Capítulo 15 | No más silencio

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El camino a su auto me parece completamente tortuoso, no porque el jefazo haya decidido poner una mano sobre mi espalda descubierta mientras me acompaña al auto. No, definitivamente era porque el alcohol no me dejaba caminar en línea recta... O al menos eso creía.

—Yah... Rosie, tienes muy baja tolerancia al alcohol —dice divertido abriendo la puerta del copiloto para mí.

—No estoy tan ebria, jefazo —respondo un poco molesta mientras volteo para encararlo. No era ninguna mojigata.

Pero carajo si no me sentía como una a su lado todo el tiempo...

—Ya lo veremos —me reta sonriendo y acercando su rostro hacia mí.

—S-solamente necesito comer algo —respondo nerviosa por la cercanía de sus labios.

Definitivamente no estaba tan ebria como para atreverme a besarlo, pero sí para no alejarme y apreciar su rostro de cerca. Senghyun tenía unas pestañas muy largas y sus ojos tenían un brillo particular. Su piel era bastante envidiable y su cabello era demasiado tentador para mis manos...

¡No, no te alejes!

—Y de eso me encargaré yo, pero debemos irnos o cerrarán el lugar.

El momento hipnótico termina ahí y ambos nos subimos al coche sin decir nada más. De hecho, el viaje es bastante silencioso pero nada incómodo. Las luces de Seúl me llenan los ojos y siento que el aire frío que entra desde mi ventana me ayuda un poco a calmar el alcohol de mi sistema y también a que mi cerebro comience a evaluar todo lo que está sucediendo.

Era una de las mejores noches que había pasado en mucho tiempo.

Nos mantenemos así durante todo el viaje, el cual pasa más rápido de lo que desearía que fuera. Comenzamos a alejarnos de la zona bulliciosa de la ciudad y a adentrarnos a un barrio cerca de mi casa. Las calles comienzan a volverse más estrechas y pronto nos detenemos en un pequeño local que es apenas iluminado por los postes en la calle. Seungri abre la puerta para mí y pronto entramos al lugar que se encuentra completamente vacío.

—Pensé que no vendría, Seunghyun-ah —dice una señora que sale de repente de lo que parece ser la cocina.

—¿Cómo cree que podría fallarle a mi ajumma favorita?

—Yah, no es necesario que me adules tanto... —su mirada se posa en mí y después en Seunghyun. Sonríe ampliamente y con ello se gana mi completa confianza—. ¿Ella es tu novia, Seunghyun-ah?

—N-no, nosotros no... —comienzo a decir, pero el jefazo toma mi mano y, unidas, las lleva a sus labios.

¿Acaba de besar mi mano?

—Aún no —responde él.

¿Sigo respirando?

—Yah... deberías ver su rostro, Seungri-yah. No la atormentes así —dice la señora con una sonrisa y acercándose a mí para tomar mi brazo—. Ven, cariño, ayúdame a llevar el budae jjigae a su mesa, ya es tarde y todos mis chicos se fueron...

Me toma del brazo y la sigo hasta la cocina. Me siento muy ligera, como si flotara, pero no sé si es por el alcohol que aún no deja mi sistema o por lo nerviosa que me siento. Aún no podía creer que el jefazo hubiera hecho una insinuación de ese tipo...

¿Yo, su novia?

—¿En qué estás pensando? —me pregunta la ajumma extendiéndome una bandeja con banchan.

—En nada, sólo ha sido una noche larga —respondo con una pequeña sonrisa tomando la bandeja de sus manos.

—Yah... si es por ese hombre de afuera te diré una cosa. Es la primera vez que trae a alguien aquí.

La chica que él nunca notó | SeungriWhere stories live. Discover now