Capítulo 20 | Congelados

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Entro a mi departamento y, tan pronto pongo un pie dentro, siento unos brazos rodeándome y estrujándome.

—¿Dónde te metiste? Hyunsuk y yo estábamos muy preocupados — exclamó Yuna, completamente aliviada.

—Estaba con Seunghyun —respondo encogiéndome de hombros.

—¿Pasaste la noche con el jefazo? —escucho decir a mi mejor amigo desde la sala.

—No como ustedes piensan —contesto un poco cohibida.

No como ustedes, eso es seguro.

—¡Cuéntanos todo! —pide Yuna sacudiéndome un poco y llevándome hacia la sala. La reciente formada parejita se sienta frente a mí y no puedo evitar imaginarme como una pequeña niña a punto de tener una conversación importante con sus padres.

—Ustedes cuéntenme todo —les digo cruzándome de brazos y recargándome en el respaldo de mi asiento.

Estaba lista para escucharlos.

—Aish... Está bien. ¿Quieres empezar tú o yo? —le pregunta Yuna a Hyunsuk. Él carraspea un poco, se acomoda en su asiento y comienza a hablar.

—Noona, no quiero que pienses que te ocultamos esto porque no queríamos que te enteraras —comienza a relatar—. Yuna y yo lo hablamos hace dos noches por primera vez. Vine a buscarte para contarte que mi ex jefa me estaba poniendo trabas para darme mi último pago...

—¿¡Qué?! —interrumpo, enojada—. Esa bruja...

—... Pero tú no estabas, Yuna me dijo que te habías ido con tu jefe —continúa diciendo—. Y... Sólo pasó, Rosie-yah.

—Creo que tú siempre supiste que lo encontraba muy atractivo —confiesa mi mejora amiga, sonrojándose—. No quería romper nuestra promesa acerca del sofá, unnie.

Comienzo a procesar la noticia y mi cerebro logra entender lo que está sucediendo entre mis mejores amigos: básicamente están teniendo un... rollito. Un rollito que se había llevado arrastrando a mi pobre sofá. Estaba feliz de que fueran honestos conmigo, sin embargo, todo me parecía muy extraño. En mi cabeza sólo podía pensar en que Hyunsuk recién salía de una ruptura amorosa y no quería que Yuna fuera su rebote emocional.

Volteo a verlo fijamente, en silencio, esperando que entendiera lo que me preocupaba. Él me sostuvo la mirada y lo conocía tan bien y de tantos años que supe inmediatamente lo que me había respondido: no voy a romper su corazón.

—¿Estás enojada? —pregunta mi mejor amiga con el rostro lleno de preocupación.

— Sólo porque nunca podré ver esta misma habitación de la misma manera —respondo con una sonrisa sincera—. Pensé que me habían ocultado las cosas y me sentía un poco herida. Me sorprendió mucho, eso es todo.

—¿Y por eso pasaste la noche con el idiota de tu jefe? —me cuestiona Hyunsuk, cambiando abruptamente el tema.

—¡Yah! Sólo yo puedo decirle así —exclamo descruzando los brazos y adoptando una posición más relajada para poder estirar mi pierna y golpearlo en la suya.

— ¡Auch! —se queja Hyunsuk, adolorido—. Casi me rompes el... La... ¿Qué huesos hay ahí, Yuna? —pregunta olvidándose completamente de su supuesto sufrimiento.

—La tibia y el peroné, Hyunsuk-ah —responde ella con paciencia.

—¡Sí, eso, el pirulí! —responde sin darse cuenta del gran error que había cometido. Yuna y yo nos miramos y sonreímos sin preocuparnos por corregirlo—. Lo defiendes como si no hubiera ignorado tu existencia por un año entero... —dice él entre dientes.

La chica que él nunca notó | SeungriWhere stories live. Discover now