Capítulo 18 | Sopa de miso

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Las luces ya están apagadas y tenía algún rato que Seunghyun había salido del baño para acostarse en la sala que estaba justo frente a mí. Apenas podía distinguir su silueta entre las sombras y no lo escuchaba producir sonido alguno.

—¿Ya estás dormido, Seunghyun? —pregunto por lo bajo.

Silencio.

—¿Entendiste lo que te dije, Rosie-yah? —contesta después de algunos segundos.

—Sí... Sólo no creo que en verdad lo hagas —le digo sin pensar.

Arrepentimiento.

—¿Por qué no lo crees?

—Porque... —esta vez intento pensar un poco más en lo que estoy a punto de decir, aunque ya saben lo que dicen sobre lo peligrosas que son las conversaciones en la madrugada—. Tienes novia.

—Sé que me escuchaste cuando hablaba por teléfono la última vez. Sabes que ya no es así.

—Hacían bonita pareja.

—Nunca sabes lo que se esconde debajo de las apariencias.

Más silencio.

—¿Tenían problemas?

—No quiero hablar de eso, Rosie.

Más arrepentimiento.

—Está bien. ¿De qué quieres hablar?

—De nada, quiero que descansemos.

—Me sentiría más cómoda si no estuviera viéndote dormir en el sofá. ¿Por qué elegiste vivir en un loft? A veces las paredes son necesarias...

—No me gusta sentirme encerrado. Si cierras los ojos, no verás nada.

—Aish... Te crees tan listo —respondo irritada.

—No lo creo, sé que lo soy.

—Y ahora engreído...

—¿Podríamos descansar, Rosie, por favor?

—Está bien.

—No hagas que me arrepienta de haberte ofrecido pasar la noche aquí.

—¿Ahora quién es el que está hablando?

—Aish...

—¿Ves? No es tan fácil. Bueno, de igual forma no puedo dormir y...

Comienzo a escuchar ruido y veo su sombra levantarse y caminar lentamente hacia mí.

—¿Q-qué haces? —pregunto haciéndome a un lado de la cama. El colchón se hunde ante su peso mientras se acomoda para dormir dándome la espalda.

—Haciendo lo imposible para que te duermas. Así ya no verás mi sombra en el sofá.

—E-está bien —respondo con voz temblorosa. Puedo sentir el calor de su cuerpo y su simple presencia es demasiado para mí, aún cuando sólo puedo apreciar su espalda.

—Buenas noches.

—Buenas noches.

Quisiera poder alargar el brazo y tocarlo. Tal vez hacerle muchos cariñitos hasta que su respiración se tranquilizara... El único problema es que estaba muy lejos y no me atrevía a romper la distancia entre nosotros.

Tal vez nunca sería lo suficientemente valiente.

A la mañana siguiente, siento los rayos del sol demasiado calientes directamente en mi espalda, aunque también siento un calor intenso en la parte frontal de mi torso.

La chica que él nunca notó | SeungriWhere stories live. Discover now