Capítulo 14 | Sube y baja emocional

642 55 10
                                    

—¿Hola? —pregunto aún confundida.

—Hola, Rosie. ¿Puedo pasar?

¿De verdad el jefazo está siendo amable?

¿De verdad estoy en pijama frente a Seungri?

—Claro —respondo y me hago a un lado para que pueda entrar a mi departamento—. No quiero ser grosera pero... ¿Qué haces aquí?

Cierro la puerta y volteo para encararlo. El jefazo trae puesta ropa muy casual y una gorra con la visera hacia atrás. Se ve tan juvenil y tan guapo que las puntas de mis dedos comienzan a cosquillear. Cuando termino de hablar, me regala una sonrisa perfecta. Recuerdo cuando hacía unos días había ido a mi casa para ir cenar a Daechon y se veía igual de extraño dentro de esas cuatro paredes, rodeado de mis cosas.

No sé si pueda acostumbrarme...

Demonios, Rosie. ¿Quién te dice que esto se va a repetir?

—Venía a invitarte  a una presentación hoy en un club de Gangnam —responde de manera casual, la cual no tenía nada que ver su pie izquierdo que se movía de manera repetitiva, casi nerviosa.

—¿A mí?

—Claro que sí, Rosie-yah. Vengo a invitarte a ti. Sé que es un poco tarde pero espero que eso no sea problema.

Mi mente comienza a trabajar al mil por hora. ¿Cuál es la respuesta correcta? ¿Debería acompañarlo? Tal vez no sería la mejor idea. Es mi jefe y además, para ser sincera, no me gusta la música electrónica...

—Claro, me encantaría ir —responde mi corazón—. ¿Podrías esperarme unos minutos? Tengo que cambiarme.

—¿De qué hablas? Estás perfecta así como estás —me dice con una chispa en los ojos que no puedo reconocer.

¿Estoy soñando despierta otra vez, verdad?

—Estoy en pijama, jefazo —respondo sin pensar.

—Por eso mismo. Me gusta el color —dice con una sonrisa juguetona.

—Cuando vaya de nuevo a la tienda, compraré una de tu talla.

Salgo corriendo a mi habitación con su mirada asombrada fija en mí, acompañada de una risa burbujeante que me hace reír  a mí también. Cuando cierro la puerta, me veo al espejo y tengo que pellizcarme el brazo. Comienza a doler y mi piel se torna roja.

Es definitivo. No estoy imaginándome nada.

De verdad me acababa de ofrecer a comprarle a Seungri una pijama rosa con perritos y le había llamado jefazo en el proceso.

De verdad me había dicho que me veía perfecta.

Comienzo a revisar mi armario con las manos temblorosas. Siento como si toda mi piel centelleara y mi respiración está agitada. Estoy muy emocionada y nerviosa. No tengo idea de qué ponerme. De repente, mi ropa es fea e insuficiente hasta que mis ojos se posan en un lindo vestido con la espalda descubierta que quedaría perfecto con unos zapatos que Yuna acababa de comprar y que claramente justificaban su préstamo por esta noche.

Me cambio y maquillo lo más rápido que puedo pero me tomo el tiempo necesario para no parecer Bridget Jones en la cena de abogados de Mark Darcy. Claro que esto no era tan elegante pero sí igual de importante. Conocía a Seungri como persona de negocios pero nunca en una faceta más personal como lo es su trabajo de DJ. Cuando me siento lista, salgo de mi habitación y corro a la de Yuna para que el hombre en mi sala no pueda verme antes de tiempo. Busco los zapatos y aprovecho para mandarle un mensaje, avisándole de los acontecimientos recientes.

La chica que él nunca notó | SeungriWhere stories live. Discover now