XVII

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-Me acordé de que tenemos un regalo para ustedes- dije sonriendo

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-Me acordé de que tenemos un regalo para ustedes- dije sonriendo

-Cierto, Simón ¿es molestia si me acompañas al auto?- dijo levantandose mi padre

-Oh no era necesario, pero por supuesto te acompaño- dijo imitando la acción

A los pocos segundos nos quedamos solas Esther y yo. La miré con una sonrisa.

-Oh, veo que se ha acabado el vino tinto de su copa. ¿Le sirvo más?- dije levantandome de mi asiento

-No debo tomar tanto- dijo haciendo una mueca

-Oh vamos, será un poco más. No tiene nada de malo divertirse un poco- dije sirviéndole

-Lo mismo digo, Anne. Pero nadie lo entiende- dijo riendo levemente

Lo llené a tope. Tomó un poco y sonrió complacida.

-Es impresionante como al señor Simón le gusta ir a la fundación- hice una pausa -se ve que le tiene mucho interés a esas pobres mujeres.

Se quedó quieta por un momento y tomó casi todo el líquido.

-Si, es muy generoso con ellas. De hecho... - se sirvió más vino - tenía una amiga yo ahí, murió hace un año. No puedo salvarse pero antes de su muerte también tuvo amistad con Simón, la hacia reír...- dijo entredientes

Se tomó todo de un trago. Sonreí.

-¿En serio?- recordé la fotografía - parece disgustada por aquello ¿pasó algo malo con ellos?- dije frunciendo el ceño

-No, no, no es así... O eso creo. Sólo olvídalo hija- dijo riendo levemente

Cuando pronunció hija sentí un golpe en el corazón. Sacudí la cabeza le serví más en su copa, llegaron Simón y mi padre con la champaña. Me senté en mi lugar antes de que me vieran. Esther se empezó a tallar los ojos, la miré fijamente.

-Oh, champaña. Ustedes si saben de regalos- dijo tomando la champaña

Se levantó y se tambaleó un poco. Simón la miró con sorpresa.

-Esther, no me digas que... Agh, ella no aguanta mucho el alcohol- dijo negando con la cabeza

Reí levemente. Mi padre se sentó tranquilamente. Se escuchó como abría la champaña Esther y enseguida se sirvió.

-Esther basta- está no le hizo caso y se lo tomó todo

Miré a mi padre con una sonrisa cómplice. Estaba muy curioso por lo que sucedía. Apareció Matt y se sentó.

-Tengo un regalo para ti, pero está arriba- dijo susurrandome al oído

Alcé una ceja.

-No lo veas de esa forma, por Dios. Eres una mal pensada- dijo sonrojado

Reí.

-Espera- dije mirando a Matt -iré al baño- dije con tono normal

Me levanté y fui al baño, antes de cerrar la puerta ví que se subía Matt y mi padre comenzó a mostrarle cosas a Simón. Esther estaba apunto de quedarse dormida, había tomado como otras tres copas de champaña. Estuve un momento ahí y salí lentamente sin hacer ruido. Subí enseguida las escaleras. Matt apareció al final de estas con los brazos cruzados.

-Iba a ir por ti en cualquier momento- dijo sonriendo

Tomó mi mano y me llevó al estudio. Había una caja en el centro con un moño. Lo abrí y ahí estaba bien doblado un vestido rosado muy lindo al parecer.

-No era necesario...- me interrumpió

-Quiero que lo uses en el siguiente fin de semana- dijo sonriendo nervioso

Sus mejillas poco a poco se tornaron rojizas. Tensé la mandíbula. Tenía que sacarlo de ahí de cualquier forma para poder buscar la llave.

-No necesito que alguien me diga que vestir, Matt- dije seria

-Pero pensé... Pensé que te verías bien- dijo desvaneciéndose su sonrisa

-Pues pensaste mal, mira. Ahora que sabes que tengo ataques de ira mejor aléjate. Necesito relajarme, déjame sola- dije de una manera muy dramática a mi parecer. Realmente no era yo, él no me conocía ni lo más mínimo realmente.

-Lo siento, en verdad- dijo alejándose hasta cerrar la puerta delante de él

Respiré profundamente. Me aseguré de que no estuviera cerca y saqué la llave del libro silenciosamente. Lo guardé en un bolsillo del vestido, miré el cajón con seguro. No era seguro abrirlo en ese momento, Matt había arruinado un poco el plan. Pero tenía ya la llave. Tenía que buscar en algún lugar misterioso y ese era sin duda alguna un lugar de ese tipo.

Después de unos minutos salí de la habitación con la caja tranquilamente. Bajé las escaleras y Matt me miró al instante preocupado, le sonreí para tranquilizarlo y me senté a su lado.

-Lo siento, no tenía porque enojarme. Sé que no lo hiciste con esa intención.

-Está bien, pero... ¿Te lo pondrás?- dijo ansioso

-Si, lo haré.

Esther ya no estaba. Eso había salido bien, no tenía que explicar si me tarde o no en el "baño". Después de unos 20 minutos más nos despedimos y regresamos a casa.

No comentamos nada ya que estábamos cansados, era tarde y al siguiente día tenía que despertar temprano para ir a la escuela. Así que nos subimos de inmediato a nuestras habitaciones. Antes de dormir observé con detenimiento la llave.

-Tengo que saber más sobre este hombre, ya no interesa lo que tenga que hacer. Ya no hago lo que quiero desde hace tiempo- susurré para mí

Al poco tiempo me quedé dormida. Cuando desperté tenía lágrimas en los ojos, las quité de inmediato. Farfullé y me levanté. Escuché un golpe, corrí hacia la habitación de mi padre. Estaba tirado en el suelo con un maldito frasco en la mano.

-¡Papá por Dios!- dije arrodillandome

Lo moví fuertemente pero no reaccionaba. Grité de desesperación.

-¿¡Qué rayos hiciste!?- dije levantandome

Tomé el teléfono y marqué al 911. Estaba furiosa. Llegaron a los pocos minutos y nos llevaron a una ambulancia. Mi padre comenzaba a decir cosas sin sentido, como delirando. Tomé el celular y pulse el contacto de Matt. ¿Por qué mierda le iba a llamar? Lo guardé y miré a mi padre sin ninguna expresión.

Hola gente hermosa y beia 7u7 ¿qué tal les parece? Dejen su suculento voto :3 

Venganza Mutua Where stories live. Discover now