Capítulo 10

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Terminada la gala volví a la Academia con el corazón destrozado, mi Mimi me iba a dejar sola. No había podido salvarse contra Ricky y ya sentía que lo odiaba porque Mimi lo había hecho genial, estaba haciendo lo que le gustaba y era toda una diva arriba del escenario. ¿Por qué la gente no la había votado?

Cuando se despidió regalándonos algunas palabras, no dudé dos segundos en abrazarme a ella con toda la fuerza que podía aún con lágrimas en mis ojos y las mejillas mojadas. Al final pude abrazarla un poco más, enredada a ella me soltó varios "Te amo, Ana Banana" y ahí fue cuando me di cuenta de que ella no se había ido y ya la extrañaba.

La casa sin Mimi se sentía vacía, convivía con otras 14 personas y aún así parecía que me faltara algo. Ahí fue cuando me llegaron las sudaderas y algunas cosas de Jadel para que no lo olvidara, la verdad me habían hecho sentir como en casa, como si estuviera con él esas noches frías de invierno en las que me prestaba su ropa porque yo era más de sufrir las temperaturas bajas que las altas. Pero poco duró cuando el jersey gris de Mimi se lavó y secó, me lo puse en nada e incluso lo abracé en la clase de yoga queriéndola y necesitándola al mismo tiempo.

Aunque no todo era tristeza, el rencor y el mal humor me acompañaron durante la mayor parte de la semana. Verle la cara a Ricky, no clavar una parte de la canción, no poder usar el jersey de Mimi todos los días porque parecería extraño que me vieran con el puesto en vez de con la ropa de mi novio, no dejaba de pensar en qué estaría haciendo o si me estaría mirando... Aun así no me olvidaba de que le había dejado un video con un mensaje a Ricky y a mí nada, yo tampoco los veía tan amigos, eso sí, tenían bromas internas que solo ellos conocían y era lo que los llevaba a pasársela bien, pero poco más, yo le caía mejor en todos los aspectos.

Así que cuando Noemí me dijo el Lunes por la noche, después de que me salvara de estar nominada por los jueces, que Mimi podría haberme dejado un video yo volvía a emocionarme de nuevo. Corrí por toda la casa, agarré servilletas de papel y de nuevo estaba dispuesta a llorar y volverla a extrañar a pesar de haber tratado de hacer su salida a un costado y enfocarme en las clases, por lo menos para brillar en la gala.

Su mensaje era de apoyo y verla ahí sentada me parecía tan extraño. Mimi se merecía estar aquí dentro y también debía estar diciéndome esas cosas en persona y no por un video que tendría que haber visto hace una semana.

Pero su mensaje me dio mucho ánimo y sentí que volvía a recuper algo dentro, supongo que la esperanza de que no lo hacía tan mal... Que en realidad mi voz no era de las peores. Entonces comencé a recordar todos esos momentos en los que me había dicho cosas lindas para que no esté mal, que se preocupaba mucho por mí y en la cantidad de veces que me había ayudado con la coreografía de Don't You Worry 'bout A Thing. Y yo la había ayudado a ella con su voz para que tratara de alcanzar algunas notas pero en ese sentido Mimi era más como una esponja y rápido implementaba la técnica.

-Hoy te noto diferente.- Le dije mientras sacaba con una cucharita lo que quedaba del aguacate.

-¿En serio? ...- Ella me miró pero estaba pensativa, Miriam estaba sentada a su lado y nos miró para saber de qué estábamos hablando.- ¿Es porque estoy más feliz?

-Creo que sí.- Sonreí cuando ella me envió una mirada sugestiva.

Sí, estaba diferente pero le había dicho eso porque creo que yo era la razón por la que estaba así.

-No sé qué va a pasar Ana.- Dijo mientras me abrazaba la noche anterior, su voz estaba rota y yo estaba con el corazón en pedacitos.- ¿Y si me voy? ¿Qué va a pasar con...?- En ese momento dejó de hablar y la entendía porque yo no sabía qué estaba pasando conmigo, la quería tanto pero no estaba acostumbrada a dejar todo por alguien. No conocía a Mimi fuera de aquí, ¿Y si llevaba una vida completamente diferente a la mia? Verla tan libre, divertida, despreocupada, me hacía sentir como si toda mi vida hubiera estado siguiendo las reglas y rutinas impuestas en mi día a día sin yo estar consciente de eso.

La estabilidad que me aportaba Jadel no me la daba Mimi, ella podía estar un día tranquila en el sillón de su casa o saliendo a pasear y al siguiente día montando un concierto en la plaza al escuchar su canción preferida. La espontaneidad no iba conmigo, ¿Cómo decirle que no podría acompañarla en sus noches de locuras o que no sabía si pudiera hacerlo? No me imaginaba yendo a una de sus clases de baile ni subiéndome con su seguridad al escenario. Mimi no se sentiría acompañada ni feliz a mi lado.

-Lo que tenga que pasar, pasará.- Dije, no quería afirmar que se quedaba, ¿Luego la decepción no sería peor? Para suavisar mi comentario aclaré rápidamente.- Y si pasa lo malo, te extrañaré más de lo que lo harán estas catorce personas juntas ¿Me entiendes? Creo que incluso soñaría contigo.- Me reí bajo porque todos estaban dormidos. Ella no dijo nada, simplemente me dio un beso en la mejilla.

-Te prometo que porque quiero quedarme aquí contigo y seguir estando en este maravilloso lugar que haré todo lo que pueda para que sea una buena performance... Por lo menos si me voy, será con la cabeza en alto.- Suspiró.- Me gustaría llevarte en la maleta.- Se rió y yo también.- Pero tú tienes que quedarte dentro de esta casa y hacer todo para llegar lo más lejos posible. Confío en ti tanto como tus padres.- La abracé más fuerte.

Cuando íbamos de camino a la última parte del casting fuimos las dos juntas en tren y le había comentado que mis padres confiaban en mi talento desde que mi padre aceptó que lo mio era la música, siempre que podían me acompañaban a los castings y vivían a flor de piel cada concierto o mínima presentación que tenía. Me encantaba que Mimi se haya acordado de eso.

-Hablaré con ellos y les pediré perdón por haberte enseñado lo maravilloso que es el aguacate.- Dijo riéndose.

COMPLICADO [WARMI]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora