Capítulo 4 | Ideas brillantes

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Al día siguiente, desayuno con Yuna mientras le cuento que tomé la decisión de renunciar.

—¡Por fin! —exclama—. ¿Te parece si para festejar vamos de compras después de que salgas del trabajo?

Yah... ¿Por qué estás tan feliz? —me quejo al ver su expresión de alegría.

Todos parecen felices, incluso Hyunsuk. ¿Por qué soy la única que se siente terrible?

—Es lo que deberías haber hecho desde el principio, unnie. Me alegro que por fin te hayas animado a tomar esa decisión.

Terminamos de desayunar en silencio y acordamos vernos fuera de la oficina al final de mi jornada laboral. En el camino al trabajo, yo le seguía dando vueltas a la conversación con mi mejor amiga. ¿Por qué todos parecían saber que renunciar era lo mejor para mí? ¿Por qué demonios tardé tanto en darme cuenta?

Reviso por última que el sobre con la carta siga en mi bolso antes de entrar al edificio. Llego a la sala de juntas y tomo mi lugar habitual. Esta vez, Soohyun y sus minions tendrían que presentar sus últimas propuestas para la campaña publicitaria, así que estaban demasiado ocupadas montando todo como para notar mi presencia. Nada fuera de lo normal, pensé amargamente. Minutos después, entró Seunghyun por la puerta.

—Buenos días —saluda con una pequeña reverencia. Yo sonreí al notar que su cabello estaba desordenado, como si se le hubiera hecho tarde para salir por la mañana.

Seguramente su novia misteriosa se había encargado de retrasarlo con una acostón matutino.

—Buenos días, sajangnim —saludaron las otras chicas de la habitación al mismo tiempo.

—¿Cómo estás, Rosie? —su pregunta va dirigida a mí y siento cómo a mi cuerpo lo recorre una sensación cálida.

Adoro cómo suena mi nombre entre sus labios y cómo su mirada provoca todo tipo de sensaciones dentro de mí. Además, su pregunta va acompañada con una sonrisa amable que me reconforta y que también me hace enojar.

Llevo más de un año aquí y sólo hasta ahora había sido capaz de ser amable conmigo.

—Bien, gracias por preguntar.

Mi respuesta es mucho más seca de lo que pretendía, así que veo en sus ojos que se siente algo confundido con mi actitud.

—Bueno, Soohyun, comencemos con las presentaciones.

Las minions empiezan a hablar, y a medida que proponen sus ideas, examino con detenimiento la cara del jefazo. Sí, es guapísimo, pero detrás de tanta belleza puedo percibir un dejo de irritación y de decepción. Cuando mi jefa termina de hablar y sonríe victoriosa, él se cubre el rostro con las manos en señal de exasperación.

—¿Sólo tenemos esto después de tantas juntas? —pregunta, desamparado.

—Sajangnim, nuestras propuestas... —comienza a decir una de las minions.

—... No son lo suficientemente buenas —la interrumpe Seunghyun.

Comienza a examinar la habitación con la mirada mientras se acomoda la ropa que trae puesta. No sé si lo hace para ponerse más cómodo o porque está enojado. Sigue buscando algo con la mirada por toda la habitación, como si buscara un milagro.

Y sus ojos se posan en mí. Sonríe de oreja a oreja. Mi estómago se hace líquido.

—¿Tienes alguna idea en mente? —me pregunta el jefazo.

Sí. Se dirige a mí. Después de un año entero, por fin me está pidiendo mi opinión sobre algo.

¿Por qué tiene que hacerlo ahora que tengo mi carta de renuncia lista para ser entregada?

La chica que él nunca notó | SeungriWhere stories live. Discover now