Capítulo 2 | Notas

1.2K 77 21
                                    

Me quedo completamente paralizada. No puedo respirar.

Está notando mi existencia.

Mi corazón comienza a latir desbocado y empiezo a pasar saliva con dificultad. Lo que está pasando no tiene ningún sentido, ni tampoco la furia de su mirada.

¿Por qué está tan enojado?

Cuando me imaginaba este momento, nunca pensé que sus ojos estarían llenos de rabia. ¿Dónde estaba aquella mirada llena de amor y devoción de mis sueños? Mientras trato de no derretirme a toda costa, comienzo a examinar la habitación y es cuando reparo en la marca de su café. Es de la cafetería en la que trabaja Hyunsuk.

—¿Hay algún problema con la pasante, sajangnim? —pregunta Soohyun con voz chillona.

—Claro que la hay, Soohyun. Esta chica es la razón de mi retraso. Entró como si nada a la cafetería en donde una fila de personas decentes esperaba para ordenar y se coló hasta adelante. Salió como si nada y se descompuso la máquina segundos después de haberle servido lo que pidió.

Las minions hicieron sonidos de susto y horror mientras Seungri contaba el relato. Con cada palabra, mi cara se enrojecía y se contorsionaba en una mueca rara. No podía verlo a los ojos.

—¿En serio? ¡Lo lamento tanto, sajangnim! Discúlpate ahora mismo, Rosie —me ordena con falsa indignación.

Sabía que merecía una disculpa. Pero el tono que mi jefa había utilizado me hacía arder por dentro y me forzaba a mantenerme a callada.

—Seunghyun sajangnim puede pedir que me disculpe con él si así lo requiere.

Es lo único que puedo decir sin querer tirar de su escoba a la bruja de mi jefa. La vi abriendo la boca para contestar, pero el jefazo fue más rápido.

—Lo requiero.

Su tono impasible no tenía nada que ver con su mirada. Me tragué mi orgullo e hice una reverencia.

—Siento haber hecho que se retrasara, sajangnim —digo tratando de mantener una voz firme como el acero.

Odiaba los honoríficos, pero era algo que tenía que hacer frente a todos para que no me consideraran una irrespetuosa. Lo escuché hacer un sonidito aprobatorio y arrogante con la garganta. Juro que lo odié en ese momento.

—Está bien —consiente el jefazo apartando la mirada de mí y volviendo a fingir que soy tan poco importante como una maceta—. Comencemos con la reunión.

Mientras la junta sigue su curso, dibujo a Seunghyun echando fuego por las orejas en el block de notas. Anoto algunas cosas sobre la reunión pero en realidad son todas sobre el jefazo siendo un verdadero monstruo. Nadie vuelve a prestarme atención y eso me hace sentir aliviada.

Claro que quería ser tomada en cuenta, pero no de esa manera.

Al salir del trabajo, estoy desanimada. Hubiera preferido mil veces que Seunghyun siguiera ignorándome a que rompiera mis ilusiones siendo tan grosero. Cuando llego al departamento que comparto con mi mejor amiga, me pongo manos a la obra para comenzar a preparar la cena. Yuna tiene clases hasta tarde y es lo menos que puedo hacer después de robarle su desayuno.

Justamente cuando apago la estufa, recibo una llamada de Kyungsoo, mi vecino de enfrente.

—¡Rosie! —grita desde el otro lado de la bocina—. ¿Podrías abrirme? Voy para tu departamento con algo muy caliente.

Le contesto afirmativamente y corro hacia la puerta para abrirla de par en par y ver a mi guapo vecino entrar con una charola de pan recién horneado y guantes de cocina para evitar que sus manos se convirtieran en carbón.

—No te hubieras molestado, Kyungsoo-yah —le digo mientras cierro la puerta y me acerco a la mesa en donde está su creación.

Él me regala una sonrisa que hace que sus mejillas se inflen y sus ojos se vuelvan dos curvas pequeñas.

—Es lo menos que podía hacer después de verte entrar como si hubieras tenido el peor día de tu vida. ¿Pasó algo en el trabajo?

Tener a mi vecino en casa se había convertido en algo bastante usual desde que Yuna y yo nos mudamos a este edificio. Siempre había sido muy amable con nosotras desde el principio y no ayudaba que fuera irresistiblemente guapo y que se sintiera extrañamente atraído por mí.

¿Qué podía ver en una chica como yo?

Tonteábamos algunas veces, pero nunca había pasado a mayores.

—Ya sabes, lo de siempre. Jefes insoportables.

Aish... No deberías dejar que te traten así —se queja enojado—. Recuérdame una vez más por qué sigues ahí.

—Porque me pagan aún cuando sólo estoy de pasante.

Y porque Seunghyun también está ahí.

—Podrías venir a trabajar a mi restaurante. Podrías manejar toda la publicidad —me dice mientras se acerca a mí y toma mi cintura entre sus manos.

Aún siguen calientes por el pan recién horneado y todo él huele a canela y a pasas. Su olor tan familiar me reconforta. Yo sonrío ante su propuesta.

—¿También me pagarás? —pregunto divertida.

Su rostro está endemoniadamente cerca y sus manos me toman con más firmeza.

—Todo lo que quieras —susurra.

Cuando me besa, me dejo llevar. No es la primera vez que lo hace. Los dedos de mis pies se encorvan al tenerlo tan cerca de mí, besándome con delicadeza.

Podía quererlo. Era bueno, amable y divertido. Nada que ver con el jefazo que no repara en mí mas que cuando lo hago enojar.

Cuando el rostro de Seunghyn viene a mi cabeza, me aparto de él abruptamente.

¿A quién engaño?

Soy una masoquista de mierda.

—¿Hice algo mal? —pregunta algo asustado.

—Claro que no —lo reconforto con una sonrisa y tomo una de sus manos para darle un buen apretón—. Yuna está por llegar y dudo que le guste vernos besándonos en medio de la sala —miento piadosamente.

Lo veo sonrojarse y juro que puedo morir de ternura.

—Está bien, tienes razón. Espero que disfrutes del pan.

Se despide de mí con un beso en la frente y cierra la puerta detrás de él. 

Ceno lo que había cocinado y tomo café acompañado del pan de pasas. Compruebo con satisfacción que está delicioso. Abro mi computadora un rato después para ver una película, pero el sonido de mi celular me distrae.

En la pantalla estaba un mensaje que hizo que el calor que Kyungsoo había traído con su sola presencia se desvaneciera por completo. Era mi jefa.

"Sajangnim me pidió las notas de las reuniones pasadas. Me tomé la libertad de tomarlas de tu cubículo. Quiere verte en su oficina mañana a primera hora"

¿Ahora qué sucedería?

La chica que él nunca notó | SeungriOnde histórias criam vida. Descubra agora