el cabello, tomándome de la cintura y diciéndome cosas lindas al oído.

Jadel hacía eso los primeros meses y cuando salimos en serio se relajó por completo, cambiando nuestras salidas por reuniones con sus amigos, paseos nocturnos en el parque cerca de su departamento por mirar partidos en el sofá toda la noche. ¿Mimi también hacía esto ahora y luego me dejaría de lado? Jadel era como mi mejor amigo y luego todo se acabó, cuando se enteró de lo de OT ni siquiera quiso que dijera que era su novia.

Esa era la razón por la que no podía estar con Mimi, prefería que fuera mi amiga toda la eternidad a que se aburriera de mí si teníamos algo más.

COMPLICADO [WARMI]Where stories live. Discover now